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09 marzo, 2016



HOY EN DÍA...


...ocurren cosas que han ocurrido siempre.
Y, hoy en día, algunos tratan de convencernos con un nuevo adanismo, o sea: estamos poniendo el mundo... somos los primeros, lo acabamos de inventar, etc. Hemos replicado reiteradamente en este Blog, que, bien al contrario: nada nuevo bajo el sol.
Aquel 15-M se manifestó el la Puerta del Sol toda la indignación que provocaba una de las crisis más desesperantemente largas del capitalismo -no tan eficiente- en nuestro país: demasiada gente estaba sintiendo, a la vez, una arcada, un sentimiento de rechazo, por momentos, insoportable. Que, como los nubarrones de la tormenta, acabó por descargar, haciéndolo en el lugar -el escaparate- más visiblemente mediático de las celebraciones de la tribu. Al lado del famoso reloj que nos da los años.
Hoy... casi cinco después, la vieja piel de toro sufre la misma sarna, ya más antigua que el tiempo de nuestros abuelos: Este 'pobrecito escribidor' descreyó, desde su aparición, de los nuevos salvapatrias -les vio las orejas-, conocía de antiguo su bálsamo de Fierabrás: repetían la vieja conseja de anteriores buhoneros, aunque el enfermo siga sin remedio. Pero ayer en el diario -El País: "Espantajo"-, Félix de Azúa tuvo la oportunidad de alcanzarnos el espejo. Y su relato nos acercó una vieja, pero certera, imagen de la España más cainita: nos la devolvía desde el espejo de Don Manuel Azaña -así, con Don-. En 1939, Azaña -ya exilado-, en los meses anteriores a su muerte, nos deja un texto a modo de testamento y última mirada histórica: "Causas de la guerra de España", que habría que subtitular como 'Último episodio de una guerra secular'.
Es el relato de un hombre -el más lúcido y capaz, políticamente, de su generación- descalabrado y exhausto, que moriría poco después. Y al que la Francia fascista no permitió enterrar con su bandera republicana, siendo amparado por la de Nueva España: México. Ese entierro trágico, como el de Benjamin o Machado, allí, entonces, sólo mereció olvido: Ni piedad, ni admiración, nos recuerda Azúa.
Ese texto tardó más de sesenta años en difundirse en España, y, efectivamente, es como un espejo: nos pone ante nosotros mismos, devolviéndonos la imagen de nuestros peores demonios familiares, nuestro cainismo canibal, que amenaza con volver como las riadas inesperadas de los cauces secos, de los que olvidamos el peligro, pero que traerán -en avalancha- una destrucción que no imaginamos. Acaba, Azúa, esa visión desesperada, con el frotarse las manos de los mercaderes del odio.
Puede que sean odiosos, pero lo que no está tan claro es que sepan con qué negocian.
Si quisieran saber, si la ambición de poder, -su descaro y su osadía- no les cegase, quizá descubrieran qué caro resultará ignorar las reflexiones de Azaña en ese texto: cómo* "Cataluña se pasa, a mediados del S. XVII, al bando del Borbón, Luis XIII, contra la propia España. En el s. XVIII al Austracista contra el Borbón. Y en el XIX, al carlista". Lo cual, es una 'rauxa' nada privativa de Cataluña, pero que Azaña, no deja de resaltar -seguramente por la importancia de Cataluña para España- cómo "... la obra homicida, dentro del bando republicano... so capa de destruir el fascismo... causó estragos, en su defensa... tropas movilizadas y enviadas a Barcelona, no pudieron pasar la raya de Cataluña, impedidas por unidades locales, republicanas... " (Ahora -el nacionalismo- lo cuenta como una guerra de España contra Cataluña). Pero, seguramente: "...el desatino mayor de esa contienda tiene lugar en la primavera de 1937, cumplido ya un año, persistía la huelga de la Construcción, sostenida por la CNT, con epicentro en Barcelona, mientras, se la celebraba en Madrid como hecho venturoso que: había tenido el mérito de acelerar el Alzamiento (!)... Populismo de fusil en bandolera, apariencia alegre, jolgorio... burgueses que se disfrazaban, bastante mal, de proletarios y... líderes que recomiendan aprovisionarse de las vacas o terneros encontradas al azar... ya pagará el Estado... " (Seguramente constituye antecedente próximo del movimiento OCUPA, que ha llevado a las Colau a alcaldías como la de Barcelona).
El discurso entero de Azaña está atravesado por la denuncia del efecto deletéreo que el populismo -lo popular-, mal entendido, causó: "destruyendo la capacidad, la eficacia de la defensa de la República.... Llegaron a publicarse anuncios en la prensa de Barcelona como: 'Empresa colectivizada desea socio capitalista'. A lo que Azaña replica con ironía: -No es verosímil que lo encontrara-". Claro: es como lo de poner a la raposa a cuidar a las gallinas, pero expresa muy bien la 'locura', es decir, la pérdida del sentido de la realidad de aquel momento. Y de este, añadiríamos: no vamos aprendido nada.
Don Manuel apuntó con dedo firme: "... el catalán se conservó como lengua usual, ya que no como lengua literaria; o sea, culta. La 'buena sociedad' catalana, de entonces, usaba el castellano a la perfección; era el pueblo rural el impermeable al castellano... Fue el clero, quien sostuvo la necesidad de hablar a los fieles en lengua vernácula"... y, clérigos, fueron algunos de los trabucaires más destacados Tal que los curas Santa Cruz, en 'la carlistada', de las provincias vascongadas. "Subsistir las diferencias lingüísticas, significó que la obra de asimilación había fracasado por la base. -Se estima, sin embargo, que su éxito en Francia, marcó una diferencia en la cohesión/país-. El Gobierno autónomo instituyó rápidamente 'el Ministerio de la Guerra', y puso al frente a un militar profesional que... sustituyó -presto- por un obrero tonelero: los resultados militares, en consonancia, no se hicieron esperar. En mayo del 37, en plena revuelta sindical -libertario troskista-: las ametralladoras, las bombas, los carros blindados sembraban la muerte -por fuego amigo- en las calles de Barcelona... llegaron a asesinar en plena calle a uno de los ministros que se dirigía a tomar posesión en el nuevo Gobierno catalán... Ha sido creado el Ejercito catalán... para fracasar en la expedición sobre Mallorca, o concluir con un descalabro las operaciones sobre Huesca, cayendo en la absoluta inacción el frente de todo el Pirineo catalán... en 'La Vanguardia', a propósito de tal inactividad, apareció la palabra traición: Sofocado el alzamiento dentro de sus fronteras, Cataluña, había ganado SU guerra, había cumplido. 'Que hagan en todas partes lo mismo' decía un Ministro catalán.
Azaña apreciaba que: "en el ambiente político e intelectual catalán flotaba la impresión de fracaso: 'Ni separación, ni asimilación', la herida seguía -y sigue, hoy- abierta, era injusto desoír a los catalanes y urgía la solución realista, dejando a salvo comprometer la unidad". De ahí salió la Autonomía de Cataluña, votada por la República. Y no, de algún ensueño medieval o merovingio.
Empero, recalcitrantes e impermeables a la 'empeiría**, que decía aquel', la costumbre del tiro en el pie se hizo inveterada: lo peor de ese nacional-populismo cabalga de nuevo, vuelven los náufragos del cainismo vasco, y el catalán nos envía 'rufianes' -charnegos- a los leones que, desgraciadamente, son sólo de bronce. Y para que no falte de nada -al olor del perro flaco, de la oportunidad-, el otro despropósito populista: el gurú de los antisistemas -a eso venían- ¿no? El Doctor en Economía, Nacho Álvarez Peralta, en el programa podemita, no sabemos, si económico o mutante, se atreve a cuadrar (!) unas cuentas que necesitarían un crecimiento bastante por encima de la década prodigiosa del ladrillo; que presumen que Bruselas haga oídos sordos a las veleidades de estar o no estar en el Euro, pagar o no pagar la deuda, pero, a la vez, sea flexible con la reducción del déficit; que queremos ser como Syriza, pero a veces no; que los vientos de cola del petróleo abasto, el ciclo expansivo y el dinero barato, seguirán como si no hubiese bastantes nubarrones en el panorama internacional; que un presupuesto, como es debido, no parte de un objetivo final deseado, pero con unos ingresos que ya veremos; que la expansión alimente la recaudación fiscal, eso sí, enmascarándola como gran estímulo de la economía o efecto 'multiplicador', pero sin contar que, otros doctores en economía, avisan que los 'multiplicadores fiscales' -según la coyuntura- también pueden ser negativos.
Pensamos que la 'indignación' tiene bastante de emoción, antes de ser sentimiento consciente; que es bastante visceral, vamos. Es la única explicación imaginable para que, expertos de lo que sea, se comporten como 'talibanes' de la idea: en este caso del 'no nos representan', 'acabar con el Régimen -Sistema- del 78', etc. Pues esa es la base de una renuncia al juicio crítico, de lo que sea: manda el sentimiento de identificación con la secta, es demasiado antiguo para no reconocerlo. Es la vieja enemiga de Don Manuel, cuidémonos, pues, de su factura.
Exactamente, quiere decirse: que ese proceder -nacional- , es lo que nos diferenció de Francia o Inglaterra, de su suerte histórica: hablamos de su relación con las causas de la pobreza, de las épocas de miseria -moral y material-, de hambrunas, de ignorancia, de subdesarrollo histórico, de fanatismos ¿Está bastante claro? Alguien, tan lúcido, que determinó el pensamiento político moderno, como Hobbes, contaba: "... el miedo y yo nacimos gemelos"; su nacimiento fue prematuro, se adelantó debido al clima de terror que infundía la llegada de la Armada Invencible. De tan alto, hemos caído.
ESE RÉGIMEN QUE AHORA TRATAN DE CLAUSURAR, HABÍA IDO DEJANDO ATRÁS ESOS, NUESTROS, VIEJOS DEMONIOS FAMILIARES.
* El 'pobrecito escribidor' ha insistido en el tema en este Blog...
** Memoria de las experiencias. 

03 marzo, 2016



BARUCH y 7


Epilogo, pero no lo último...

Hoy, cuando la vieja Europa parece olvidar su 'Mundo de ayer'*, ya han transcurrido cerca de cinco milenios desde que las primeras civilizaciones del oriente mediterráneo comenzaron a enviar a sus navegantes a las costas de Almería en busca del mineral de cobre. Unos mil años más tarde, la cultura minoica (Creta) comienza a usar la primera escritura -lineal A-, no muy diferente a la egipcia, y, otro milenio después, se produce la entrada de Iberia en la Historia: Gadir o Cádiz, según parece, la ciudad más vieja de esta Europa. Es posible, que Spengler sí tuviera algo de razón: ese sol, que se ocultaba durante toda la antigüedad, tras las columnas del estrecho de Gadir, y, que ya no se ponía desde la Monarquía hispánica de Felipe II, finamente, acabará poniéndose para el ciclo cultural e histórico que Europa representó en el mundo.
En  esta serie de artículos hemos tratado de echar una mirada a las distintas tradiciones, que a lo largo de ese ciclo buscaron respuestas, y, hasta bien entrado el s. XX, hemos visto que -exceptuado Lucrecio, entre los grandes-, hasta llegar a las últimas formulaciones dualistas, ha prevalecido el animismo: el misterio del espíritu de las cosas -aquí, habría que decir de los entes o entidades, para distinguir de lo inerte, lo mineral- sobrevivió milenios; ese algo misterioso -ese alma- que insufla vida y que resulta distinto de la materia que se corrompe, hasta integrarse y desaparecer en el ciclo del eterno retorno.
Así, hemos visto las querellas entre las grandes religiones o concepciones dualistas (De materia y mente, como principios de diferente naturaleza)
Y aunque esas respuestas fueron sacralizadas -aun a costa de la inverosímil cantidad de vidas, relatada aquí-, en el mundo greco romano, en el primer medievo islámico o en el oriente asiático: la sospecha, o más aun, del principio único de realidad, no cejó, hasta acabar siendo una revelación luminosa. También hemos contado, como es en Europa, a partir del Renacimiento, donde se produce la ruptura con ese dualismo: desde Voltaire, Baruch o -en cierto modo- Huarte de San Juan, hasta Einstein, Dawkings, Bunge, Crick, o nuestro Bueno. Se rasga, así, la oscuridad, el embrujo del país de nunca jamás y se hace la luz: LA ILUSTRACIÓN. Después de todo, el mundo feérico, las hadas, la brujería o la superstición, no eran más que una pervivencia popular de las primeras formas del mito.
Ahora, para ir cerrando esta serie, tomaremos prestada la visión de J. Monod: "El progreso científico de los últimos cuatro siglos rompe esa relación dual del hombre con la totalidad del universo -la Naturaleza-, y con esa concepción milenaria de sí mismo, hasta producir ese mal del alma que es la angustia existencial, ante una soledad nueva. Desde entonces, la objetividad de la naturaleza o verdad del conocimiento, sólo pueden proceder de la confrontación sistemática entre la lógica y la experiencia, cuyos resultados -añadiríamos- no pueden ser diferentes para cada religión, cada tiempo o cada doxa".
Esa, necesaria, objetivación se expresa en la teoría del materialismo histórico, desde Hegel hasta los desarrollos marxistas, incluyendo el materialismo dialéctico, que exigen la interpretación tanto de la historia humana, como la del cosmos, con las mismas leyes. Gustavo Bueno busca cerrar, de ese modo, las distintas categorías del conocimiento, y Mario Bunge formular un monismo pluralista o varios niveles de organización de la realidad, toda ella material, desde el nivel físico, el químico, el biológico, el psíquico, el social e incluso, el tecnológico.
Pero en la práctica, esa concepción materialista, aun dialéctica, no cierra el problema de forma definitiva: Tantos milenios para que se afirme en el mundo de las ideas, que el conocimiento objetivo es la ÚNICA fuente de la VERDAD genuina, no acaban de resolver algo tan humano como la resistencia a la NECESARIA aceptación de separar las fuentes del CONOCIMIENTO de las de los VALORES (Los de nuestra ética subjetiva o los de...  aquel otro modelo cultural). De ese modo, la cuestión sigue en nuestras sociedades sin conciliar la teoría con la realidad: Las sociedades 'liberales' occidentales siguen enseñando, a pesar del exponencial desarrollo científico-técnico, una moralina judeo-cristiana, mezcla de progresismo cientificista con los valores naturales, y, todo ello, envuelto en utilitarismo pragmático; lo cual no hace más que mantener la pervivencia de la vieja alianza entre los valores morales o del espíritu y el mundo material o de la naturaleza. En el otro lado, las sociedades nominalmente 'marxistas', profesan, una especie de religión que se pretende dialéctica, pero que, en realidad, está presa de una rigidez dogmática, que sigue sin acabar de superar la confusión -dualista, en suma- entre la categoría de los valores (de una ética socialista) y la del conocimiento; lo que las aboca al reiterado fracaso histórico.
De modo, que no fue suficiente formular la intención de una 'praxis' que interactuase con el conocimiento; faltó la capacidad de esa interactuación entre la 'verdad objetiva, científica' y la 'teoría de los valores'; pues el 'conocimiento verdadero' ha de sostenerse, en último término, en postulados de 'orden ético' para alcanzar una ÉTICA DEL CONOCIMIENTO, única guía posible para la evolución humana, conciliando la doble naturaleza de la pertenencia al mundo material  y al de las ideas**; que permita enfrentarse a esa angustia que expresan el arte, la poesía o el amor humanos.

Y, por último: nombramos esta serie de pequeños artículos con el, original, de Spinoza; a modo de intencionado homenaje a una de las llamas más potentes entre las que encendieron la ilustración -en otras lenguas el término está mas cerca al de iluminación, o de iluminar-: Baruch, que se adelantó a ese fogonazo, con su concepción -de lo humano- alcanzó una rara coincidencia con la de la neurobiología moderna, al decir del Neurocientífico Antonio Damasio, Premio Príncipe de Asturias 2005, en Investigación Científica.
Spinoza, educado en español, a pesar de la emigración familiar -habría que decir, en realidad, exilio del primer nacional catolicismo español-, fue la Razón filosófica: sólo treinta y tantos años posterior a Descartes: es ya radicalmente moderno, de hecho, es el verdadero padre del racionalismo. Su obra*** sigue vigente, por completo, dirán hoy sus colegas Deleuze o Albiac. Sin embargo, en su tiempo, fue calificada como forjada en el infierno. Provocó el rechazo, tanto de judíos o católicos, como de calvinistas o luteranos.
Su propósito principal fue introducir la razón en la moral religiosa. En su ÉTICA, more geométrico -con la precisión abstracta de lineas, planos, etc.-, pretende sustituir los criterios morales -la ética subjetiva- por las 'necesarias' leyes que rigen el cosmos (Ni más, ni menos, que contábamos más arriba de Bueno o de Bunge). Lo que le convierte en el primer precedente de la ÉTICA DEL CONOCIMIENTO, al afirmar, en medio del s. XVII, frente al -más que peligroso- rigorismo religioso, que: los valores son creaciones humanas, por tanto, pueden ser arbitrarios. Y puesto que la Naturaleza -el mundo existente- está determinada por la necesidad (la causalidad, no los milagros o lo sobrenatural), entonces será expuesta en orden geométrico (el método científico, racional). Pero esa necesidad no requiere, no implica 'finalidad': Existe el 'principio eficiente' (causa, origen), mas no la 'causa final', o una finalidad... de que las cosas acontezcan para algo (Ahí radica su agnosticismo de hecho, su ruptura con lo que es sólo un juego de la imaginación). Consecuentemente se declara monista, esto es: no cree en la dualidad cuerpo-alma, después de todo, su determinismo, ante el problema del libre albedrío, no deja de ser muy diferente al de la idea actual de "condicionados, ante la libertad". Entiende, así, que debe de prevalecer la separación entre el orden religioso y el político, evitando, de ese modo, la injerencia religiosa; de lo que se sigue, además, la necesaria subordinación del orden religioso al político. De otro modo, concluye, viviríamos en estado de 'naturaleza', donde no existen, no se sancionan, el bien y el mal; es decir, no hay sociedad.

Su TRATADO y la ÉTICA exceden en mucho la realidad de este Blog, pero vale la pena dejar algunas de sus reflexiones: El anhelo -conatus- es lo que nos impele a la búsqueda de la claridad del sentido existencial, a actuar frente a la realidad de nuestra naturaleza, a mantenernos frente a la adversidad y frente a la muerte misma, a liberarnos de la oscuridad.
Para Baruch, la salud es la convicción y la gran suerte de estar vivos. La salvación -desde la plenitud de vivir- es asumir el destino y acomodase a la intuición -cierta- del deterioro físico, del daño mental y de la muerte. De ese modo, algunos individuos son capaces de la renuncia al relato escatológico, al más allá: No hay castigo, no hay recompensa, no se trata de complacer a no se sabe que 'entidad'. NO, se trata de actuar conforme a la Naturaleza, a nuestra naturaleza. Y esa es nuestra plenitud, la 'salus' o la felicidad posible. La libertad, entonces, estará en el poder de la mente  sobre el proceso que desencadena las emociones y los sentimientos, en asumir, así, la eternidad del Universo físico -la Naturaleza-, que no la perspectiva de la inmortalidad propia. El milagro que Baruch llamaba "amor intelectualis Dei", y que hoy llamaríamos AMOR RACIONAL A LA VIDA, a esa Naturaleza de la que formamos parte, es el milagro irrepetible de estar vivos.
El sentimiento cósmico -expresado por Einstein-, sería el entusiasmo por esa vida, ya que la razón nos hace conscientes de que sólo somos subjetividad individual en la soledad del misterio del Universo.


BARUCH FUE EXPULSADO  POR UN CHEREM, QUE LE REDUJO A LA SEPARACIÓN  DE SU COMUNIDAD JUDÍA Y AL OSTRACISMO CÍVIL EN HOLANDA.   ESPAÑA, LE IGNORÓ COMO PORTUGUÉS Y HEREJE, PERDIENDO AL PRIMER  CIENTÍFICO  Y RACIONALISTA MODERNO, MÁS QUE DESCARTES, GALILEO O HOBBES.
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*  Lugar común, y título del admirable  relato -ya citado- de Stefan Zweig, sobre el mundo europeo, entre el cenit imperial victoriano y el esplendor de la cultura centroeuropea, en que creció inmerso el mismo Zweig.

** El pobrecito escribidor resigna la dificultad de hallar otro lenguaje que exprese con más claridad tales aparentes galimatías.

*** Fundamenta la Filosofía moderna, superando con claridad al -más famoso- método cartesiano. Su matriz filosófica hace honor al 'more geométrico':
La Naturaleza está constituida por una sola Sustancia, la misma y de todas las cosas (Monismo. La moderna teoría de las cuerdas estaría completamente de acuerdo), divina e infinita: 'Deus sive Natura'. O el todo, la Naturaleza, es Dios (Superando, así, el dualismo cartesiano: mente/cosas materiales).

La Sustancia no es inerte. Baruch incorpora el movimiento (A diferencia de la Escolástica).

La infinita Sustancia (Tiene la piedad de llamarla Dios), tiene finitos modos (de ser), contenidos en su Atributo: Extensión. Los Atributos son infinitos.

Todos los Objetos físicos son los modos de ese Dios contenidos en el Atributo Extensión... de la misma manera que...
Todas las Ideas son los modos de ese Dios, contenidos en el Atributo Pensamiento.

Dios es la Naturaleza naturante (Creadora, productora)
Las  Cosas finitas Son Naturaleza naturada (Creada, producida)