-Y, tal como éramos-: …se celebraron las fiestas de San Pedro y San Pablo… multitud de cohetes anunciaron el comienzo de los tres días de jolgorio que los jóvenes esperaban con tanta impaciencia… entrada triunfal de la música de Luanco, al compás del pasodoble, escoltada por la turba de chiquillos, y verbena con gentío inmenso… las viejas en la escalera de la Iglesia para ‘guipar‘ mejor si fulano hablaba con citana; jóvenes a bailar el ‘sutripao’ a compás de gaita, otros la ‘giraldilla’, más allá la danza ‘fía legítima de Cuideiro’… de vez en cuando, los bailes se fundían en uno solo, al compás de la música que lanzaba al aire sus acordes desde el balcón del casino… El día 29, se suspendió la tradicional maniobra de la amura vela por motivos desconocidos… El día 30, motivos lluviosos deslucieron la fiesta y… hasta otro año con más sol…
Así lo vivieron nuestro tatarabuelos... No volverá.
(De CUDILLERO, LA MEMORIA PERDIDIA)