
Anoche soñé despierto... tenia poco más de diez años y asistía a una película casi perdida en las brumas de una memoria ya vieja. Al rodaje, quiero decir. Bueno, a la primera noticia de un alboroto o zafarrancho que llamaban "hacer cine"... En mi pueblo, a las puerta de la Escuela de la rula, la mía.
Pasmo... esa fue la primera impresión de aquellos rapaces no poco asilvestrados. Y... Ana Mariscal. Ese era el nombre que oíamos por sobre los demás: una directora, una mujer dirigiendo una peli. La verdad era que no entendíamos casi nada de lo que presenciamos: unas enormes luces, a pleno día iluminaban absurdamente la repetición de escenas sin sentido alguno... También oímos -entre bisbiseos- algunas palabras...