... y no es una bravata.
No quieren que enfríe la tortilla. Por si acaso se pierde la ocasión. Los estragos de las crisis les tienen enrauxados, decíamos ayer. Pero tienen un temor: la reforma constitucional. Por eso rechazan que nos acerque alguna forma de entente, por eso tratan de no perder ni un segundo en ROMPER LOS PUENTES... antes que se cierre la ventana de oportunidad. Eso es lo que expresa con toda nitidez el gran ideólogo de la operación Ferran Requejo, otro cátedro de Políticas -ahora son como una plaga, o pulgas de perro flaco-. No les importa tener sólo el apoyo del escaso 30% del Censo electoral catalán, o convertir a Cataluña en un paria ante las Naciones Unidas, o que eminentes juristas -carísimos-, en Derecho Internacional, lleguen a una conclusión: 'KOSOVO'. Esa sería la forma y el nivel de reconocimiento del nuevo estado catalán: intentar colarse en unas Naciones Unidas, que no pueden admitirlo, por la puerta de atrás de la UNESCO -que se supone entrada libre-. Pues, hoy día, va a ser que tampoco, ni si quiera en esa Organización para la Educación, que no suele poner puertas al campo: ayer mismo, ese intento de KOSOVO, ha sido rechazado.
Ese ideólogo, Ferrán, es el que expresa tal deseo: "...todos los puentes han sido volados". No es una bravata, es la expresión de sus temores: "... si no nos dan lo que queremos, entonces actuaremos como si ya lo hubiésemos conseguido. Nos instalaremos en la independencia". Performativamente.
Sólo se les 'escapa' un poco de mala intención: que les intenten meter mano en los Mossos de Escuadra. Eso sería perfecto para ellos: entonces 'Madrit' sería quien alimentase el victimismo que consideran tanto les beneficia. Pero, así mismo, se les escapa la mala conciencia: ya no aluden a su mayoría 'social', ya sólo lo hacen a su mayoría 'paralmentaria'.
Tampoco les sirven -ahora- los PUENTES de la reforma constitucional o del federalismo. No. Sólo les interesa las ventajas económicas, pero sin las obligaciones políticas. Increiblemente Fontana llega a hablar del ahorro del Ejército.
Entienden, así, que la mayoría silenciosa -más o menos federalista- quedaría entre ambas orillas o en tierra de nadie: de una orilla España tendría que con-ceder Reformas/Referendum; pero del otro lado del puente, para variar, no se jugaría limpio; se seguirá intentando 'el todo vale', después de décadas tienen asumido que ya es natural. De ese juego del PUENTE, sólo les interesa que lleve a la salida. El problema es que la salida no está al otro lado del Ebro, sino más allá de La Unión Europea. Esa posición -solos más allá- y una oferta generosa son la jugadas clave de este juego del PUENTE.
Es una oferta a los indecisos que ayudan tácticamente a sostener el independentismo -precisamente, dicen, para buscar esa oferta-. Y lo es para esa mayoría que siente la doble pertenencia. Porque ellos son el objetivo clave el próximo 20-D. Porque son quienes más pueden sostener esa orilla del PUENTE que el Ingeniero Superior Ferrán Requejo -quién lo diría- quiere derribar.
Así lo vemos, ya, desde este lado del PUENTE. Haríamos un tremendo esfuerzo para "entender que otros hablen distinto, que sean distintos". Por muchas razones, además de esa deferencia con el entrañable y viejo -¿estalinista?- historiador Fontana.
Él -en compañía de otros-, sí pudo conciliar dialécticamente el internacionalismo con el secesionismo-nacionalista. A otros nos parece, realmente, una entelequia centripeto/centrifuga, a la vez. Seguramente, será por lo que no alcanzamos que quiere expresar con: "han sido educados para no entender" ¿Quienes? Desde luego, si sólo publica ahora en Catalán, porque es para los de su misma cultura, su misma identidad, entonces, entenderemos mejor que vea racista la mentalidad castellana. Sería un buen juego de espejos*, pero es una pena que a este lado ya no queden esos castellanos -contra moros y judíos-, que el viejo Fontana aún ve, remontando el agravio quinientos años.
Podríamos, en suma, entender que Fontana piense que la actual reacción separatista catalana, sea un fenómeno que lleva alimentándose los últimos quinientos años, o que no entendemos cómo quieren hablar, o, incluso, que sean distintos, y que, finalmente, él esté por la independencia si... "es realizada sin daño para nadie". Pero a este lado del espejo, o del Ebro, lo que se ve es la prima de riesgo, las facturas a pagar y que quebrantarán la economía a los dos lados, la salida segura de Cataluña de la Unión Europea y de otros organismos internacionales, la rotura de nuestra nación -España-, la inmersión educativa y mediática de más de la mitad de la población -originaria de este lado del Ebro- y el incumplimiento de la enseñanza del castellano hasta acabar en: "SÚMATE a los castellano-hablantes-independentistas", ¿Para acabar con el bilingüismo? Pues no, no lo entendemos señor Fontana. Lamentamos tener que decirle que sí, que eso es hacer daño a alguien, a nosotros... españoles de todos los pelajes, no los castellanos de las ensoñaciones nacionalistas.
* Interesaría, aquí, Lewis Carroll, después de todo, a quienes fuimos jóvenes materialistas nos conviene recordar al lógico autor de las maravillas del país de Alicia. Aunque entonces no se gastara la lógica difusa.
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