...O la insensatez.
Como tantas cosas, la mejor forma de entenderla es contraponiendo dos significantes: sensatez/insensatez. Es el modo más claro de percibir su contenido negativo: la carencia de sensatez.
Así, pues, estar enrauxado sería el entusiasmo contrario a la mesura, la cordura, la ponderación o, en definitiva, al sentido común.
Pues eso: Rauxa, o están erauxados. El 47% de votantes por el SI o, lo que es lo mismo: la tercera parte del censo electoral de Cataluña. Que no los catalanes.
'Aquellos', a los que se llenó la boca con 'el proceso' de Escocia o de Quebec, no pueden no saber la corrección y neutralidad del acuerdo democrático, que se usó en Escocia -Reino independiente, hasta 1707, que se asocia a Inglaterra-; o en los dos intentos de Quebec: el primero, planteando claramente Soberanía o Asociación; y el segundo, que proponía Soberanía, después de una oferta formal para una nueva asociación.
A más abundamiento, recordarles a 'aquellos' que el último precedente cercano, la declaración de independencia de Crimea -previa a la 'anexión' a Rusia-, no fue reconocido por Ucrania, ni, en consecuencia, por Naciones Unidas. En Puerto Rico, se perdieron los tres intentos, y de kosovares, albaneses, o del moro Muza de los Balcanes, mejor no hablamos.
Vamos a dejar a un lado a Don Julio Caro Baroja, Juan Luis Arsuaga, John Elliot, Jaume Vicens i Vives u otros 'españolistas'. No vale la pena abrir la discusión -de lo que somos o no somos- con el eminente Josep Fontana ("... si la independencia es realizada sin daño para nadie").
Dejado, pues, ese terreno de antigua historia, aunque no se pueda romper con ella: ya es historia, y no habrá manipulación educativa, ni mediática, ni, si quiera, lingüística que la borre. Lo hacemos -¡ESCUCHA CATALUÑA!- recordando que el próximo Abril serán quinientos años, medio milenio, de 'las Españas'. (Conviene recordar que entre el 21 de Marzo y el 3 de Abril de 1516, Cisneros, rinde su último servicio, logrando la 'intitulación' real de Carlos I y Dª Juana, su madre, en los distintos reinos -unidos- de las Españas... ).
En ese medio milenio, de mejor a peor, pero lo conllevamos, a pesar de los tres intentos: la tentación catalana, tras la guerra, a mediados del XVII, de quedarse en Francia -peor remedio que la enfermedad 'castellana'-; el cambio de bando, en la de Sucesión, que -mitos aparte- hay que insistir que, fue una guerra europea y nunca el delirio interesado de una guerra civil España-Cataluña; y, finalmente, en el 'Octubre del 34', el President de la Generalitat, Companys, proclama el 'Estat Catalá' de la República Federal Española, es decir, un Estado dentro de un República Federal, pero no independiente, con el resultado bien conocido.
Durante esos quinientos años, en realidad, Cataluña resulto la parte más favorecida, y Castilla acabó perdiendo su pujanza entre las grandes de Europa. Sólo sostuvo l a capitalidad administrativa y en pleno siglo XX, para Galdós y aún para Cela, Madrid, no dejaba de ser un poblachón manchego. Las lenguas y, sobre todo, las gentes de las Españas -entre tanto- se fueron mezclando: ya no quedan muchos madrileños, ni tampoco catalanes, ni aquéllos son chulapos, o éstos fenicios o pícaros Pujoles. Pues, para sobrevir, han de hacerse europeos.
Así que, será una pérdida del sentido común tratar de ignorar las respuestas de las Naciones Unidas o el Derecho Internacional, los tratados de la Unión Europea, la Constitución Española; las realidades del comercio exterior catalán -hacia Aragón, o Castilla. o Andalucía, o... -; la devolución de los 200.000 mill de € en deuda exterior; las pensiones; los inversores internacionales; o, a dónde irán, la Caixa o el Sabadell, Planeta, la Seat y... los empresarios que hoy solo hablan a medias, o los que ya preparan la salida. Porque fuera de la Unión Europea, para la economía catalana, sólo queda la intemperie...el empobrecimiento...
Quizá se barrunten ya las pérdidas, malpasado un mes de los comicios, van asomando las orejas del lobo: los puntos % de las encuestas y los apoyos en Cataluña vuelven a menguar: es imposible no ver el Antonio Baños ('Oxímoron' doble y difícil de superar), mentor -nada menos- que de SÚMATE... a 'castellanohablantes por la independencia de Cataluña' y, además, líder antisistema, que les sacará de España, de Europa del Euro, de la OTAN, o -ya puestos- del sitema solar. Total: sólo le queda sostener a lo más corrupto del aparato conservador-nacionalista. Tipo, poco de fiar, autor de crónicas anunciadas de aquello que -al final- no ocurre, y que cambia de palabra al viento de las veletas... O qué decir de Carme Forcadell, presidenta del Parlamento de Cataluña a fuer de activista: una talibán antisistema, que trasluce una actitud integrista hacia al castellano, -algo intrusivo o ajeno- que ofende en 'su país', y que hay que erradicar. Esa es su idea, y su obra, de normalización lingüística: no soporta el bilingüismo. ¡Una 'presidenta de algo' especialista en torear la ley!
A esa corte de los milagros, se da el tan poco honorable, y muy enrauxado Señor Más: en una carrera de obstáculos electorales, donde ha ido dejando la carrera política de aquel oscuro burócrata de CiU. Aquel Arturo, ayer castellanohablante; hereu, que hoy perdió los escaños, mientras el 'trilero' mayor contaba -en sus paraísos- los incontables millones. Hoy, el ya nada honarable, vendería el alma a mefistófeles con tal de salvar sus muebles, y pasar a la historia como primer President de la República catalana independiente. Después de él, el diluvio ¡Eso, qué importará ya!
Asi, hemos llegado a esa pulsión catalana de que: gobiernen "los de aquí", pero sin acabar por separarse de "los de allí", que -sí- es lo que quieren, los que hemos puesto a mandar aquí.
Esa forma de comportarse Más, Forcadell, Baños y sus mariachis-antisistemas, Colau -la anfígena- en compañía de otros anfígenos que si pueden, Pujoles i Ferrusolas varios; por más que no parezca seria, ni honorable, pretende lanzar un formidable desafío a una de las más señeras naciones-estado de Europa. Tras esos quinientos años, más tres milenios compartiendo solar, la quieren romper: no han encontrado más acomodo, o necesidad, para su nación, que romper la nuestra. La pulsión se resume en décadas de deslealtad: a cada una de las cesiones de lo que ellos llaman Estado, siempre han respondido arteramente, exigiendo más, y tratando de convertirlas -cómo si no les viéramos- en estructuras de su futuro Estado o imaginaria Ínsula Barataria. España ha sido generosa, a pesar de esa deslealtad, pero no está dispuesta a tolerar que, con más de 50% de población originaria de este lado del Ebro, para intentar construir su casa, echen abajo la nuestra.
Si realmente fuesen más fenicios que hispanos, entonces serían conscientes de que no nos proponen un juego -si quiera- de suma cero. No: el resultado sería 'perdedor', para las dos partes. Y lo que lo estorba más aún: para la Unión Europea. Y si no lo ven, es que sufren un episodio agudo, muy agudo de ... RAUXA.