_ -... el marxismo clásico de Lenin a Gramsci-
La propuesta
de Gramsci –decíamos- de superar las contradicciones sociales, era establecer
un nexo entre la teoría y la práctica, ya no se trataba de explicar el mundo,
sino de transformarlo en una sociedad nueva, realizando “la hegemonía” del
proletariado, lo que Lenin llamaba “dictadura” del proletariado: ello significaba la realización de una nueva infraestructura económica (Cambio en las relaciones de producción y en la propiedad de los medios, etc.); lo que determinaría una nueva superestructura cultural, modificando el plano de la política, la moral o la filosofía.
Los efectos de esa hegemonía no sólo cambiarían, pues, la estructura económica, sino que afectarían del mismo modo a la esfera del conocimiento. La relación entre ambos planos se hace evidencia dialéctica, de modo que el proceso de formación de las ideas sobre el mundo implica una 'praxis gnoseológica' -que dicen los 'rojos-: a partir, pues, de la relaciones de producción y cambio, en la base económica, se produce la toma de conciencia 'ideológica' (1). Se trata, decíamos, desde la interpretación filosófica del mundo... de transformarlo mediante la acción.
Y ESA ES LA TESIS CENTRAL DEL MARXISMO-LENINISMO PARA TRANSFORMAR EL MUNDO.
Los resultados de tal intento resultaron muy discutibles y discutidos, durante los cien años siguientes. Pero, antes de entrar en esa discusión, conviene una mirada a algunas diferencias en la idea de la hegemonía entre Lenin y Gramsci. Para este último -como ya se dijo- habría que acomodarla a las circunstancias dadas, y las de la Italia del momento eran el resultado de una sociedad heredera de la Contrarreforma y el Renacimiento. Gramsci echaba en falta -en esa Italia- una reforma cultural y de las costumbres, como la que se produjo en la Europa protestante. Curiosamente se acercaba a las tesis de Max Weber sobre 'el capitalismo y la ética protestante'.
En ese contexto Gramsci entiende la hegemonía como el necesario aparato de dirección del Estado, que determine una nueva forma de conocimiento o reforma de la conciencia: es la vía de transformación revolucionaria o nexo entre la filosofía y la política, según la visión que tiene de Lenin en Materialismo y empiriocriticismo (2). De ahí dimana, para Gramsci, el carácter esencial de la idea de hegemonía en Lenin. Esa hegemonía, en la sociedad civil, implica, para Gramsci, la conquista del estado, convirtiendo al proletariado en clase dirigente, al proporcionarle las alianzas y la base social.
Sin embargo, para Lenin la hegemonía del proletariado es siempre la dirección de las alianzas, de la política: Prescinde de de usar 'hegemonía', empeñado como está, en la pelea del Partido socialdemócrata ruso, entre Bolches y Mencheviques... de manera que siempre se refiere a la dictadura del proletariado, ante la negativa de los reformistas a aceptar ese concepto clásico del marxismo. Situación en la que, Lenin, defendió (3) siempre que "la revolución burguesa resultaría en extremo beneficiosa para el proletariado... cuanto más decidida, más acabará favoreciendo la lucha del proletariado contra la burguesía". Por eso mismo, postulaba contra los Menches, que -aunque la lucha proletaria fuese una lucha revolucionaria-, "había que participar en la revolución burguesa hasta acabar haciéndose con la dirección de ese proceso revolucionario"; por contra, a pesar de los maximalismos declarativos de los Menches... entendía que acabarían de remolque de la burguesía liberal, diluyéndose en una revolución (4) cortés: En una palabra, la revolución burguesa es la vía más rápida para alcanzar el socialismo... con el proletariado a la vanguardia; mientras, el maximalismo menchevique acabaría sin enfrentar al poder burgués. Era el reproche a la tendencia "Iskrita" de aquel partido socialdemócrata ruso. Gramsci quería penetrar el aparato del estado desde la sociedad civil, pero, Lenin, lo que quería era dirigirlo con/desde la vanguardia del Partido: de manera que propone la suma del proletariado de obreros y campesinos con la pequeña burguesía republicana para eliminar a la monarquía, sin contemplaciones. Lo cual se expresa en el programa de "La dictadura democrática y revolucionaria de obreros y campesinos": La dictadura del proletariado.
En resumen, ese fue el desarrollo de alguna de las ideas básicas del marxismo-leninismo y el inicio de su evolución desde Gramsci. Sin embargo alguna secta contemporánea sigue predicando -citando a éste incontinenti y acompañado de los inefables Mouffe/Laclau- su versión del socialismo científico. Empero, la tal pseudociencia envejece muy mal, compadeciéndose peor con la realidad, con el mundo como se percibe hoy, desde la fenomenología de Husserl, hasta el exágono del conocimiento y en particular las neurociencias, la cosmología, la teoría de los juegos o la física cuántica. Aprendieron IDEOLOGÍA en Somosaguas... y el Monte del Pardo no les deja ver más árboles ¿O era al revés?
Así que en la próxima entrega se tratará de elucidar, siquiera medianamente la milonga socio-política en cuestión.
(1) En la famosa Tesis sobre Feuerbach, Marx, sigue considerando a lo espiritual o intelectual y a la materialidad como dos sustancias o realidades excluyentes. No superado el marco hegeliano, todavía, consideraba la realidad o sensoriedad como objeto, esencialmente diferente de la actividad sensorial del sujeto. De manera que es posible que esa dialéctica -no resuelta- materialidad/idealidad excluyentes, esté en el origen de lo fallos conceptuales del Materialismo histórico, en los términos "filosóficos" acertadamente formulados por Gustavo Bueno.
(2) Parecer ser que era lo mejor conocido por Gramsci -período de cárcel, finales de los'20- de la obra de Lenin.
(3) A comienzos del siglo XX, Lenin defendía, sin empacho alguno, que el progreso de las fuerzas capitalistas era una etapa positiva y necesaria en el desarrollo de las fuerzas sociales, lo que fortalecería al proletariado en su lucha por alcanzar la hegemonía y el triunfo de la revolución.
(4) Es de notar -vistas determinadas actitudes de partido, en la actual política española- que en el enfrentamiento Bolches/Mencheviques, estos, se conformaban con la con la constitución de la Asamblea (parlamentaria), respetando la figura del Zar; mientras, la opción para los Bolches era la República democrática. Actitudes, que parecen traer causa de aquella vieja polémica, del franquismo final, entre los defensores de ruptura o de reforma.
Los efectos de esa hegemonía no sólo cambiarían, pues, la estructura económica, sino que afectarían del mismo modo a la esfera del conocimiento. La relación entre ambos planos se hace evidencia dialéctica, de modo que el proceso de formación de las ideas sobre el mundo implica una 'praxis gnoseológica' -que dicen los 'rojos-: a partir, pues, de la relaciones de producción y cambio, en la base económica, se produce la toma de conciencia 'ideológica' (1). Se trata, decíamos, desde la interpretación filosófica del mundo... de transformarlo mediante la acción.
Y ESA ES LA TESIS CENTRAL DEL MARXISMO-LENINISMO PARA TRANSFORMAR EL MUNDO.
Los resultados de tal intento resultaron muy discutibles y discutidos, durante los cien años siguientes. Pero, antes de entrar en esa discusión, conviene una mirada a algunas diferencias en la idea de la hegemonía entre Lenin y Gramsci. Para este último -como ya se dijo- habría que acomodarla a las circunstancias dadas, y las de la Italia del momento eran el resultado de una sociedad heredera de la Contrarreforma y el Renacimiento. Gramsci echaba en falta -en esa Italia- una reforma cultural y de las costumbres, como la que se produjo en la Europa protestante. Curiosamente se acercaba a las tesis de Max Weber sobre 'el capitalismo y la ética protestante'.
En ese contexto Gramsci entiende la hegemonía como el necesario aparato de dirección del Estado, que determine una nueva forma de conocimiento o reforma de la conciencia: es la vía de transformación revolucionaria o nexo entre la filosofía y la política, según la visión que tiene de Lenin en Materialismo y empiriocriticismo (2). De ahí dimana, para Gramsci, el carácter esencial de la idea de hegemonía en Lenin. Esa hegemonía, en la sociedad civil, implica, para Gramsci, la conquista del estado, convirtiendo al proletariado en clase dirigente, al proporcionarle las alianzas y la base social.
Sin embargo, para Lenin la hegemonía del proletariado es siempre la dirección de las alianzas, de la política: Prescinde de de usar 'hegemonía', empeñado como está, en la pelea del Partido socialdemócrata ruso, entre Bolches y Mencheviques... de manera que siempre se refiere a la dictadura del proletariado, ante la negativa de los reformistas a aceptar ese concepto clásico del marxismo. Situación en la que, Lenin, defendió (3) siempre que "la revolución burguesa resultaría en extremo beneficiosa para el proletariado... cuanto más decidida, más acabará favoreciendo la lucha del proletariado contra la burguesía". Por eso mismo, postulaba contra los Menches, que -aunque la lucha proletaria fuese una lucha revolucionaria-, "había que participar en la revolución burguesa hasta acabar haciéndose con la dirección de ese proceso revolucionario"; por contra, a pesar de los maximalismos declarativos de los Menches... entendía que acabarían de remolque de la burguesía liberal, diluyéndose en una revolución (4) cortés: En una palabra, la revolución burguesa es la vía más rápida para alcanzar el socialismo... con el proletariado a la vanguardia; mientras, el maximalismo menchevique acabaría sin enfrentar al poder burgués. Era el reproche a la tendencia "Iskrita" de aquel partido socialdemócrata ruso. Gramsci quería penetrar el aparato del estado desde la sociedad civil, pero, Lenin, lo que quería era dirigirlo con/desde la vanguardia del Partido: de manera que propone la suma del proletariado de obreros y campesinos con la pequeña burguesía republicana para eliminar a la monarquía, sin contemplaciones. Lo cual se expresa en el programa de "La dictadura democrática y revolucionaria de obreros y campesinos": La dictadura del proletariado.
En resumen, ese fue el desarrollo de alguna de las ideas básicas del marxismo-leninismo y el inicio de su evolución desde Gramsci. Sin embargo alguna secta contemporánea sigue predicando -citando a éste incontinenti y acompañado de los inefables Mouffe/Laclau- su versión del socialismo científico. Empero, la tal pseudociencia envejece muy mal, compadeciéndose peor con la realidad, con el mundo como se percibe hoy, desde la fenomenología de Husserl, hasta el exágono del conocimiento y en particular las neurociencias, la cosmología, la teoría de los juegos o la física cuántica. Aprendieron IDEOLOGÍA en Somosaguas... y el Monte del Pardo no les deja ver más árboles ¿O era al revés?
Así que en la próxima entrega se tratará de elucidar, siquiera medianamente la milonga socio-política en cuestión.
(1) En la famosa Tesis sobre Feuerbach, Marx, sigue considerando a lo espiritual o intelectual y a la materialidad como dos sustancias o realidades excluyentes. No superado el marco hegeliano, todavía, consideraba la realidad o sensoriedad como objeto, esencialmente diferente de la actividad sensorial del sujeto. De manera que es posible que esa dialéctica -no resuelta- materialidad/idealidad excluyentes, esté en el origen de lo fallos conceptuales del Materialismo histórico, en los términos "filosóficos" acertadamente formulados por Gustavo Bueno.
(2) Parecer ser que era lo mejor conocido por Gramsci -período de cárcel, finales de los'20- de la obra de Lenin.
(3) A comienzos del siglo XX, Lenin defendía, sin empacho alguno, que el progreso de las fuerzas capitalistas era una etapa positiva y necesaria en el desarrollo de las fuerzas sociales, lo que fortalecería al proletariado en su lucha por alcanzar la hegemonía y el triunfo de la revolución.
(4) Es de notar -vistas determinadas actitudes de partido, en la actual política española- que en el enfrentamiento Bolches/Mencheviques, estos, se conformaban con la con la constitución de la Asamblea (parlamentaria), respetando la figura del Zar; mientras, la opción para los Bolches era la República democrática. Actitudes, que parecen traer causa de aquella vieja polémica, del franquismo final, entre los defensores de ruptura o de reforma.
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