Produce toda la impresión que ALGUIEN aprovechó la pandemia para desplazar ese uso del Centro Social, Yolanda. De manera que, se fuese perdiendo la costumbre del lugar. Así, cuando cesará la pandemia, pues, ese hábito habría pasado a mejor vida, total... el problema es que el par -o poco más- de responsables son habas contadas. Y, como no es un negocio privado, sino que era el ocio público; pues, eso, tales responsables o irresponsables funcionarios y/o electos, no pueden no saber que esas decisiones no se llevan a cabo de aquella manera, o sea: de tapadillo. Se deciden o en los presupuestos, o se validan en el programa político: es lo que tiene lo publico, que no es... 'aquello' de la Bernarda.
La otra derivada es que con la disposición del pueblo, con los servicios y la hostelería dedicados intensivamente al turismo, la gente mayor ha quedado sin su lugar o refugio.
Así, parece algo perverso que a la 5 o 6 de la tarde: sí haya instalaciones y presupuesto para organizar a -creo que eran todas jubiladas, y, sino peor- un grupo de Gym-jazz o similar, en la terraza, con música para que la oyera toda la concha. De manera que, no hay otra forma de entenderlo, que muy consciente o intencionado. Perdido el hábito, o sea los clientes, ahora ya podrán argumentar que no hay interesados en llevar el Bar ¡Pues claro! Pero los mayores, YA CAMINO DE LA MITAD DE LA POBLACIÓN (que no una docena de negociantes; que sí, nos parece muy bien que se ganen la vida, pero es que también la hay más allá del turismo) con los precios de hostelería más altos de la comarca -es la ley de la oferta y la demanda-, en definitiva, ya se habrán acabado de acostumbrar a pasar los 7 u 8 meses de invernada, encerrados en casa.
De modo que, no puedo más que pensar que esos responsables son listos o interesados, o ambas cosas. ¡Qué razón tenía Gastón de Jota!
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