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03 diciembre, 2018



"EL ESLABÓN PERDIDO"...

    En el año 2013 de nuestro señor, en una colina parda y árida de Ledi-Geraru, zona de Afar, Etiopía; la paleoantropóloga y cazadora de fósiles Kaye Reed se dio de narices con los dientes de una tataratataranieta... de la famosa Lucy (In the sky with diamonds). Era más buena moza y, más o menos, unos trescientos mil años más joven que su antepasada (2.8 Crones). Y más hábil. Su familia, definitivamente se había bajado de los árboles a la pradera abierta donde, sino hamburguesas, al menos comenzamos a comer carne -para crecer y ser más listos-, en lugar de ser presa de carnívoros.
Seguro, que fueron sus parientes, expuestos a la terrible canícula de los cambios climáticos en África, quienes siguieron las tradicionales migraciones al norte, Nilo arriba o hasta las cercanías del estrecho (el nuestro), hace casi dos millones y medio de años... de manera que, por el barranco de Ain Bucherit, fueron dejando al albur alguna herramienta perdida, sin duda, del primer modo o manera de tallar la piedra.
Así lo cuenta la conspicua revista guiri Science. Esas herramientas fueron la primera industria de la humanidad, lo eran para buscarse la vida, hasta acabar condicionando una manera de ser: "Industrioso"... quería decir hábil, que fue como llamaron a sus autores; los cuales comenzaron a sacar lascas como cuchillos, más eficaces que los los cantos partidos como mazas. De modo que los científicos los llamaron Homo, para diferenciarlos -más bien, diferenciarnos- de los pitecinos o monos. Empero conviene admitir que no éramos únicos en servirnos de herramientas para mejorar el suministro: chimpancés, nutrias, quebrantahuesos, quizá lo hicieron, incluso, antes. La diferencia es que los humanos primero conciben, después ejecutan... un plan, que luego repiten: esa es la secuencia humana característica. Y la que corresponde al desarrollo mental que diferencia al género Homo.
Sea como fuere, hace entre tres y dos millones de años, mientras la estirpe de Lucy (Austrlopiteco o primer mono, que caminaba erguido) acaba desapareciendo, los primeros ejemplares de nuestro género Homo aparecen en África. En ese período hay un salto (en el registro fósil) sin evidencia definitiva de que Lucy fuese nuestra antepasada directa. Desde que habíamos dejado a nuestros primos chimpancés en los árboles, a resguardo de grandes felinos y otros indeseables, nuestro esqueleto, evolutivamente, se había adaptado al suelo: para andar levantamos la cabeza, que se hacía más grande, y acabamos de erguir el tronco como unos señores... que acabarían volando fuera del planeta o elaborando un mapa del universo y una historia del tiempo, casi infinitos; sólo que un poco diferente de las historias sagradas. Pero en medio de aquel salto acabó apareciendo en Ledi-Geraru, el citado eslabón perdido: la mandíbula -femenina, al parecer- que hace de clave del puente entre las dos orillas de una larga noche, que nos ocultaba parte de nuestro registro civil... o fósil. No parecía que la descendencia de Lucy se hubiese extinguido ni que de la nada apareciesen, de pronto, medio millón de años más tarde, los antepasados de sapiens. Como 'en la navaja de Ockham', la explicación más simple, es la más convincente o segura. Además, los coetáneos y descendientes de Lucy, claro que sabían ayudarse de herramientas: las piedras con filo les facilitaban la dieta con carne para seguir desarrollando el cerebro, acercándose a  lo humano y... que les llevó "fuera de África"; por el Mar rojo, casi en plan 'diez mandamientos', por el istmo de Suez o... por Gibraltar. Se suele considerar que esa primera salida de Homo, "Out of África", se produce por Suez, hacia el paso de Dmanisi, Georgia. Empero los datos son testarudos: ese hecho, se habría producido entre 1.8 y 1.6 Millones de años o Crones. Ahora, en el otro cuadrante -el noroeste- africano, además de los más viejos presapiens de Jebel Irhud -en el suroeste atlántico de Marruecos-, aparece en el barranco de Ain Bucherit -cerca de la costa argelina y frente a la de Granada- un yacimiento con industria lítica de 2.4 Crones... pues bien: los datos testarudos de venta Micena, Orce, se sitúan en un horizonte próximo a 1.6 Crones y casi al mismo tiempo en Atapuerca. La precisión indica que no fueron tiempos muy propicios para atravesar, desde el Cáucaso, una Europa congelada por la Glaciación Donau*, para llegar a Granada por Burgos. La pregunta es: si costearon todo el Mediterráneo norte, o sólo saltaron Gibraltar con, o sobre algún tronco que otro, llevados -más bien, traídos- del cálido y veraniego viento del sur...

* La glaciación Donau -inmediatamente anterior a las cuatro habitualmente citadas del Pleistoceno- duró desde 1.8 a 1.4 Crones, justo el período en que los Habilis de África se están convirtiendo, camino de la salida, en Ergaster, para llegar a Eurasia como Erectus, antepasados inmediatos del Hombre de Orce y del Antecessor de Atapuerca. La cuestión es si ambos descienden del Homo georgicus -en cuyo caso llegaron costeando el Mediterráneo-, o son hermanos -coetáneos entre 1,8 y 1,6 crones- y precursores de la travesía en patera.



23 octubre, 2018



ENVENENANDO GUAJES

... con dinero público?

Acabo de leer que un pollo -un tal Oskar Matute, con K de Kafka, eso sí- quien inició la andadura como activista social, que pasó por la sección de Izquierda desUnida de las Vascongadas, para acabar de diputado, en Madrid, de Bildu (Andadura típica del cuento o de no dar un palo al agua), pues: este fin de semana ha sido invitado a 'Uvieu' por el colectivo juvenil Darréu para dar una charla a la Mocedá revolucionaria.
De manera, que les ha contado, el pollo, a los aprendices -no sé de qué: supongo que de antiEspaña- cómo dejar al desnudo, tal que en Cataluña, el carácter antidemocrático del Estado español, ese que ha respondido con las porras al pacifismo con que los catalanes recibieron tan fraternalmente a los cuerpos de seguridad, en las jornadas del pasado otoño.
El pollo del Matute, salido de la izquierda 'solo' autonomista, ha seguido la evolución habitual a posiciones independentistas, al haber perdido la fe, claro está, en una reforma plurinacional del 'Estado' español, donde símbolos como la monarquía están blindados... Y, que sí, que el sentimiento republicano crece desde el 15-M... pero si no se les reconoce su derecho a decidir -lo que es imposible, puesto que según la doctrina en Derecho Internacional de las Naciones Unidas, tal derecho no existe, ni el de Autodeterminación viene al caso-, entonces, el Estado español no les interesa. ¿Y dónde -fuera- creerá este gilipollas que les van a pagar todos los años otro CUPO... para vivir como se vive en Vascongadas?
Para qué seguir: no va a dejar su obsesión de levantar, cuanto antes, un frente independentista en 'EUSKAL-HERRÍA'.
Estas son cosas que se pueden leer hoy en Atlántica XXII... y que envenenan a nuestras 'mocedaes' antisistemas, nacionalistas, podemitas o la madre que las parió. Futuros "a-berzales"*, como las llama 'el pobrecito escribidor'. Sólo falta el acabose, que aquí también levanten la bandera de Asturias ceibe de la madrastra España. Sí, como una abuela independizándose de las nietas. Tiempos veremos... a este paso. Es tan venenoso lo que hacen que todo podría ser.

* No esta muy clara la etimología: parece ser lo más probable, que se relacione con... "berzas".



23 septiembre, 2018



El viejo ECO...

... de Umberto, el semiólogo:
Nos trae un mensaje, casi desde las catacumbas, desde mediados los sesenta, aquel tiempo en el que comenzábamos a formar la nueva ola -que ahora está a punto de acabar, no vamos a decir, todavía: morir, en la playa-. Con banda sonora de los Beatles y una poca de in-Satisfaction de morros-Jagger nos disponíamos husserlianamente a poner el mundo: Adanes por entonces, teníamos muy claro que antes no hubo nada más que algo completamente inservible. Y como es bien sabido: naturalmente, fue algo insólito, como todas las generaciones estábamos inventando el mundo por primera vez.
Ello viene a cuenta de que el admirado Umberto Eco estableció o fijó nuevas categorías. Se refería a la 'industria de la cultura', lo que hoy va camino de convertirse en un Oxímoron... Eran los felices'60, y nuestro 'primer mundo', aun en distinta medida, comenzaba a vivir la mayor época de vacas gordas de la historia. La reacción al final de la guerra, además de recuperar población -no demasiado forzada: esas cosas se dan de natural- acabó por disponer de un poder tecnológico y niveles de renta desconocidos.
Pero, como en todo proceso de la naturaleza -dialéctica-, aparecieron los dos polos... dos sensibilidades o dos maneras de estar: APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS, las llamó el joven semiólogo. Afectaban a las modas, la industria de la cultura, la filosofía, los valores y las formas de lo político. Eran, en suma, dos maneras de estar y de ver el mundo.
La manera de los apocalípticos era disruptiva, proponía un mundo nuevo, cambiante, pero de manera rompedora: sí, con aquellas formas que -como es debido- tantos dolores de cabeza proporcionó a nuestros padres y... más a las madres. Se rechazaba la uniformidad de la masa, reivindicando la peculiaridad de cada cultura o grupo étnico,  y, casi de cada individuo... para los que el poder de la industria del entretenimiento -entendida de manera esencialmente diferente de la cultura- representaba un peligro. En definitiva, el cambio de cultura por entretenimiento, perjudicaría el sólito papel crítico de esa cultura, dada la prioridad del beneficio capitalista. Ese rechazo, fue el camino que tomó Kerouac... y el de la poesía en madrugadas estimuladas en los tugurios del Village, de Ginsberg; o del precoz vigilante del centeno de Salinger, del meteco -en cualquier lugar- de Moustaki, y del ayer futuro y psicodélico de Lennon, con flores y viajes por la California de Marcuse, ya tan lejos de la Teoría crítica de Adorno... hasta los retornos, de nuevo, al 68, ya sin Sartre, por la orilla izquierda, que aún transita Auster.
La de los integrados, por contra, ve la uniformidad de la cultura de masas de manera positiva; como condición de estabilidad, necesaria, en un mundo amenazado por el conflicto, y superpoblado: la aldea global de McLuhan, donde la interconectividad de los medios con las personas llega al punto de que 'somos lo que vemos' (quizá, por ello, pedía a su hijo que... sus nietos no viesen la TV; o como  le parafraseaba Andy Warhol: "todos tenemos derecho a 15 minutos de fama"). En esa cultura de interacción con 'los medios', la sociedad consumista, se hará más conformista/menos conflictiva. Se trata, pues, de permitir que la mano oculta de... Friedman, autoequilibre la oferta y la demanda. El paradigma es favorecer -más o menos acríticamente- 'aquello' que hace que la sociedad funcione. Y si funciona, el Estado menguante de Reagan-Tatcher, favorecerá la desrregulación en lo posible, eliminando el conflicto de la historia... según Fukuyama.

Recientemente El País (Apocalípticos... 18/09/2018) reseñaba esa fosa, abierta o fijada por la Revolución francesa, entre la dos citadas 'maneras' de ver este mundo: progreso o tradición. En los dos siglos largos transcurridos, ese enfrentamiento, o tensión, ha pasado por diferentes estados: las revoluciones del XIX; la plenitud victoriana del imperialismo británico; la desaparición de ese Mundo del ayer de Zweig, arrumbado por, no una sino dos, guerras ´mundiales' devastadoras; pero también por el período de `progreso' científico y económico más espectacular de toda la historia humana, que inauguran la estabilidad de Bretton-Woods o el fenómeno Baby-boom, el que trajeron la posguerra y las sociedades posindustriales o posmodernas.
En esa estábamos, cuando los 'sesentayochistas', empezamos a ser conscientes de que ese tiempo es pasado, que esos dos siglos largos, ya sólo son humo de la historia, que lo que importa es el hoy... más que en ningún otro tiempo: la inmediatez, el último tweet, la última foto de instagram o la última fake new. El holismo emerge en nuestras sociedades camuflado entre populismos de signo contrario: no importa cual... a más comunicación... menos información. La generación que ha disfrutado del mayor presupuesto de educación de la historia, parecería funcionalmente analfabeta, cuando menos, sin capacidad crítica... ha perdido la lucidez de pensar -en términos sociales- por sí misma.
Entre tanto, la distancia entre aquellas dos orillas, se hace más y más insalvable: en una, el populismo que difunden Mouffe, Galeano, Iglesias, Varufakis o Monereo predica muy claro, clivaje, mediante -o separación entre ellos y nosotros-, que en la democracia liberal de las sociedades desarrolladas prevalece la 'libertad' -en particular la económica, la de mercado- sobre la 'igualdad' democrática de derechos; en la otra: los nietos de Hayek, de Popper, de Soros o incluso de Isaiah Berlin, lo que ven es un futuro de oportunidades, de innovación, capaz de enfrentar cualquier desafío... constituyendo, en realidad, una nueva aristocracia tecnológica, hasta el punto que se sienten dueños de su (?) futuro. Pero la testaruda realidad les contesta que, en el país de la City, aproximadamente la mitad de los jóvenes piensa que no tienen control sobre su futuro, que lo deciden otras personas; o que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más numerosos. Lo que conduce a que, esa brecha, hoy, se dilucida cada vez más, en la cancha del populismo... en las redes sociales, en unos 'media' que no se sabe quién controla, en organizaciones políticas supuestamente horizontales pero dirigidas férreamente por los aparatos...

Llegados a ese punto una tregua, o alguna colaboración o consenso, en lugar de la exclusión recíproca, resulta cada vez más inimaginable. Las maneras políticas de los Ejecutivos de Norteamérica, Rusia, Corea, Venezuela, Hungría; o la irresponsabilidad en Italia, Gran Bretaña, Turquía; las dificultades en Alemania, España, etc., dejan al descubierto la extrema dificultad que, de nuevo, ocasiona el populismo -esa forma de meter la mano en las tripas -metafóricamente hablando-, en el inconsciente, de tantísima gente, que no sabe bien por qué, quién y cómo... conoce: que, sobre todo, reacciona al estímulo que le han provocado. Como aquel perro del experimento, reaccionan al toque de campana, ahora, de los medios o las redes... segregando la bilis del creciente malestar.
El problema es que después de los dos milenios y medio -que van de la formulación, por Clístenes, de los derechos a la igualdad ante la ley, la participación y la expresión, de los ciudadanos; hasta los dos conceptos de la libertad, por Berlin-: seguimos inermes a la tentación populista de uno y otro signo, a la mentira interesada, a las verdades a medias, a la manipulación, al desprecio del derecho o de la democracia formal, si no nos favorecen...

Hannah Arendt lo señaló como el camino al totalitarismo -el hombres solo, aislado ante un poder capaz de todo- una y otra vez... desde la banalidad del mal, del hombre corriente, hasta el mal absoluto. ¿O es que anduvieron otro camino Hitler o Stalin? ¿O sus émulos: Castro y Pinochet?
De manera, que es un mal planteamiento de futuro el de... ¿APOCALÍPTICOS O INTEGRADOS?

Pues... ni lo uno ni lo otro: en la pugna entre 'la naturaleza' y la 'condición' humanas, sin los dos remos, la nave de la vida no avanza...



(1) La moderna psicología social postula que en cada generación, del mismo modo que aparecen: chico/chica al 50%, también ocurren las otras dos actitudes respecto a los valores sociales: mitad de tendencias estables, no innovadoras, ni aventuradas a lo desconocido/mitad aventurera, proclive a la novedad y al rechazo de lo establecido. Los ideólogos respectivos, pues, serían Prometeos que luchan por romper ese empate -a favor de un poder de turno- que se reproduce de nuevo, en el comienzo de partida, con cada nueva generación.

(2) La realidad es que una mirada no partidista, deja al descubierto que tanto las formulaciones teóricas del bando (más) liberal, como del (más) socialista contienen proposiciones muy sostenibles: las políticas anticrisis de Keynes, que considera la relación entre inflación y paro de manera tan diferente de Friedman; la obsolescencia -programada- creativa de Schumpeter, que tan lúcidamente comenta Paul Krugman: "la planificación de ventas de los iPhone-5 de Apple que pueden aportar cerca un 1% anual a la economía USA, en una decisión que no tiene nada de azar de mercado, y que resulta casi de una economía planificada. En realidad, lo que explica esa concepción de la economía es, no sólo la innovación, sino el control de la relación de la oferta y la demanda, lo que, por el otro lado, determina los niveles de paro/empleo, entre necesarios y soportables". De manera que Krugman, tan ocupado por la problemática  de los 'costes sociales' de la economía capitalista, entiende cómo ésta alumbra mecanismos que significan avances sociales. Es un caso paradigmático de que la ética de las convicciones socialistas, ha de convivir con la ética del pragmatismo 'productivo'.
Desde la plusvalía de Marx -para no remontarnos a San Agustín y su Ciudad-, hasta las sociedades líquidas o del riesgo de Bauman y de Beck, la Economía, la Sociología o la Psicología social no han dejado de acumular visiones de esas facetas el 'Mundo', y, en realidad, en prácticamente todas hay algo de provecho. La cuestión -peleas de Cátedra, al margen- radica en la naturaleza humana, su comportamiento bi-polar: colaboración/competición. Eso es lo hace que todas esas herramientas teóricas se usen como armas arrojadizas por... los intereses de una o la otra parte. Y no siempre por la verdad o error de cuáles aspectos teóricos/prácticos.
(Carlos)Marx y Max (Weber) -padrinos de ambos campos-, que pudieron ser considerados excluyentes en aspectos importantes, sin embargo, hoy se comienzan a ver desde otra luz. Pues así... con el resto, o casi.



27 agosto, 2018



DECÍA EL VIEJO MÚGICA...

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Tiene toda la razón el viejo Múgica... desde el punto de vista moral. Sin duda. Pero, él habla de un mundo de flujos migratorios de decenas de miles, de algún millón. Nada que ver: el problema doble de Europa es que, hoy, en África, hay más de mil millones de muchachos contemplando las luminarias del Bernabeu (a diario en TV, una final cualquiera de la Champions), o de París, o de Londres... el lujo de los Bugatti o los Ferrari, las princesas/modelos -huríes, en este caso, no perpetuamente vírgenes- de los palcos Vip's... al cabo, el desenfreno del lujo. Ese es el miedo de la Europa rica pero, además, está el otro, el mortal: el de las bombas desde Molenbeek, el de los periodistas de Charlie Hebdo, el de los conductores asesinos o el de los trenes de Atocha, el de Bataclan o el de lo autobuses de Londres y... hasta de las Ramblas. Así, que sí, es lícito el miedo o la reserva de Europa a que entren sin control, por las puertas de su casa, con una bomba encendida y guardada en la mochila. Pero hay más, además de cuántos son, es cómo son: son manipulados por la versión más irracional y más agresiva del Islam... pues, increíblemente, no vienen -como sería lo lógico- a superar las carencias de su mundo de origen... al parecer, vienen -tras no se sabe qué fracaso, de qué inadaptación,o de qué expectativas- a reproducir fanáticamente, justo, lo que les instaló en esa miseria material, pero también moral, asesina. En el colmo de la frustración y el fracaso, a... destruir lo que no pueden alcanzar. Son, pues, la cadena de transmisión desde ese Islam fanático, que abortó con Al Ghazali -y los Almohades-, hasta las Torres gemelas o los Talibanes. De modo, que no es sólo un conflicto moral o emigratorio, o cultural: finalmente, sí va a ser un choque de civilizaciones... como dios manda. No, no es una cuestión multicultural o de buenismo, es algo todavía más, mucho más, profundo, es... el final del mundo como lo conocíamos. Literalmente, quiero decir. Lo es, porque se potencia con la crisis demográfica, la medio-ambiental y la robotización, todo a la vez. Las costuras no aguantan más allá de la mitad de este siglo, la cuestión de solidaridad que reclama -con razón- el viejo Múgica, no es la cuestión -que también-: no, no son un puñado de miles, son un puñado de algún millar de millones más de los que cuenta el viejo MÚGICA...

31 julio, 2018



"La jornada de EMPEL"...



... o el milagro.

(A mi amigo Suso, gustador de estas historias).


Por los días 6,7 y 8 de diciembre del año de nuestro señor de 1585; en plena 'Guerra de los 80 años' -que enfrentó a media Europa con la otra media, hasta la Paz de Westfalia de 1648; la que alumbraría los estados nación y el fin de la hegemonía española en Europa- ,y en la Isla de Bommel... el Tercio Viejo de Zamora, poco más de cuatro mil efectivos al mando del Maese de campo Francisco Arias de Bobadilla, se enfrentó al cerco de una escuadra de diez navíos, de los Países Bajos rebeldes, mandada por el almirante Filips de Hohenlohe-Neuenstein (alias Holak).
En la situación de bloqueo de los españoles, escasos de víveres y bastimentos, y expuestos a la inundación de su campamento desde los diques: Hohenlohe propuso una rendición honrosa, pero Bobadilla, mientras pide ayuda a Farnesio en Bruselas, responde: -"Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos"-, y decide combatir a la desesperada, en lo que queda del montículo y castillo de Empel. Esa noche del día 7 se desató una inusual tormenta que heló las aguas del Mosa, lo que propició el ataque sorpresa español en la amanecida del 'día de la Inmaculada' -para los creyentes-, que acabó en la destrucción o incendio de toda la flota enemiga. Ese día, mientras españoles, y no pocos italianos, aclamaban como su patrona a la Inmaculada Concepción, el Almirante Hohenlohe manifestaba: "Tal parece que dios es español, ante tan gran milagro". (Una tabla de esa imagen, había sido encontrada -al parecer- mientras excavaban las trincheras, interpretando así su intercesión en el desenlace).
Pero Empel no fue un hecho fortuito o aislado, aun con desenlace contrario, comparte con el final de Alatriste (la imagen última de la película), un sentido excesivo del heroísmo, del mismo modo que con medio-hombre, Blas de Lezo -menuda tunda a Vernon en la jornada de Cartagena de allá, mucho más notable que la que nos 'los casacones' propinaron en Trafalgar-: con Churruca que sale -de Cádiz- a sotavento contra Nelson, para que los Gabachos que comandaban, no digan; con don Juan Martín, qué importaría la pecina, si gastaba más lustre que el mismísimo rey Narizotas; y también con, por qué no, Moscardó o la guaja Aída de la Fuente. No, no nos hace falta remontarnos al pastor lusitano, ni al mítico Pelayo, ni siquiera a Cortés, Pizarro o Lepanto. No, no tenemos por qué echar pie atrás, ni ante hijos de la Gran Bretaña ni Gabacho alguno.
Por eso uno, a veces, siente tanta pena con las guerras de la banderita. Lleve el trapo el último color que lleve -el morao republicano o no-: lo es, de una cadena histórica que nos enlaza, mira tú, con todos los mentados... y aún algos, que diría Quijano, Don Alonso.
Claro -hay que reconocerlo-, que uno siente envidia sana contemplando a los gabachos en La Marsellesa del Campo de Marte el 14 de Julio a la anochecida. Hacen bien. Pero, callémoslo o no, sí sabemos que el cainismo es lo que marcó la diferencia en nuestra Historia. Todas las naciones que cuentan tuvieron sus episodios de guerra civil, al menos, a la entrada de la modernidad: el rey de Francia y el de Inglaterra llegaron a perder la cabeza en el envite; eso, sin hablar del Zar de todas las Rusias y familia en pleno. Pero lo que nos importa aquí -y quizá por ser la nación, entre esas que cuentan, la más invadida de Europa, además del rompeolas de los pueblos de Europa al norte y el Mediterráneo al sur-, es... ese cainismo que no cesa. Como si el país no acabara de ser pobre, no del todo aún: en cultura, en instituciones, en ciencia, en... confianza en sí mismo; sólo hace falta una mirada por encima de los Pirineos.
Tal cainismo... sigue patente, cebando el rencor, el resentimiento o la taifa: es el de alguien a quien ha menguado tanto la camisa, que no se sostienen las costuras... sigue vivo en la insidia entre el señoritismo rancio y el populismo nuevo, a cual más estéril... sigue latiendo, ayer en el Norte, hoy allende el Ebro o mañana no se sabe en cual Vistalegre. Todavía... sigue en el gerracivilismo, aunque camine ya para más de un siglo de viejo.
Pues -aun capaces, ayer del heroísmo y hoy de la excelencia-, cien años después de algunas centurias, seguimos invertebrados y aspirando, como mucho, como mucho, a la conllevanza.
Ortega dixit...






23 julio, 2018



DESMONTANDO A GRAMSCI... y -3-










Y alcanzaron la Hegemonía. 



... y a construir algo que quería ser socialismo científico. Pero en la realidad, 'la cosa' se comportó como un constructo que se caía, degeneraba, antes de una generación. Las revoluciones, aquí y allá, invocaban el reclamo de ese socialismo -científico o no-, para acabar decayendo: En Camboya, en Cuba, en Corea, en la madre de todas... las Rusias. La única con entidad -y mucha-, sobrevive en China; pero no queda claro si es China la que la sobrevive, si es la inercia de la tradición china, más bien, la que ha sobrevivido a la 'revolución cultural', para acabar en una gestión capitalista de la economía social, aunque de vez en cuando haya que descabezar a unos pocos millonarios -que se pasan-, en una sociedad con muchos millones de pobres... aún. 
Cien años dan alguna perspectiva: en el siglo de XIX, desde sociedades en buena parte feudales y semi rurales, se desarrolló el primer capitalismo, sin normas previas, casi espontáneamente. Lo natural era el liberalismo económico: dejar hacer... Sin embargo, ya desde 'las Internacionales' del citado siglo, aparece la reacción a los excesos: primero, la lucha de clases, y, después, la mediación o necesidad de 'regularlo' de una manera u otra. 

Una de esas respuestas (1) –tras la inicial de los soviets-, cercana en nuestro espacio mediterráneo, fue la Antonio  Gramsci: sus textos expresan el proyecto de imponer una visión ideológica, mediante una forma de conocimiento: la filosofía, que transforme la política -la dirección del estado-. Sin embargo, el pionero Lenin había puesto el acento en dominar -dirigir- las relaciones -alianzas- del proletariado con las otras clases sociales, de manera que no dudó en subirse al carro de la revolución burguesa si le acercaba a sus objetivos. 
Los  matices entre 'dictadura' y 'hegemonía' estriban en que Gramsci buscaba, en esa conquista de las alianzas, una base social que sostuviera el poder del Estado proletario. Seguramente respondía a la táctica necesaria que oponer al Estado corporativo fascista de Mussolini. Pero, en trance de asaltar y ocupar el poder, Lenin, busca dominar las alianzas para o ya, en ese poder. En conclusión, alcanzar la Hegemonía era la estrategia de ambos, pero mientras Gramsci emplea la táctica desde una improbable relación de poder; la de Lenin tiene el poder -al que llamó dictadura del proletariado- al alcance de la mano.


Esos cien años más tarde, los resultados son que la ‘Hegemonía‘ de Lenin mantuvo la conquista y dirección del estado cerca de tres cuartos de siglo, dominó las políticas de medio mundo y alcanzó tal desarrollo científico –perfectamente descrito en el relato disidente de Vasili Grossman (2), acreditando el mundo de la Academia de Ciencias de la URSS, y tan bien conocido por Stalin-, que mantuvo esa hegemonía hasta la conclusión del mundo bipolar en 1989. Sin embargo en el Sur europeo de Gramsci y en Occidente, la Hegemonía que se mantuvo mutatis mutandis, fue la del sistema capitalista: las previsiones del socialismo científico, del DIAMAT (3), fueron fracasando una tras otra, incapaces de responder a los desafíos de la evolución de las sociedades y… a la pujanza, a la competitividad económica del sistema capitalista.
Seguir la línea del pensamiento de Antonio Gramsci, seguramente, nos resultará muy útil para entender esa cadena de fracasos:

La primera y fundamental crítica –por ejemplo, en los términos (4) muy acertados de G. Bueno o M. Bunge-, se refiere a  la pretensión de "científico y sin discusión" del Materialismo según Jósif Stalin. Pretensión en absoluta contradicción con la categoría “dialéctico”, lo cual refiere a “interactivo y mutable”(5).
La crónica bien conocida de esos fracasos excusaría entrar en más detalle, si hoy mismo no estuviera ocurriendo en Occidente, en nuestro mismo país, una vuelta por la puerta de atrás de esa filosofía, aun camuflada o emboscada, tras un populismo que viene de la mano de las crisis cíclicas de la economía y del uso devastador de la interacción de las redes sociales con los medios de comunicación y el adoctrinamiento de los nacionalismos. Es la nueva línea Agit-Prop.

Esa línea de continuidad, decíamos, va desgranando en los Cuadernos el pensamiento de Gramsci: -
--- La clase dominante ejerce la hegemonía plasmando su visión, su influencia espiritual o cultural, en la concepción del mundo de las clases dominadas. Esa concepción del mundo, a su vez, se reflejará en la acción. (Lo que recuerda la concepción de la acción y el discurso en H. Arendt).
    ---  Una clase es hegemónica mientras mantiene las fuerzas sociales -con su dirección ideológica, política y cultural- en un bloque social unido. Impidiendo la expresión de las contradicciones, que en caso contrario producirían una crisis de la ideología dominante y del grupo en el poder.

    --  EL PROBLEMA DE LA UNIDAD O RELACIÓN IDEOLÓGICA ENTRE LOS DE ARRIBA Y LOS DE ABAJO. Que había sido mediado históricamente por la religión, en el sistema escolar: las clases populares dominadas, eran mantenidas así en una posición subalterna, incapaces de alcanzar el saber crítico de los intelectuales y de las clases dominantes.

    --  La unidad ideológica, pues, sería el objetivo del marxismo, desde un cambio intelectual, para construir una nueva cultura y nuevas relaciones políticas. Los neogramscianos como Mouffe, Laclau o la banda de Somosaguas entienden que mediada la separación de “los de abajo”, se afirmará la teoría revolucionaria, que viene de afuera, elaborada por los intelectuales. Proceso colectivo en el que se realizará la síntesis crítica, dirigida por el Partido.

    -- En la realidad –realmente existente- y según la afirmación de Lenin en Un paso adelante, dos pasos atrásel Partido se construye de arriba abajo, con un modelo de centralismo democrático que debería desembocar en una sociedad unificada, sin oposiciones, pero sujeta a un adoctrinamiento aceptado.

Empero en tal concepción de la hegemonía late una visión ideológica que empuja a la inversión causal: es la superestructura cultural, teórica, intelectual la que acaba determinando notablemente la estructura material, lo que llevará, desde Gramsci hasta Althusser, a afirmar radicalmente la ideología anti-economicista (No es esa realidad material-económica la que determina, por completo, las formas del pensamiento), y su naturaleza material como práctica productora de sujetos. La concepción de Althusser, pues, pretendió, desde otra visión del materialismo histórico, superar el economicismo y el reduccionismo que atribuyen a la ideología una necesaria connotación de clase.


Estas líneas serían sólo un mínimo exordio de un dramático y largo relato de la historia contemporánea de Europa y, finalmente, de nuestro país: su contenido, curiosamente estuvo en el centro de la discusión del IX congreso de PCE, una de cuyas facciones –que conocí muy bien- llegó a poner en serios aprietos a la dirección carrillista y nominalmente eurocomunista, que acabó en la irrelevancia como casi todo el Partido. Es una historia, ya cuarenta años vieja. Por lo que no valdría la pena volver sobre ella… si no fuera que: caídos el Muro, L. Althusser (6) y N. Poulantzas hace tres décadas, y cuando Georg Lukács, Marta Harnecker, Christine Buci-Glucksmann o Eric Hobsbawm no parecen una esperanza con futuro: tras la última crisis cíclica de la estructura capitalista del sistema... un grupo universitario, en Somosaguas, no precisamente destacado por sus logros, pero trufado de ambición por conquistar los cielos y rechazado por los náufragos del comunismo residual, atisbó la posibilidad de continuar o subirse en marcha a la ola de indignación. Interesadamente quieren ignorar que el mundo de Lenin o Gramsci ya no existe, que las recetas de ambos o, peor, las de Trosky, o los anarquistas, que fracasaron reiteradamente cuando las relaciones de producción o la plusvalía o la lucha de clases, todavía significaban algo más... a tener en cuenta (Claro que conservan sentido, pero están desplazadas por otras realidades: Piketty, dice, no haber leído "El Capital", pero sabe de qué habla... ). Sin duda la causa, las esperanzas y las motivaciones de muchísima gente que les apoya es justa. Y, aun, la de bastantes líderes; pero las de su dirección y buena parte de los responsables, NO. Y NO, porque especialistas en Políticas -no importa, si más o menos capaces o brillantes- NO PUEDEN NO SABER que su mensaje y sus comportamientos responden a ambiciones personales, en tanto que equívocas y sectarias, y NO, A NINGUNA UTOPÍA. Claro que piensan que las recetas gramscianas de Mouffe o la retórica de Galeano les recaban apoyos electorales, pero otra más gente sabe, sabemos...
Que las razones expuestas, explican el fracaso de los intentos de la utopía comunista, que la humanidad, desde la caverna de Platón, siempre -genéticamente- perseguirá las luces de alguna otra. Pero las ciencias sociales -las que equivocó Stalin- las que formulan Beck, Bauman, Stiglitz, Rifkin o, por qué no, Arsuaga y su idea de dónde venimos... ante el proceloso mundo al que vamos, requerirán además de justicia social, soluciones tremendamente complejas y caras e innovadoras. No aquella concepción de la Hegemonía.





(1) Emulada, en cierto modo y este tiempo, por los 'indignados'.
(2) En "Vida y destino", Vasili Grossman -disidente, pero comunista- describe con maestría el brutal desarrollo científico que se produce en la URSS bajo la férula de Stalin. Pero también, el lado disfuncional de aquella sociedad.
(3) Materialismo dialéctico: Especie de filosofía que Stalin trata de imponer de modo dogmático, sin discusión.
(4) Bueno o Bunge, sólo son más frecuentes en este Blog -o más filósofos-. Sin embargo la Teoría crítica de la Dialéctica de la Ilustración (Frankfurt) es un  análisis filosófico, económico y social incontestable del fracaso del socialismo realmente existente.
(5) La pretensión de Stalin de consagrar como Ciencia el Materialismo dialéctico que producía la Academia de Ciencias de la URSS, incluía dos paradigmas o tipos de disciplina, por así decir: las Ciencias de la naturaleza y las Ciencias sociales. En el primer ámbito, científicos marxistas como Oparin, Haldane o Miller formularon una explicación certera -monista- de la vida, la naturaleza o la física, que continuada por Monod, Ochoa, Crick, Gould y tantos otros, superaba la concepción espiritualista -dual-, y que hoy continúa, cosmos adelante, en la cuántica, la relatividad y la biología evolutiva. Pero el otro palo abarcaba las ciencias de lo más humano: la sicología, la sociología, la sociobiología; el comportamiento, en suma. En definitiva, una realidad difícilmente aprehensible o predecible. De manera que el Materialismo, sobre todo por ese lado, chocó con la contradanza entre el azar y la necesidad: determinados acontecimientos son absolutamente contables o predecibles pero otros, no hay Plan quinquenal, soviético o no, que los pueda determinar:  esa impredecibilidad del futuro humano, ocasionó el desastre sabido. Y las consecuencias de la banalidad del mal (H. Arendt), particularmente en los regímenes totalitarios, continúan, hoy, en las mafias, los clanes, los tráficos o las corrupciones inimaginables y más crueles, como secuelas de un sistema que traería el futuro del socialismo científico. Claro que las derivadas del capitalismo salvaje, puede que menos visibles en ocasiones, son igual de punibles; pero la crueldad y la deshumanización que alcanzan esas mafias, que ha dejado el naufrágio soviético, nos avergüenza a quienes un día creímos... (En el día de hoy llega la noticia de la salida de la palabra "comunismo" de la Constitución de Cuba). Son las consecuencias del terrible error del estalinismo, de confundir la predecibilidad de un cálculo matemático o una reacción química, con una reacción o comportamiento humano. 
(6) Todavía a finales del siglo XX, y poco antes de su tremendo final personal, Louis Althusser postulaba ("Para leer el Capital") el descubrimiento por Marx, en El Capital, del sistema de conceptos -por tanto teoría científica- que abría lo que podíamos llamar: "el Continente-Historia". Hasta Marx, se entiende, había dos ámbitos del conocimiento: "el Continente-Matemáticas" y "el Continente-Física". Althuser, entendió que la "teoría" de Marx abría al conocimiento científico ese nuevo "Continente-Ciencias Humanas o Historia": Psicoanálisis, Lingüística, Sociología, etc... sólo los militantes de la lucha de clases proletaria, continuaba... agrupándose en organizaciones de lucha de clase económica...
Louis, pretendía  "que especialistas intelectuales altamente cultivados no hayan comprendido un libro con la teoría necesaria a sus disciplinas y... por el contrario, los militantes del Movimiento obrero lo hayan comprendido". 
*Algo ha fallado, decíamos...*.




14 julio, 2018



A VUELAPLUMA...



Algunas personas geniales, que se llamaban Adorno, Arendt o Benjamin entendieron que la doctrinas sociopolíticas del siglo anterior estaban cada vez más demodés. Lo digo, porque esas personas, precisamente, son diputadas como extremadamente perspicaces... en asuntos de política, arte, modas o filosofía social; pero es que además comparten otra condición: los marxistas o los anarquistas canónicos los tienen por heterodoxos: Adorno era muy consciente de que su desconfianza o Teoría crítica, respecto a que la economía social era como una bicicleta -con vida propia-, en la que no había manera de parar de dar pedales, para 'corregir' lo contradictorio o lo disfuncional, porque se caería; de modo que... sería considerada como una especie de marxismo "conservador".
Arendt, buena conocedora de la filosofía marxista -y aun de otras-, sin embargo, fue definida como demócrata radical, incluso se afirmó (Su biógrafa) su vigorosa imagen de "conservadurismo revolucionario". Le espantaba la banalidad del mal, esencia del totalitarismo: Su ideal era la libre comunicación de proyectos por parte de individuos, en un espacio público donde el poder se divide entre iguales con libertad de acción. Sentía que los totalitarismos han acosado a las revoluciones como la muerte a la vida.
Benjamin tuvo el destino más triste de los tres, pese a los esfuerzos de Adorno por atraerlo a Nueva York, resultó tristemente atrapado entre Hitler y Franco -literalmente-, una triste madrugada de Portbou; donde un "ángel de la historia", como salido de un cuadro de Klee, con el rostro vuelto hacia el pasado, se precipitaba hacia un destino -1940-, en el que se superponian ruina sobre ruina, la historia de los humanos. Benjamin sintió que ese ángel era el progreso, incapaz de plegar sus alas, vueltas por el viento de esa historia, mientras la tempestad le lleva al futuro (Tesis 9 de Filosofía de la historia).
Benjamin, al cabo, escribió que "sin la lucha de clases por las cosas ásperas y materiales, no existen las finas o espirituales. Estas últimas son como el botín del vencedor en esa lucha".

Así que este 'pobrecito escribidor' ya ha visto demasiadas páginas de este libro de la vida, para enmendar la plana a los ilustres citados. ¿De derechas... ?

16 junio, 2018



LA FALA, LA POLÍTICA Y EL SENTIDO COMÚN...


(Uno acabará por volverse jacobino: ahíto de modernos, radicales y antisistemas).

Ha treinta años ya, que el sinsentido desbordado de amor al terruño ya campaba sin freno por la vieja Iberia, incluidas las Asturias. Entonces, los más sabios de la tribu: Alarcos, Lapesa, Dámaso Alonso, Bueno, Caro Baroja, Buero Vallejo, Laín  Entralgo, Neira… y un buen puñado de  doctores y cátedros de la cosa, en documento titulado La Realidad Lingüística  de Asturias, lo pusieron muy claro: en Asturias había hablas, que no una lengua con la equivalencia necesaria con las tres peninsulares. Y ello así, por más fervoroso amor que –decíamos- profese al terruño cada hijo de su madre…
Empero, entre los aledaños y las ambiciones de poder no abunda el más común sentido, ni siquiera entre los especialistas en ‘la cosa’: unos por necesidades de competición política, otros por exceso de afecto, el caso es que pujan en el despropósito.
De modo que, al cabo de una larga emigración, cuando vuelvo a mi tierra, me encuentro tratando de no acabar –lingüísticamente hablando- como un maketo o un charnego de aquellos. En fin, que no me veo repasando los deberes para dominar esa neolengua normalizada –digo yo-, que ahora podrán aprender los guajes en la escuela, y los voceros de los medios (Con lo ufano que me había llegado a sentir por no tener que normalizarme el magín con la inmersión esa... no sé cuántos). Como la cosa va a resultar envenenada, ya charlaremos tendido en las páginas del anuario "El Baluarte”, cuyo editor fue quien nos ha dado el queo de lo que está a punto de ocurrir. Entretanto, es ocasión de adelantar algunas realidades, mientras acaba por llegar el invierno con ese próximo ejemplar. 

Uno de los aspectos que más llama la atención es la apreciación por las autoridades citadas, de ser una minoría, los embaucadores (sic) que pujan por esa oficialidad, a la que se tilda de desafuero. Uno piensa que hay que tener mucho cuajo o mucho… lo que sea, para en cuestiones de ‘fala’ tenérselas con Alarcos, Lapesa y cofradía; quienes llamaron a la cosa, jerga “in vitro”… o jergas, habría que decir, porque a las tres o más, del actual Principado (véase mapa, con las occidentales resaltadas), habría que sumar las variantes cismontanas, como el palluezu, el mirandés, el extremeño o el berciano… además de falas locales o menores como, por ejemplo, la nuestra pixueta. Y aun algos… cada comarca acabaría vindicando su glotónimo. O sea, la torre de Babel o el don de lenguas.


Algo pasa, pues, con la llingua, fala o bable, cuando un tal Don Emilio Alarcos estampa su firma bajo la siguiente afirmación: ”La “llingua de la tele, de la radio y demás medios de comunicación, no es lengua ni es nada”.  Y lo que pasa -poniendo cada concepto en su sitio- es que en lingüística, otro tal Roland Barthes, considera que la realidad heteróclita y multiforme del lenguaje, que incluye a la vez lo fisiológico, lo físico y lo psíquico es dicotómica: por un lado está la lengua, una institución social o sistema de valores, en parte arbitrario y, también, un contrato colectivo no modificable individualmente; del otro, el habla, un acto individual o uso del código de lenguaje para expresar el pensamiento, constituido por signos combinados según infinidad de hablas.
Por último, también ocurre que ambos lados están imbricados dialécticamente: no hay lengua sin habla ni habla fuera de la lengua. La lengua, pues, es un tesoro depositado por la práctica del habla en los sujetos de una comunidad.
De manera que, así entendidas lengua y habla son dos caras perfectamente diferenciadas de una realidad… en la que los astures -depende- usamos o la lengua española, o las que hasta los años del cambio de régimen fueron consideradas como nuestras hablas locales. A partir de esos años se acelera un proceso sociolingúístico en el que la emulación, el agravio comparativo y las juventudes políticas acaban impulsando poco menos que una “formación del espíritu regional”. ¿O, más bien, “nacional”?
Nuestros (a)berzales, pues, serán muy conscientes, desde el primer momento, de la necesidad de salvar las (tres) carencias que separan el habla de la lengua.
La primera -en el bable-, se ocasiona en su disglosia y desplazamiento por el castellano, con la consecuencia de un Corpus  literario muy citado; pero, más bien magro, y cuyos orígenes serán:
       A -La Cayuela del Carrio. (Siglo VIII, Villalón: conjuro contra los nuberos en latín vulgar y muy alejado del clásico).
     B -La Noticia de Kesos. (Hacia el 980, Rozuela, en León: inventario de quesos, que indica un latín ya frecuente y muy vulgar, pero diferenciado de lo que será castellano o gallego).
     C -El documento de concesión del Fuero de Avilés. (Otorgado en 1085. Confirmado a finales del XII. Se conserva copia de finales el XIII: Lapesa identifica elementos comunes con el dialecto asturiano).
       D -La versión del Fuero Juzgo. (Siglo XIII: Lapesa vuelve a calificarlo de dialecto asturiano occidental).

Pero, a finales de ese siglo se produce un hecho trascendental: el predominio, en la corte de Alfonso X El Sabio, del castellano y el gallego. Lo que, por otra parte, trae causa de la pérdida de la hegemonía de León en favor de Castilla. Hechos, que provocan el proceso de disglosia: fala coloquial y popular, de un lado, y lengua culta o de prestigio, por el otro. Situación, que la mitología (a)berzale alarga durante los sieglos escuros, hasta el surdimientu a partir del XVII y de la Ilustración.
Tal surdimientu quedó reducido a Marirreguera, con las traducciones de algún tema clásico o religioso y una sátira teatral. A finales del XVIII, para el XIX, Jovellanos hace la primera propuesta para la creación de una Academia y un Diccionario –que resultaron, entonces, fallidos- para normalizar lo que llama abiertamente: dialecto. Su hermana deja una obra poética menor, rescatada en la antología de Caveda. 
En el XIX, lamentan los (a)berzales, con espíritu contradictorio, la influencia negativa de las ideas románticas -o contrarias a la Revolución- de Humboldt o Herder; con las que, a su pesar, coinciden en la Volkgeist o espíritu y genio de un pueblo; que acabaría por impulsar un costumbrismo literario, sólo superado en la segunda mitad del siglo con otro espíritu: el festivo y erótico de Teodoro Cuesta.
En resumen, hasta los tiempos de Jovellanos, incluso hasta los de Menéndez Pidal, teníamos fala: hablábamos –se dijo- el dialecto bable, leonés o asturleonés u otras variantes locales.  En el cambalache del siglo XX, se escribe sainete y teatro chico o costumbrista, juegos florales; y aparece entre 1916 y 1918, una efímera Liga pro Asturias (Regionalista), para la difusión de la Doctrina Asturianista. ¿Tiene aire catalán, verdad? Pero será en el último tercio de ese siglo XX, con los  cambios profundos surgidos al final de la Dictadura, cuando se produzca un nuevo reparto de poder: las élites periféricas y determinadas organizaciones de izquierdas –antes internacionalistas, como reza su himno- descubren el tremendo tirón identitario de la lengua, que acabará por actuar como un factor discriminatorio entre comunidades, o como plataforma de las nacionalidades históricas; hasta llegar al punto de dar lugar a conflictos que tratan, incluso, de superar el acuerdo constitucional; o de reivindicaciones nacionalistas del rango de lengua oficial, en territorios con hablas o dialectos, como Aragón, Asturias, Baleares o Valencia.

Así; la realidad hoy, en el Principado, que no en el resto de las comarcas bablehablantes, sumará al Corpus literario ya citado, el carácter institucional de la Academia de la Llingua Asturiana, además de los desarrollos normativos -bable central- del léxico y la gramática… de manera, que salvadas las otras dos carencias que –decíamos- separan el habla de la lengua, para los asturianistas: ya tenemos lengua, casi oficial.
Eppur si muove… los asturianos, en general, no ignoramos el trasfondo político, utilitario, del asunto: el artefacto con las tres ruedas citadas es una neolengua, no de ja de ser… algo artificial. No puede llegar a cambiar el resultado de las relaciones de poder, en el antiguo Reino asturleonés, con el castellano, ni lo que pudo ser, pero no fue. Ni parangonarse con las lenguas oficiales –sí- de la península. Tampoco figurará nunca, como tal, en la Biblia de las literaturas de Harold Bloom: El canon occidental. Después de todo, Feijoo, Jovellanos, Palacio Valdés, Clarín, Pérez de Ayala o Dolores Medio escribieron en español.
Los asturianos en general, decía, no por ello sentimos menos amor a nuestra habla materna, no necesitamos competir en reconocimientos con otros, no tenemos esa comezón… somos realistas. Seguramente, merece reconocimiento el esfuerzo y el trabajo de las personas y organizaciones y su amor por la tierra y lo nuestro, pero somos lo que somos y nuestra historia, la que es.
Después de todo, el glotónimo “bable”, nada que ver con política o políticos, es una humilde onomatopeya de bla-bla-bla… de falar a nuestra manera, nada que ver con etnónimos señeros como inglés, chino, francés o català, euskera y gallego, aquí, de más cerca…

De estos, de los de aquí más cerca, lo que nos distingue es EL USO de nuestras hablas, pero de eso ya hablaremos este invierno al amor de la lumbre…







02 junio, 2018



DESMONTANDO A GRAMSCI -2-


_       -... el marxismo clásico de Lenin a Gramsci-

   La propuesta de Gramsci –decíamos- de superar las contradicciones sociales, era establecer un nexo entre la teoría y la práctica, ya no se trataba de explicar el mundo, sino de transformarlo en una sociedad nueva, realizando “la hegemonía” del proletariado, lo que Lenin llamaba “dictadura” del proletariado: ello significaba la realización de una nueva infraestructura económica (Cambio en las relaciones de producción y en la propiedad de los medios, etc.); lo que determinaría una nueva superestructura cultural, modificando el plano de la política, la moral o la filosofía.
   Los efectos de esa hegemonía no sólo cambiarían, pues, la estructura económica, sino que afectarían del mismo modo a la esfera del conocimiento. La relación entre ambos planos se hace evidencia dialéctica, de modo que el proceso de formación de las ideas sobre el mundo implica una 'praxis gnoseológica' -que dicen los 'rojos-: a partir, pues, de la relaciones de producción y cambio, en la base económica, se produce la toma de conciencia 'ideológica' (1).  Se trata, decíamos, desde la interpretación filosófica del mundo... de transformarlo mediante la acción.

   Y ESA ES LA TESIS CENTRAL DEL MARXISMO-LENINISMO PARA TRANSFORMAR  EL MUNDO.

   Los resultados de tal intento resultaron muy discutibles y discutidos, durante los cien años siguientes. Pero, antes de entrar en esa discusión, conviene una mirada a algunas diferencias en la idea de la hegemonía entre Lenin y Gramsci. Para este último -como ya se dijo- habría que acomodarla a las circunstancias dadas, y las de la Italia del momento eran el resultado de una sociedad heredera de la Contrarreforma y el Renacimiento. Gramsci echaba en falta -en esa Italia- una reforma cultural y de las costumbres, como la que se produjo en la Europa protestante. Curiosamente se acercaba a las tesis de Max Weber sobre 'el capitalismo y la ética protestante'.
En ese contexto Gramsci entiende la hegemonía como el necesario aparato de dirección del Estado, que determine una nueva forma de conocimiento o reforma de la conciencia: es la vía de transformación revolucionaria o nexo entre la filosofía y la política, según la visión que tiene de Lenin en Materialismo y empiriocriticismo (2). De ahí dimana, para Gramsci, el carácter esencial de la idea de hegemonía en Lenin. Esa hegemonía, en la sociedad civil, implica, para Gramsci, la conquista del estado, convirtiendo al proletariado en clase dirigente, al proporcionarle las alianzas y la base social. 
Sin embargo, para Lenin la hegemonía del proletariado es siempre la dirección de las alianzas, de la política: Prescinde de de usar 'hegemonía', empeñado como está, en la pelea del Partido socialdemócrata ruso, entre Bolches  y Mencheviques... de manera que siempre se refiere a la dictadura del proletariado, ante la negativa de los reformistas a aceptar ese concepto clásico del marxismo. Situación en la que, Lenin, defendió (3) siempre que "la revolución burguesa resultaría en extremo beneficiosa para el proletariado... cuanto más decidida, más acabará favoreciendo la lucha del proletariado contra la burguesía". Por eso mismo, postulaba contra los Menches, que -aunque la lucha proletaria fuese una lucha revolucionaria-, "había que participar en la revolución burguesa hasta acabar haciéndose con la dirección de ese proceso revolucionario"; por contra, a pesar de los maximalismos declarativos de los Menches... entendía que  acabarían de remolque de la burguesía liberal, diluyéndose en una revolución (4) cortés: En una palabra, la revolución burguesa es la vía más rápida para alcanzar el socialismo... con el proletariado a la vanguardia; mientras, el maximalismo menchevique acabaría sin enfrentar  al poder burgués. Era el reproche a la tendencia "Iskrita" de aquel partido socialdemócrata ruso. Gramsci quería penetrar el aparato del estado desde la sociedad civil, pero, Lenin, lo que quería era dirigirlo con/desde la vanguardia del Partido: de manera que propone la suma del proletariado de obreros y campesinos con la pequeña burguesía republicana para eliminar a la monarquía, sin contemplaciones. Lo cual se expresa en el programa de "La dictadura democrática y revolucionaria de obreros y campesinos": La dictadura del proletariado.

En resumen, ese fue el desarrollo  de alguna de las ideas básicas del marxismo-leninismo y el inicio de su evolución desde Gramsci. Sin embargo alguna secta contemporánea sigue predicando -citando a éste incontinenti y acompañado de los inefables Mouffe/Laclau- su versión del socialismo científico. Empero, la tal pseudociencia envejece muy mal, compadeciéndose peor con la realidad, con el mundo como se percibe hoy, desde la fenomenología de Husserl, hasta el exágono del conocimiento y en particular las neurociencias, la cosmología, la teoría de los juegos o la física cuántica. Aprendieron IDEOLOGÍA en Somosaguas... y el Monte del Pardo no les deja ver más árboles ¿O era al revés?
Así que en la próxima entrega se tratará de elucidar, siquiera medianamente la milonga socio-política en cuestión.









(1) En la famosa Tesis sobre Feuerbach, Marx, sigue considerando a lo espiritual o intelectual y a la materialidad como dos sustancias o realidades excluyentes. No superado el marco hegeliano, todavía, consideraba la realidad o sensoriedad como objeto, esencialmente diferente de la actividad sensorial del sujeto. De manera que es posible que esa dialéctica -no resuelta- materialidad/idealidad excluyentes, esté en el origen de lo fallos conceptuales del Materialismo histórico, en los términos "filosóficos" acertadamente formulados por Gustavo Bueno.

(2) Parecer ser que era lo mejor conocido por Gramsci -período de cárcel, finales de los'20- de la obra de Lenin.

(3) A comienzos del siglo XX, Lenin defendía, sin empacho alguno, que el progreso de las fuerzas capitalistas era una etapa positiva y necesaria en el desarrollo de las  fuerzas sociales, lo que fortalecería al proletariado en su lucha por alcanzar la hegemonía y el triunfo de la revolución.

(4) Es de notar -vistas determinadas actitudes de partido, en la actual política española- que en el enfrentamiento Bolches/Mencheviques, estos, se conformaban con la con la constitución de la Asamblea (parlamentaria), respetando la figura del Zar; mientras, la opción para los Bolches era la República democrática. Actitudes, que parecen traer causa de aquella vieja polémica, del franquismo final, entre los defensores de ruptura o de reforma.