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20 marzo, 2017



IRENISMO... ENTRE FE Y CIENCIA

DIÁLOGOS EN LA RED...
(A María Luz le llama la atención la noticia sobre la prueba de la inmortalidad del alma)

José Antonio Suárez Marqués:
María Luz, a veces los científicos cuentan cosas de manera no muy diferente de los religiosos (... De todos los pelajes). Respecto a lo que se da por demostrado, o a lo que quieren creer los autores de esa noticia, para no confundir al personal, habría que precisar lo siguiente: Suponiendo que en la muerte física del individuo se modifique el estado cuántico de la información soportada el los microtúbulos, el cambio -tras la muerte- que Sir Roger Penrose postula, disiparía la información contenida en la conciencia por ese universo cuántico. De la formulación de la noticia podría interpretarse que si no desaparece tal información, pues... no desaparecería la conciencia; el problema radica en lo que venimos en llamar la autoconsciencia, y que no es exactamente lo mismo. Algunos mamíferos supriores tienen algún tipo de conciencia, pero la neurociencia afirmaría que, para nada, eso sea autoconsciencia (del sí mismo). Exactamente eso que nos distingue del resto del reino animal. Es un misterio que tipo de conciencia tienen un delfín o un perro; quizá un chimpancé o un orangután, se reconozcan ante un espejo, pero carecen de soporte neural para ser autoconscientes de ser ellos mismos... Eso que entendemos como identidad. La emergencia de tal autoconsciencia es... otro problema: filosófico o metafísico -depende para quién- que se nos escapa , aún, entre las once delgadas capas de universos paralelos que postula Sir Roger o 'la realidad' de sus colegas Kurzweil, Dawkins o Gardner (Si te interesan estos temas). ASÍ QUE UNA COSA ES INFORMACIÓN, OTRA CONCIENCIA Y OTRA, TODAVÍA MÁS SUTIL: AUTOCONSCIENCIA... Cuánticas/o no cuánticas.



J.a. Perez:
Me lo expliquen. El espíritu es algo incorpóreo, puede que esa fuerza que nos mueve pase al universo, pero, salvo con los ojos de la fé, nadie la ha visto, y ni siquiera pudo medirla.

José Antonio Suárez Marqués:
J.a. la incorporeidad del espíritu no es tal: Gustavo Bueno -entre otros monistas- nos enseñó que materia y espíritu son dos manifestaciones de la misma cosa (Como cerebro y mente). De lo que se sigue, según la Física cuántica, que un electrón, cualquier otra partícula o energía, no es una pelotita -maciza de materia-, sino una cantidad ('cuanta') de movimiento con carga, frecuencia, intensidad y puede que masa, en un campo... y que interactúa con más o menos fuerza: TOMANDO, TRANSPORTANDO Y CEDIENDO energía-movimiento de, y, a los (otros) cuerpos. De manera que el soporte de la información-conciencia, al que se refiere la noticia, no desaparece del universo, sólo cambia su estado... cuántico. Dificilmente podría mantener la autoconsciencia de la identidad...

J.a. Perez:
Me cuesta entenderlo. Somos parte de la energia que mueve el unverso, una micronesima parte, pero fuerza. Lo llamais alma, espiritu, lo que querais, no estoy en condiciones de discutirlo. En fotografias, he visto salir el alma del cuerpo, he hablado con personas que habian muerto y volvieron a la vida. Nadie se sintio fuerza, solo un espiritu que vagaba en un maremagnum de energia. Dios, el universo, el eter, no se. Yo solo lo entiendo con los ojos de la fe. No digo, que no sea diferente, pero creo que esa transmutacion escapas a nuestra inteligencia, por muchos "palabros" que utilizeis y mucchas formulas cuanticas que trateis de aplicar. No se si fue Atenagoras quien dijo, que una parte de la existencia del ser humano escapaba a cualquier ley, incluso al azar, ¿puede ser esta?

José Antonio Suárez Marqués:
J.a. "Entender" quiere decir: estar dentro, captar el significado fuente u origen. Pero si sólo estás dispuesto a ver con los ojos de la fe -tu opción, que hay que respetar- entonces, es posible que determinadas realidades, que necesitan de los ojos de la ciencia, pues... no las veas, no puedas verlas. El irenismo entre ciencia y religión no resulta fácil, no siempre es posible: no es necesario estar en condiciones de discutir -se llame alma o espíritu- la existencia de "algo", más allá de la materia inerte o mineral. Los monistas (principio único de lo existente) entienden perfectamente niveles -atómico, molecular o químico, físico, biológico, social y hasta de inteligencia artificial- de organización de la realidad, distintos y de complejidad progresivamente creciente, hasta la emergencia de la inteligencia autoconsciente. De manera que materia, energía, fuerza o espíritu son manifestaciones de ese mismo principio: "deus sive natura", que diría Espinoza. Los tuyos dirían dios está en todo. La diferencian entre el materialismo filosófico y el teísmo, irenismos aparte, resulta, de ese modo, insalvable: el primero explica un universo autoemergente -un reloj sin relojero-; y, el segundo, que no es posible, sin el relojero, explicar la existencia del reloj. Quienes tenéis fe, "entendéis" desde la creencia, desde esa emoción básica, que no puede ser de otra manera. Esa es una base necesaria de la relación con la realidad, Sin embargo, los herejes, nos explicamos otra versión de un universo autoemergente, entre el azar y la necesidad; una casualidad relativamente determinada (condicionada): el destino sería como una ruleta, pero algo trucada. Atenágoras, es ya muy antiguo, Hoy las leyes del universo -que son deterministas- juegan a los dados con el azar, según Einstein. Se tiene fe o no. La ciencia es otra cosa...

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