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07 enero, 2020



PASCUAL MADOZ... y 11

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Puerto de Cudillero. Martínez Cubells
(San Pedro de, CUDILLERO):  villa capital del ayuntamiento de su nombre en la provincia y diócesis de Oviedo (7 leg.), partido judicial de Pravia (1) Es cabeza del distrito marítimo del Nalón, Cudillero y las Luiñas, con ayudantía militar de marina, y aduana de cuarta clase: Situado á orillas del mar cantábrico, en una cañada profunda, estrecha y tortuosa, abrigada de los vientos: el Clima templado y muy sano, pues no se padecen otras enfermedades comunes que las estacionales. Tiene 320 Casas, la mayor parte de mala construcción, viejas y colocadas sin orden, apiñadas y con escalones para su comunicación; no obstante se hallan algunas edificadas recientemente con esmero, pero sin lucimiento por lo estrecho de la localidad: una plazuela poco espaciosa y de figura irregular delante de la iglesia; otra plazuela llamada de la Ribera, inmediata al mar, en la que se ve un muelle mezquino reducido a una muralla con escalones para la carga y descarga de los barcos; una casa particular alquilada para las sesiones y oficina del ayuntamiento; cárcel y varías tiendas de comestibles y de otros géneros de consumo. También hay 4 escuelas de primeras letras frecuentadas por 340 niños (a), de las cuales solamente una es pública y su maestro está dotado con 2200 reales del fondo municipal; y 2 concurridas por 150 niñas que pagan á las maestras cierta retribución. La iglesia parroquial bajo la advocación de San Pedro es aneja de las de San Juan y Sta. María de Piñera: su edificio bastante sólido, capaz y de orden dórico (b), fué construido (acabado) en 1569; también hay 2 ermitas, una de ellas dedicada á San José en el centro de la población, y la otra titulada del Humilladero (gótica, finales del XIII) á la salida; el cementerio se encuentra en paraje aislado y bien ventilado, de manera que no perjudica á la salud pública. Para surtido de los vecinos existen 2 fuentes de muy buenas aguas, especialmente la de la denominada de la Plaza, que son cristalinas, ligeras y diuréticas. Confina el Término: Norte al Océano cantábrico. Este y Sur feligresía de Sta. María de Piñera, y Oeste la de San Juan del mismo nombre; extendiéndose 1/8 de legua, escaso, de Norte á Sur y 1/3 de Este á Oeste. Cruzan por el mismo y por la población 2 arroyos sin nombre especial, de los cuales el uno nace en el de Bustiello, y el otro menos caudaloso en las faldas del monte de Gamonedo: tienen 4 puentes casi insignificantes durante su tránsito por el radio de la vecindad. Al extremo Norte de esta se encuentra el puerto con el pequeño muelle de que hicimos mérito: es de mala arribada y sin fondeadero, siendo preciso sacar las lanchas del agua para que estén con seguridad: convendría mucho la construcción de un segundo muelle (c) proyectado hace mucho tiempo, y aprobado por el Gobierno, en los años 1822, 26 y 1834, cuyo presupuesto no excedería de 30 á 40.000 duros. En 14 de octubre de 1844 elevó el Ayuntamiento una exposición á S. M. para que se llevase á efecto lo mandado tantas veces; encontrándose reunidos los antecedentes y paralizado el expediente en el ministerio de la Gobernación. La urgente necesidad de dicha obra está justificada por lo prevenido en real orden de 15 de setiembre de 1826, lo mismo que las ventajas que resultarían de ser este puerto un refugio y amparo para la navegación de cabotaje; con ello se evitarían los naufragios y desgracias que ocurren cuando los buques acosados del fuerte temporal no pueden montar el cabo de Peñas, y siendo inaccesibles en tales circunstancias las barras de San Esteban y Avilés, que se hallan intermedias, por precisión tienen que zozobrar: el fomento de la industria pesquera, sería muy considerable y se establecería un tráfico costanero muy animado y lucrativo: todo esto con grande utilidad para el Tesoro, además de las ventajas que reportaría al vecindario. Como esta vecindad se halla enclavada entre el mar y las 2 feligresías mencionadas, carece de Terreno cultivable, y por lo mismo de Producciónes agrícolas y aun de ganados, á excepción de las caballerías necesarias para el transporte de los habitantes.
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Cudillero calle de Riofrio. Martínez Cubells
Correos: hay una estafeta o cartería dependiente de la administración de Oviedo, de la cual se recibe la correspondencia 3 veces a la semana por balijero,  y desde aquí se reparte á las demás feligresias y pueblos comarcanos. 
Ind. y Comercio: consiste la principal industria en la pesca de todas clases, siendo la más abundante la del besugo, merluza, sardina, congrio, mero y atún; pero en el día está muy paralizada por el excesivo precio 66 1/2 rs. (reales): En 1809 Se aprobó la acuñación de un real de plata equivalente al real de vellón, valorado por tanto en 34 maravedís que cuesta a los pescadores la fanega (d) de sal; si se concediese el premio de extracción (comercio) para los pueblos del interior, como lo está para los pueblos del reino y del extranjero, se fomentaría extraordinariamente, y podrían remitirse a los pueblos de Castilla más de 40.000 qq. (quintalesde pescados salados, y 200.000 a. (arrobas) (e) de escabeches en un año común. El número de lanchas mayores y menores destinadas  a la pesca, asciende a 40, y su tripulación á unos 300 (f) hombres, habiendo también un pequeño barco mercante. Se elaboran muchos y buenos hilados y telas de lino, á que dan un hermoso blanqueo, dedicándose también los vecinos a construir toneles ó barriles para el escabeche; y hay además 7 molinos harineros en el radio de la villa, impulsados por las aguas de los indicados arroyos. El comercio de exportación consiste en escabeches, pescados salados, curados y salpresados, hilos, lienzos, etc.; y el de importación en paños, cáñamo, hierro, comestibles y otros frutos de reino y del extranjero. Se registraban unas entradas/salidas de cabotaje anuales por algo más de 300 Tm. El barco mercante hace un viaje semanal.   


(a) "Niños", no parece aquí el término marcado (que englobe a niños y niñas), sino el género masculino, por oposición al inmediato de niñas o femenino. La sintaxis usada pudiera confundir, aunque, más bien, parece indicar que la escolarización masculina era más del doble que la femenina. 
(b) En realidad, es un estilo vagamente renacentista con elementos góticos tardíos como la bóveda de crucería o los ventanales originales de la fachada principal.
(c) Ese proyecto se referia al 2º y actual muelle viejo o del Este: bien entendido que la 1ª obra, referida por Jovellanos, era el abrigo anterior (que Madoz describe como pequeño y mezquino)bajo el muelle actual del Este. De manera que el proyecto del puerto a que Madoz se refería, era el actual muelle viejo del Este, de finales del XIX, y el espigón inacabado del muelle del Oeste. 
(d) La fanega en realidad era una medida de superficie o volumen -por ej. del grano- relacionado, pero aquí se entiende como el peso (variable) de ese volumen: seguramente menos de 50 kg /  a 66 y 1/2 reales.
(e) El quintal antiguo de 46 Kg -de 100 libras castellanas- o cuatro arrobas a 11,5 Kg, es el que entendemos alude Madoz, no el quintal métrico (qqm) moderno de 100 kg. Estimación conservadora, que evite sobrevalorar el monto de las capturas a exportar, que estarían así, por encima de 4 millones de kg/año. (>4.000 Tm.). La notación es muy clara: Madoz, en el epígrafe abreviaturas, indica, a. = arroba; qq. = quintal.
(f) La población real de ese Cudillero, se podría estimar más cerca de tres mil habitantes, que de los dos mil censados; a la vista de datos de la serie histórica y de la población escolar. Lo que se correspondería con algo más del doble que el rol citado de 300 pescadores, o miembros del Gremio de Mareantes -que desaparecerá hacia 1880-. Los jóvenes y mayores, todavía en el siglo XX, nutrían el empleo "irregular". Con una población ligeramente mayor, Cudillero embarcaba, a finales de siglo, unos mil pescadores.



Un poco de historia: 
-Las industrias de las sal y el puerto de Cudillero- (1)
Isabel González García  y Juan Ignacio Ruiz de la Peña.1972
(Historiadora y Catedrático, medievalistas asturianos)
La Economía salinera en la Asturias medieval”: 

Obra que, aun resumida en extremo, permite contemplar la importancia de esa industria en la aparición y el devenir de la actividad pesquera y de Cudillero mismo: La economía salinera tuvo una importancia capital -tanta, que había dado nombre al 'salario' o pago en especie-, ya desde la alta edad media, con el uso de la sal en la medicina o, sobre todo, la preparación y consumo de alimentos -carne y pescado-, además de en la industria y el curtido, hasta convertirse en el pilar más básico de la economía. Fue el oro blanco. 
Las primeras explotaciones -officinae salinarum- de Asturias, sg, X y XI, se concentraron en los 10 km. entre las rías de Pravia y Avilés, pero después del sg. XII, parece cesar la explotación local y queda documentada una notable importación. (Bances y Valdés y Fortunato Selgas dan cuenta de la existencia de hornos para la extracción o producción de sal a orillas de la ría del Nalón. Selgas informa de la existencia de tales restos desde Bayas y la Arena hasta Pravia, en el interior. Fortunato concluía: en la obtención al fuego, aprovechando la abundancia de madera en el entorno, ya que la evaporación natural no sería suficiente en el clima cantábrico. Uría Ríu fue, igualmente, de la opinión de evaporación seguida de concentración en hornos de leña).
En la primera mitad del siglo XII, Alfonso VII  sienta las bases -Odenamiento de Nájera- del derecho de la Hacienda regia sobre el beneficio de la explotación y comercio de la sal -se establecía el impuesto del alvara, cobrado por los oficiales reales o alvareros-. El siglo siguiente coincidirán la consolidación de la reconquista hasta Castilla sur y la Sierra Morena, con la seguridad necesaria, y las transformaciones que activaron la economía en Europa occidental. Momentos en que la corona fomenta la repoblación a través de las Pueblas del sg. XIII. (Pravia: circa mediados del siglo).La pesca, entonces, deja el nivel primario de subsistencia: en la fachada atlántica, la industria salazonera –en el sur- y el comercio del arenque –en el norte-, entran a formar parte de la gran expansión del tráfico comercial europeo, que se llegó a llamar  la Revolución de la Sal del sg XIV.
Hechos, sin duda relacionados con el establecimiento de pesquerías en la costa de Pravía, en particular en el abrigo que hoy es Cudillero. Ese y no otro fue el motivo de la venta de pan, por el monasterio de Obona, en nuestro puerto… a la población de aluvión que llegaba desde los cuatro rumbos. La industria salazonera impulsó entonces el aumento de actividad  y la comercialización salinera. En la baja edad media, los excedentes de la pesca de los puertos astures, sirvieron para abastecer la industria conservera vasca y santanderina,
Situación en la que el rey organizador, Alfonso XI, establece el Ordenamiento jurídico, en Burgos 1338, con el control absoluto por los recaudadores del impuesto, sobre el privilegio de  importación y comercio de la sal, en los Alfolís o Salines, además de Avilés, en Llanes, Villaviciosa y Luarca.
Empero, la carestía o alteración fraudulenta de precios y medidas en el abasto de consumidores, ocasionaron que en las Cortes, reunidas en Valladolid en 1351, ya se quejen los Concejos de León, Galicia, Asturias: "... de los prejuicios recibidos de la carestía de la sal en los obligados alfolís, solicitando al monarca el debido abastecimiento o la liberalización de dicho comercio". No fueron atendidos por aquel Pedro I 'el cruel'. Les amenazó de escarmiento: Se sancionaría severamente el tráfico clandestino salinero, aunque se obliga el abasto desde Avilés de los salines de Villaviciosa, Luarca, Llanes y... ahora sí, Pravia. La alternativa de sanción, era de diez maravedís por fanega toledana (12 celemines, a algo menos de de 3 kg/celemín).

El valor de la moneda o su poder adquisitivoEn 1605, en Castilla la Nueva, una docena de huevos costaba unos 63 maravedís, y una de naranjas, 54; un pollo, 55, y una gallina, 127; medio kilo de carnero o vacuno, unos 28: la estima del valor del maravedí resultaría, para ese año, de unos 10 cts. de Euro / cerca de 20 cts. a finales del XV. El doblón de oro, valía 2 escudos, igual en ducados, o 36 reales. El maravedí osciló a lo largo de la época moderna: a finales del XVII cotizó a 64 por un real de plata. Después, el maravedí, muy depreciado, se convirtió en unidad de cuenta, es decir, valor de referencia en las transacciones del verdadero maremagnum de valores y tipos de moneda. Hasta finales del XIX, que el sistema decimal (1850) y la modernidad le retiraron.

En  el Cuaderno regulador -dado por Juan II-, de 1441, que fijaba el precio de venta  de 20 maravedís la fanega castellana o toledana, aparece la primera referencia a la Villa marítima (!) de Pravia. El privilegio, así, fue una aspiración fundamental de las localidades pesqueras de la costa que, a pesar de la prohibición regia, practicaban el comercio clandestino: en Gijón o en los puertos del concejo de Pravia (Santianes o ría del Nalón, la Concha de Artedo y el puerto de Cudillero), todavía a finales del siglo XV, y que Avilés denunció ante el Rey en 1488.
En la baja edad media fue común el arriendo de los alfolís, beneficiando al recaudador del impuesto con la diferencia entre el total recaudado y la suma abonada por tal arriendo (desde 1476 hasta 1493, el alfolí de Llanes pagaba el arriendo a los Reyes Católicos en 10.000 maravedís; varias veces menos que el valor recaudado). (Hacia 1490 Avilés denunciaba a Gijón y Cudillero), (Gijón y Candás siguieron siendo denunciados por Avilés la primera mitad del XVI). Sin embargo las villas costeras del Principado mantenían la aspiración a la eliminación de las deficiencias del sistema de arrendamientos exclusivos, o reconocidos a los alfolís, con la amenaza de emigrar hacia los puertos francos santanderinos. Aspiración nunca satisfecha en el caso de Cudillero -Enrique IV, lo remitió a la Junta General del Principado, que nunca lo resolvió-. 

Siguió la polémica con Avilés, que insistía en imponer los diez maravedís, por la 'fanega de la puente' -que salvaba el arroyo que separaba Sabugo de Avilés-, dos veces y media mayor que la 'toledana'. A pesar de Don Juan II, se acabó por imponer la de la 'puente' desde mediados del XV (En la práctica, significaba que el arrendador del Salín pagaba dos veces y media menos de impuesto al Tesoro). La situación más grave se produce a finales del ese siglo: los agentes del Conde Luna sitúan el precio de la sal en unos 60 maravedís la fanega, incluso se alcanzaron precios entre 100 y 200 maravedís. En todo caso, hacia el año 1500, el alfolí de Avilés superó el millón de maravedís de rentas. Los otros menores oscilaron entre cien mil y tres cientos mil maravedís por año. La consolidación del comercio estanco trae causa de (la necesidad de recaudar) las quiebras de la Hacienda de Felipe II, aunque el tremendo encarecimiento del producto -antes del impuesto- llega a ocasionar la renuncia de los arrendadores, o la crisis de las pesquerías gallegas ante el espectacular encarecimiento del producto, una Real Orden de 11 de abril de 1566 fijaba el precio de venta de la sal en los alfolís reales en 6 reales/fanega...  Los arrendamientos o concesiones reales de los alfolís o salines eran, pues, una fuente de conflictos de intereses, de modo que Felipe II decidió estancar la producción y venta en 1564, y, Felipe IV trató, incluso, de sustituir el impuesto (general) de los Millones por el Estanco universal de la sal, hasta la regulación definitiva de los precios en 1631, con un incremento de de los impuestos de 40 reales por fanega, y acabar volviendo a los arrendamientos en subasta pública. El precio de la fanega se mantuvo a lo largo del XVIII en 11 reales de vellón, con subidas para financiar la guerra con Inglaterra (2). Finalmente, en 1750 el Marqués de la Ensenada sustituyó el arrendamiento a particulares por la gestión directa de la Real Hacienda. Fueron considerados -los alfolís o salines- la mayor fuente de ingresos del tesoro, cesando el comercio en monopolio con la Ley de desestanco de la sal, por las Cortes Constituyentes de 1869. Finalmente se fijaron las bases del arriendo o venta de las salinas estatales en 1877.
Las cuatro siguientes décadas marcaron el punto álgido de Cudillero, el Municipio se acercó a doce mil habitantes, hacia 1920- mientras Avilés lo hacia a catorce mil o Pravia nueve mil (I.N.E.). Siguió produciendo y exportando escabeche y salazones, pero desde mediados del XIX, con Candás, comenzó a usar, ademas de los envases de cristal, los de hojalata cerrados al estaño. El resto de esta historia, es la que vivimos el último siglo. 
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Las conclusiones: aparecen meridianas, vistas desde el siglo XXI: con la consolidación de la reconquista -que seguramente ocurrió, mientras no acaben de rebatirlo los especialistas en los Anales del "Reyno viejo de Cataluña" (legitimismo payés)-, y las repoblaciones fomentadas por los soberanos castellano-leoneses, con las cartas pueblas del sg. XIII, se producen dos hechos singulares en nuestro pueblo: el notable aluvión de gentes a la nueva pesquería de la Puebla de Pravia, en un abrigo -o codillo- poco accesible de la costa, y cercano a excelentes caladeros cantábricos... que llegaron de otros puertos cercanos, de Galicia, del País vasco, de Andalucia y puede que de más allá, en la fachada atlántica. Pero, muy aislados del resto de Asturias, administrativamente quedaron huérfanos de relación o representación con el poder real. Eran una pesquería parte de Pravia: sólo fuerza de trabajo. Y durante casi seiscientos años, así lo siguió siendo. Pero esa pertenencia, como tantas veces, se acabó rompiendo por la asimetría creciente en las relaciones; desde el siglo XIV al XIX, Cudillero, obtuvo poco más que una mala trocha, por la que Jovellanos nos visitó, 
bajando el peligroso camino de 'la Telaya' por la Reguera; el muelle era un mal abrigo tildado por Madoz de pequeño y mezquino. Su ampliación fue aprobada en los citados tres presupuestos del gobierno, pero su ejecución seguía paralizada en el Ministerio tras una década, y... fue mal llevada a cabo, todavía, cinco décadas más tarde. Tras la separación del municipio, además, se construyó el nuevo acceso, con la canalización del río 'la mimosa'; la luz eléctrica; el edificio del Ayuntamiento, inconfundible proyecto de A, Coello, a pesar del aire Villanueva; nuevos colegios con ampliación de estudios, en la Villa; las Escuelas Selgas, incluyendo estudios de Comercio, y hasta la réplica del pequeño Trianón, en el Pito, pero... Cudillero siguió encorsetado entre el barranco y la mar, capeando su destino de barcos sin puerto.
En la realidad, el Ayuntamiento de Pravia no estaba en condiciones de facilitar su salida: a pesar del desequilibrio creciente entre la recaudación del impuesto de los millones o la demografía y la economía, tampoco podían sostener la ficción de la tenencia del Salín, en las pesquerías, abundantes, sí, de salmón. De manera, que a pesar de la política caciquil del XIX, el Cudillero marinero rompió amarras. La mentada oferta de las mil monedas de oro, mito o realidad, no alcanza a ocultar su tremenda contribución a sostener la economía y el presupuesto de Pravia, via impuesto sobre la sal, a lo largo de medio milenio. Sin embargo mientras los competidores, habían ido recibiendo infraestructuras, el puerto Cudillero ya no alcanzó a sostenerse entre los puertos punteros del Cantábrico. Para cuando llego la crisis del sector, había quedado reducido a un... puerto sin barcos. 
Así que, no se trataba de lo que representaban los '1000 doblones', no: sino de  algunos millones de kilos al año de conservas y salazones, que precisaban de: +/- como un millón de kilos de sal (3) para que los arrieros los hiciesen llegar, principalmente a Medina del Campo o alrededores de León y valle del Duero. Por pésima que fuera la contabilidad oficial en tiempos de don Pascual, lo cierto es que con una base imponible (que debería ser el equivalente al valor de la producción de Cudillero en un año) de 1.247.182 reales y un presupuesto municipal del 10% de esa cifra (que parece la contribución directa por porcentaje): sí parecen realistas las cifras estimada por Madoz, de kilos de venta perjudicados por el sobrecoste, inasumible, que el privilegio de Pravia representaba. Según el estudio de E. Pérez Romero (Investigador de Historia Económica de la Complutense): en el siglo XVIII, el kg. de escabeche o salazón de pescado, en el norte de Castilla y León (4), se vendía a un precio medio de 5 reales; -los salarios variaban entre 1 y 10 reales-, de modo que el precio de venta primaria del producto, en Cudillero, difícilmente superaría 1 real por kg; lo que venía a equivaler -precio, más impuesto, según tablas citadas- a lo que costaba a mediados del XIX (1 real) el  kg de sal, en Cudillero.
En cualquier caso las cifras resultantes son muy superiores al magro salario recibido por Cudillero, contado como Riqueza imponible o ingresos totales. Finalmente, aunque el sistema de pesos y monedas, de la edad media a la moderna, no facilita la perspectiva -la interpretación- muy exacta del valor económico de la fiscalidad, los precios de la sal, la materia prima o pesca, y de los salarios o retribuciones para la pesquería de Cudillero: parecen sostenibles las cifras de actividad cesante que indica Madoz, de 5000 Tm x 25 fanegas cada una = 125.000 fanegas x 66,5 reales (5) la fanega de sal = una cifra... de unos cuantos miles de doblones/año, lo que implicaría que la transferencia de rentas, aun excesivo el cálculo, indicaría la medida o valor del SALÍN a lo largo de medio milenio. Nada más...
Es decir, sólo el privilegio del SALIN o ALFOLÍ de Pravia, disfrutaba de rentas y beneficios muy superiores -lucro restante- a todas las que percibía Cudillero, cuya capacidad productiva resultaba así, doblemente penalizada...

(1)  El texto sobre la economía de las sal es deudor de la obra de los historiadores: González García y Ruiz de la Peña, además de datos capitales del trabajo de "LA SAL EN ESPAÑA DURANTE EL MEDIEVO Y LA EDAD MODERNA"  por el equipo de investigadores de la historia de la sal en España: López Cidad, Ayarzagüena Sanz y Valien Cánovas.
(2) LA PESCA EN AYAMONTE DURANTE LA EDAD MODERNA Manuel González Díaz. Universidad de Huelva: Ayamonte, referencia los precios, tasas, y el consumo de 30.000 a 60.000 fanegas de sal, en una pesquería similar a Cudillero. en el último cuarto del XVIII.
(3)  López Cidad et al., Ibidem, calculan que se precisaba de sal, al menos, el 20% del peso del pescado.  
(4) La investigación de E. Pérez Romero, titular de Historia económica de la Complutense, en un mercado tipo del Norte de Castilla, como Burgo de Osma, establece una aumento medio de precios, entre la primera década del XVIII y el último cuarto del siglo, de aproximadamente un 20%. El aumento para todo el siglo será aproximadamente del 60%. 
(5) El supuesto del peso resulta sostenible, pero el valor de 66 y !/2 reales y 40 kg por fanega, parece probablemente el doble o más del real. Aun así, ajustar los valores del coste de los salarios, la materia prima y las tasa fiscal, con el el lucro restante del alfolí, presenta una dificultad notable.
La referencia de la nota 2, indica un precio de unos 10 reales / fanega 







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