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30 abril, 2016



EL PROFETISMO...


... de POLITICASTROS, POLITÓLOGOS y otros pájaros de cuenta.


Felix de Azúa es Doctor y Académico... no sé cuantos, y humano, y puede meter la pata, o no.
Seguramente no fue muy políticamente correcto cuando motejó de pescadera a la alcaldesa de Barcelona ¡Qué culpa tendrán las pescaderas! A mí, particularmente, me caen bien: después de todo, mi abuela, la que finaron en la guerra incivil, entre otras cosas, también era pescadera como muchas pixuetas de entonces. No lo voy a olvidar, por muy madriles que haya vivido la vida un siglo más tarde.
Pues bien, se armó la tremolina porque el citado Azúa expresó que la tal alcaldesa es: "Una mujer que debería estar sirviendo en un puesto de pescado, o no tiene ni idea como se lleva una ciudad". También sostiene otras opiniones que más molestan a la secta podemita: "Han aceptado dinero de gorilas venezolanos y de verdugos iraníes, o Pablo Iglesias cada vez que cita un libro lo hace mal". Algo debe de llevar el río cuando suena, porque ayer mismo un antiguo cátedro de políticas -Cotarelo-, profesor y antiguo simpatizante de Iglesias, reniega de tal alumno, al que antes apoyó. Y van... no sé cuantos círculos podemitas. Amen de opinantes de mucho peso como José Ignacio Torreblanca, Enrique Krauze o catedráticos del ramo, tal que Francesc Carreras, Santos Juliá o Antonio Elorza.
Lo cual Azúa, a propósito del profetismo de moda, venía, ayer mismo, a ponernos en guardia contra cierto carácter viral que propagan tales sectas ideológicas, consecuencia -digo yo-, de una mezcla de la estupidez humana, que haberla hayla, y de la sociedad de las TIC's (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Se remontaba el hombre, nada menos que a los sesenta del pasado siglo: entonces apareció como una moda irresistible 'el Maoísmo', que canalizó buena parte de la fuerza y de la rebeldía juveniles de mi generación. Estábamos -aunque no fuera el maoísmo, exactamente, mi caso- tan INDIGNADOS que no quisimos ver los horrores de la Revolución cultural china o de la locura criminal e inimaginable de los 'jemeres rojos' ni, mucho más cerca, el liberticidio cometido en Praga o antes en Budapest (Aún me recuerdo -en la noche- con nueve años, la oreja pegada a la Telefunken, tratando de descifrar la lucha de unos patriotas contra un horror poderoso, mientras descubría la música -las rapsodias- de un tal Listz, entonces, desconocido para mí, y con la que finalmente me quedaba dormido con la sensación infantil de haber participado en la dramática rebelión de aquellos heroicos y lejanos húngaros).
 Así que, en plena dictadura, las injusticias, las disfunciones del sistema nos provocaron tal rechazo, que no queríamos ver, ni oír, ni saber -tal que ahora mismo-. Como cada oleada de juventud, esperábamos alegremente a los flautistas de Hamelin: necesitábamos canalizar ese rechazo a la sociedad establecida, necesitábamos profeta al que seguir: Seguir, seguidores, que... desgraciadamente, constituyen un mecanismo PRIMITIVO de la humanidad, desde que el primer primate se bajó del árbol en la creciente sabana africana, agrupándose para sobrevivir ante los depredadores, hasta convertirse en la especie SOCIAL y DEPREDADORA, que ahora somos de... todo el planeta.
Y ese fue el germen del profetismo: tras el paraíso terrenal que, en realidad, fue un espacio-tiempo evolutivo de algunos millones de años en el este de África; nuestra especie, en origen un primate arborícola, tuvo que desarrollar la cooperación -el gregarismo- para sobrevivir a los riesgos que traía un cambio climático que iba eliminando los árboles, dejándonos pie a tierra en la sabana. Los grupos que, acabado el paraiso, no desarrollaban la cooperación desaparecían: llegaban como máximo hasta unos ciento cincuenta individuos, ese fue el límite funcional desde los clanes de chimpances o bonobos, hasta los grupos de Facebook, hoy.
De manera que la respuesta gregaria, del grupo sobre el individuo, se interiorizó en el inconsciente y llegó a ser, evolutivamente, la 'Ley de sobrevivencia'. Ley, que hoy explotan tanto 'politicastros' como 'politólogos'. Ese hoy, el tiempo de las TIC's que, desgraciadamente, hace de Internet un formidable potenciador de las plagas holísticas; lo que viene a ser como convertir a ciudadanos, ya sin hábito de opinión propia, en auténticos descerebrados: ya no piensan, siguen al flautista, al profeta o... al líder político.
Azúa, caracteriza ese mecanismo gregario o defensivo como 'virus o chifladura mística'. Y tiene toda la razón, ciertamente: hace falta una gran 'chifladura' para ignorar, o dejar de ver, los casi 50 millones de de muertos que costó la locura maoísta en China, en sólo tres años, o la negación de la humanidad que significó el sedicente régimen comunista de Pol Pot en Camboya. Lo que ocurre, es que tales chifladuras ponen de manifiesto la relación problemática, o necesaria, de 'gregarismo' y 'totalitarismo'; como nos cuenta H. Arendt en 'LA CONDICIÓN HUMANA': ese gregarismo interiorizado, pues, hace millones de años, explica la respuesta holística -como las bandadas de estorninos- inducidas en los regímenes totalitarios, por ejemplo, de Stalin o Hitler.
Y, más preocupante aún, hoy, esa relación resultaría agravada en un mundo camino de ocho mil millones de seres, con una sociedad líquida, imposible de adecuar a programas de gobierno de alcance limitado y subsidiario, pero con sociedades que van siempre por delante o más allá de la Ley, de la acción del Legislador; sociedades con riesgos medioambientales, bacteriológicos o químicos, que representan peligros inmediatos de muerte, como glaciaciones por el corte hialurónico de la Corriente del Golfo, o el fin de la Civilización actual si, por fin, acabamos de fundir el tapón de hielo en el Ártico que liberaría la mortal bomba de metano, todavía, congelado. No son riesgos remotos, en realidad, son riesgos despreciados por una inconsciente sociedad, consumista y desregulada. Tal desprecio, sólo alcanzaría a explicarse en una sociedad que, en términos evolutivos, hubiera desarrollado esa especie de naturaleza ciega, o capacidad de respuesta holística* o viral. Ceguera que, seguramente, explicaría que unos individuos, a los que no se les cae de la boca sus títulos como 'politólogos', se atrevan a actuar como 'politicastros', practicando una especie de reduccionismo ideológico, que resume sus doctorados a un enfoque único, monotema, que no va más allá del mundo bolivariano e irredento de Galeano, Laclau o Mouffe, y la hegemonía según Gramsci; sin olvidar las lamentables coincidencias con el ideólogo del nazismo: Carl Schmitt. De manera que. desgraciadamente, la ceguera de los seguidores y la osadía de los flautistas de Hamelin se convierten en un serio peligro social: nuestra Constitución, el régimen de libertades -particularmente, la de información- y la división de poderes les estorban, hay que eliminarlos: son un impedimento para alcanzar la hegemonía; pues no se compadecen con el populismo que tratan de legitimar, porque -en este caso- el Régimen del 78 no tiene respuestas  a todas las necesidades de todos, todo el tiempo. Su creencia profunda es que el modelo bolivariano-castrista-boliviano, es esa respuesta. Aunque ahora nos quieran contar -interés electoral, obliga- que la bolita está en el cubilete socialdemócrata...

En conclusión, 'politicastros' y 'politólogos', manejan -tal que la bolita del trilero- una herramienta profesional: los conocimientos y técnicas sociales holísticas, pero enfrentan  un problema irresoluble: la manipulación de la bolita, finalmente, quedará a la vista: Los 'profesionales' de la acera de enfrente -y el tiempo- siempre les dejarán al descubierto...

DE LO QUE SE SIGUE, QUE LOS FAMOSOS 'CINCO MILLONES DE VOTANTES' PODRÍAN VOLVER A VER, OÍR O SABER...



* La respuesta holistica vendría a ser como la de un 'negror' (cardumen) de decenas de miles de sardinas que se 'envalla' (espanta) -todas a una- por el golpe de un remo en la bancada... o, también, los 'negrores' de estorninos que parecen danzar en el aire, sincronizados.
Sostiene Mario Bunge, el colega de Don Gustavo Bueno, que "el todo es más que sus partes subordinadas, o que la totalidad posee cualidades emergentes de las que carecen las partes". Esa sería la lógica que daría sentido, o ventaja, al comportamiento 'simpático' -todos a una- del grupo. Pero la cuestión problemática, insistimos, es que el holismo se manifestaría en forma de organización social piramidal o con jerarquía. Lo que deja completamente al descubierto la bolita del trilero - el macho alfa Iglesias o, tanto da, las distintas direcciones de Podemos- que, entonces, tras el profetismo igualitarista, antisistema, anticapitalista o populista lo que oculta, en realidad, es una  organización de CASTAS: INJUSTA, PIRAMIDAL o JERÁRQUICA.
De ese modo, como auténticos trileros, la nueva casta, utiliza el holismo -por ejemplo en las redes sociales- y su enorme capacidad de manipulación, para pastorear, mover y motivar a los 'inconscientes' de abajo de la pirámide.




24 abril, 2016



EL GRAN IMPOSTOR...


... Es el que mucho "finge o engaña con apariencia de verdad".

¿Está ocurriendo? Eso creemos muchos. Por eso producen tanto rechazo las posiciones sobrevenidas de determinado partido político. Sobrevenidas porque que el ADN, el origen, de dicho partido es una mezcla de comunismo leninista rancio -ya un siglo de viejos fracasos-, de impotencia histórica troskista y del viejo e irredento anarquismo -antisistema- ibérico: 'Casi ná'.
ADN o naturaleza, al que ahora sobreponen un disfraz socialdemócrata: una especie de traje de camuflaje. El 'Gran Dictador', perdón, 'el Gran Impostor' queríamos decir, algo enterado en la truculencia política, sabe que en un país de la Unión Europea no puede descarar tales creencias originales, ni las prácticas del populismo venezolano con el que tantos lazos fraternos les une. Esa es una de las pocas cosas que saben bien. Lo cual, además, dejaría al descubierto la bolita del trile, por más que algún cátedro en economía, juezas alguaciladas o ilustres figurones, ejerzan -no sé si a su pesar- de tristes paleros*. Por eso se ponen el buzo socialdemócrata. Han entendido que es el disfraz necesario para entrar en casa ajena (la  de los socialistas, por si alguien no lo ha entendido claro) y quedársela o, al menos, desvalijarla: Tal que genios o doctores en políticas. El Gran Impostor, al menos, así lo cree. Si los de los otros tres palos andan a lo suyo: él, muy transversal, a lo que pille y donde pille ¿O no cuadra eso con el juego del trile?
Cinco millones. Más o menos: ese es el número de españolitos, tan cabreados o indignados, que no quieren ver, ni saber y, menos aun, recordar LA PEOR HISTORIA, aquella que siempre acababa mal, que decía el poeta Gil de Viedma. Recurrentemente, así nos hemos comportado durante los últimos tres o cuatro siglos, hasta acabar, poco menos, que como los apestados de Europa y en cuarentena en las Naciones Unidas a mediados del siglo pasado. Conviene no olvidarlo.
Esos cinco millones tienen todo el derecho a estar indignados y más, todavía. Tienen también derecho a perseguir una utopía, aunque estas suelan acabar en 'Un mundo feliz'. Pero, quienes somos más del 80%, tenemos, también, derecho a recordarles en primer lugar, que no vale todo, que es mendaz usarse de la buena fe de la gente a base de un populismo desvergonzado, que cambia de programa político o electoral una y dos veces por año o temporada, cuantas elecciones haga falta. Que su afán por darse al entrismo -canibalismo, en este caso- a cuenta de otros partidos, es absolutamente indecente. Puede que, todavía, sus cinco millones no lo quieran ver, pero lo verán. España no es Venezuela, afortunadamente los Pirineos -a tales efectos-ya no cuentan, y si ocurriera lo inconcebible, resultaría imposible que unos jueces venales invalidaran los resultados tan mayoritarios de unas elecciones. Sí, por eso miran a otra parte cada vez que se les pregunta por Venezuela o, ya forzados, responden con la boca chica.
El 'pobrecito escribidor', no olvida la aparición de ese populismo, ni el vaticinio de que, a fuer de izquierdismo, acabarían rompiendo la izquierda, seguramente en provecho de...
Tal populismo, que incluso llegan a celebrar, ha conseguido hacer de Venezuela un país inviable; hoy mantiene a Grecia en el limbo; en Brasil alcanza a más de un 50% de las Cámaras, donde un clase absolutamente corrupta juega alegremente a los golpes de estado; incluso en Gran Bretaña trata de confundir a sus nacionales con las consecuencias de la salida de la Unión Europea. De manera, que debe de tener toda la lógica que aquí, ese populismo, produzca -¿Interesadamente?-  semejante ceguera, como para no ver que el "inexistente" derecho de autodeterminación no puede ser café para todos -porque, calculan, da votos- cuando el mismísimo Obama no duda en venir a recordarnos que hay que sumar, que los que se separen o rompan, a la cola, a volver a negociar tratados y a perder renta. 
Algunos -de ese 80%- pensamos que hay una relación clara entre los ensueños del 'Gran Dictador', bueno, o Gran Impostor, y las consecuencias del desbarajuste provocado desde centro hasta la izquierda política, alimentando toda clase de imposibles, como los multiplicadores fiscales que, en realidad, pueden convertirse en multiplicadores negativos en la 'nueva' economía ; o los referendos de autodeterminación como café para todos y ¡Viva la Taifa!; por no decir que, mientras, el 'pequeño Gran Dictador' atrae la atención de los medios y de sus reiterados cinco millones de apoyos, el señor Obama, que dudosamente nos habría invitado a su encuentro con las otras cuatro grandes economías europeas, vista la inestabilidad electoral, pues... que tampoco nos invita. 

Nunca dudamos de las razones de esos cinco millones de ciudadanos para estar, incluso, bastante más que indignados. Pero nos resistimos a que la HISTORIA VUELVA A ACABAR MAL, a volver al tiro en el pie, a que cinco millones de ciudadanos quieran desconocer nuestra historia, a que una banda de trileros -las direcciones de Podemos- sigan engañando con una bolita que fue un fracaso, en todos los intentos, durante ya más de cien años. Así que YO TAMBIÉN ESTOY MÁS QUE INDIGNADO, PERO NO QUIERO VOLVER A REPETIR ESA PEOR HISTORIA.
SÓLO QUIERO QUE MI PAÍS SE ACERQUE AL NORTE DE LOS PIRINEOS, QUE NO A OTROS DESASTRES QUE TODOS BIEN CONOCEMOS. AUNQUE DESAIRE A LOS TRILEROS.




* Ganchos que hacen el papel de aparentes ganadores para atraer a los incautos. Tan viejos, que el mundo mediterráneo los conoce, entre trileros, hace más de dos milenios.

15 abril, 2016



EL SENTIMIENTO REPUBLICANO

 -Dedicado a Mafalda y las ilusionadas juventudes republicanas-

'Sentir' y 'sentimiento', en el DRAE y en otros diccionarios, aparecen con un recorrido semántico bastante largo, pues refieren a una de las actividades anímicas, quizá la más común, y de la que tomaríamos las dos notas básicas de su definición. Sentir: "Experimentar sensaciones"; y Sentimiento: "Impresiones que causan en el alma las cosas espirituales, (característica humana opuesta a la razón)". Profundizando sólo un poco más, hoy, la neurociencia añadiría que 'sentimiento' es la 'toma de conciencia' que sigue, inmediatamente, al desencadenamiento de nuestras emociones básicas -al nivel más físico- en los hechos de la vida cotidiana. En 'román paladino', los acontecimientos, primero, nos remueven 'las tripas' en una especie de respuesta refleja e inconsciente: las emociones. Después, ya somos conscientes de ese sentimiento de respuesta que puede ser miedo, afecto, ira, agresividad, etc. Cabría añadir que la primera parte del proceso es reflejo o, literalmente automático, y que la segunda, en la medida que aflora a la conciencia, o que está a tiro de la razón, es medianamente -aunque bastante difícil- negociable. Esto es lo que hay, por ahora.
Ese -así definido- sentimiento, hoy en día, en la esfera de lo político, parece estar sufriendo un desborde, una inundación popular: En la última década, y a lomos de la última y tremenda crisis social, consecuencia de la económica y de empleo, hemos visto cómo crecía la presencia en la calle -en manifestaciones y todo tipo de contubernios- de la 'Tricolor' como expresión de tal sentimiento. Mi generación se la iba pasando -en medio de la bulla- a las siguientes. Esa generación que había renunciado -con dolor- a 'su' bandera, ahora la veía aparecer medio de tapadillo, entre alharacas, antisistemas y antiguos anarcos o troskos. Sí, y también entre viejos, no sé, si conmilitones o comunistones irrendentos, que tan viejos o más que yo, pareciera que cien años de historia no habían pasado por ellos: seguían queriendo 'ejecutar' una revolución de los 'Soviets'. Y tampoco les iba a importar si la muchachada le ponía música caribeña o venezolana.
Pero las cosas, los avatares humanos, nunca son así de sencillos. Porque los últimos cuarenta años, en puridad, no sólo han sido una monarquía constitucional, sino el periodo de crecimiento material -y en todos los sentidos, habría que añadir- más largo y fecundo de nuestros últimos cientos de años de historia. Y ¡Qué coño! además, en el fondo, lo que hemos sido es una 'República coronada'. ¡Ah! que con tantas urgencias de dulce moqueta, estos chicos: politólogos, indignados o yo qué sé, no se habían enterado... Pues, en esos cuarenta años, descubrimos que manteniendo algo parecido al consenso, los españolitos -a pesar de un atraso ya histórico-, conseguíamos eficiencias diversas, nada diferentes de nuestros famosos países de referencia en Europa. Nos instalamos -casi- en una especie de Ínsula Barataria, pero sin ensueño... y esta vez real. Pero a la contra del buen Sancho, la costumbre de la miseria histórica nos había dejado la impaciencia crónica: los nietos más perjudicados de aquel abuelo carcamal y tirano, se agarraban demasiado tiempo a la poltrona, al decir de los otro nietos más legítimos. Y así, el antes desconocido consenso se fue evaporando por las tentaciones nuevas del poder, a que unos estaban sometidos; y por la urgencias -que trae el alejamiento de ese poder- de los otros. Lo que hay que reconocer, liquidado tal consenso -y no queremos mentar el gran desengaño de José Mari Áznar en el 93-, es que, en realidad, más que al viejo 'Turno' a lo que nos acercamos ahora, es a la normalidad europea, donde se cuecen no pocas habas...
Excurso, este, que debería servir para que la alegre muchachada -bueno, el Monerdero se ponga las pintas que se ponga, es casi de mi quinta- recordara aquí la cosecha de calabazas que recibió de los chicos de Felipe, que no se fiaron de él, del Monedero digo, a pesar de la versatilidad -ya entonces- de sus principios 'grouchomarxianos': o sea, le vale lo mismo 'dentro' que 'fuera'... del  'Sistema', o de la OTAN, claro. "Pero hoy como entonces sigue sin valer todo". Lo que, al final del excurso, nos lleva al asunto que de verdad importa: su odiado 'Régimen del 78'. lo que es, en realidad, es republicano; un poquito más o menos coronado, pero republicano: La legislación entera, la división de poderes, la práctica política, las elecciones periódicas, las libertades, etc: no son diferentes, en todo lo sustancial de las Repúblicas europeas de nuestro famoso entorno. Asi que, no es ahí donde está la diferencia, no. Lo diferente fue nuestra historia, el mundo espiritual, la miseria moral y material, la incuria, el fanatismo y... su consecuencia: la quijada de Caín, tan a mano. No es que lo hayamos inventado todo, solitos; los otros europeos, de vez en cuando, llevan lo suyo; pero es que nuestra historia... pues como dijo Gil de Viedma:

DE TODAS LAS HISTORIAS DE LA HISTORIA
SIN DUDA LA MÁS TRISTE ES LA DE ESPAÑA,
PORQUE TERMINA MAL...
(Sí, ya lo hemos contado aquí, pero no nos cansaremos...)

De manera que vendidos, o no, no son estos propagandistas lo que nos hace falta, no. Su conseja es demasiado vieja, la hemos oído tantas veces... El régimen envejeció como lo hace todo en la vida, pero lo que más necesita, sobre todo, es que no le caiga encima una plaga de sanguijuelas o parásitos, que con los procedimientos soviéticos, anarcos, troskistas o mágico-caribeños acabaría dejándole tan en 'puribus' como a las pobres gentes que padecen* al tan insensato inMaduro. Qué error país tan tremendo, el que señalaba Gil de Viezma, para que visto lo acontecido en este país en el último siglo, semejantes orates conciten el apoyo de algún millón de ciudadanos, algún catedrático incluido... debe de ser el mismo país donde algún Rufián de rancio -que no bueno- abolengo español, apoya, sin melindre público, construir Cataluña, con españoles, contra España...
 ¿EL PAÍS DEL ¡VIVAN LAS CAENAS!, DEL TIRO EN EL PIE... ?

No: definitivamente, no se trata de la fiesta de la banderita o de una especie de folía o feria callejera. No es posible ignorar que salvo el añadido -coronado- simbólico, que en todo caso, lo que debe aportar es más estabilidad que lo contrario, nuestra constitución es al menos tan republicana como la que más. Esa no es, pues, la cuestión. Que sí lo es el tremendo, cuando no frívolo, desconocimiento de nuestra historia republicana. ¿Conocen los de la banderita, esa más que dramática historia republicana y lo que representó en el último siglo y medio?
Dejando a un lado la erudición foránea de los hispanistas -además, excesiva para este espacio-, una somera mirada a las obras-testimonio de Arturo Barea o Max Aub, entre tantos otros, debería acercar a tanto ingenuo la realidad, las tripas, las miserias, de la segunda República. Allá los franquistas con su memoria y su conciencia, pero los que se reclamen republicanos, no pueden no saber lo que ocurrió en los intestinos del bando republicano, desde la guerras civiles dentro del propio bando, con Maurín y su POUM en Barcelona en el 37, o con Coronel Casado en Madrid en el último mes de la Guerra: las traiciones, el fuego amigo, las insidias, las delaciones que tan claro contó Barea, y... finalmente, el horror indescriptible, pero relatado por Max Aub, de los 'últimos días', intentando salir , pero atrapados en el puerto de Alicante. Es menester conocer -entre otros- ese dobladillo del alma de nuestra historia republicana, antes de confundirla con ir a la fiesta de las banderitas, en cualquier calle de esta España que ya no tiene nada que ver... salvo el interés de 'algunos'... 
PORQUE DESCONOCER LA PROPIA HISTORIA, ES ESTAR CONDENADOS A REPETIRLA...



* Tras su prédica, tales 'neorepublicanos', en realidad, ocultan que en su modelo chavista no hay división de poderes: el ejecutivo, el Gobierno, invade al poder legislativo, anulando al Parlamento. No se respetan las libertades: se encarcela alegremente a la oposición o se enajenan los medios de comunicación. Y no hay libertad de elección: el Gobierno quita o pone a su antojo a los representantes electos. En realidad, nuestros aprendices de brujos evitan condenar tales prácticas, porque en el fondo son su modelo, su proyecto para alcanzar la hegemonía ¿gramsciana?, cosa que nunca negaron.