Hace más de un siglo, cuando Cudillero era Cudillero y no esta... (cada uno que interprete como quiera).
Ortega nos visitó en Agosto de 1915, acompañado de Evaristo Valle (que salía de una larga etapa de aislamiento y depresión tras la muerte de su madre), dando ocasión al comentario orteguiano sobre la actitud y el nido de cormoranes y las razas marineras atlánticas de los pescadores pixuetos, además del cuadro de Cudillero -de Valle-, famoso por presidir el despacho de Ortega durante décadas, hasta adquirir la pátina que le dejaron los cigarros puros de Baroja, Unamuno y la caterva de Amigos de Ortega.
Así que, en tiempos oscuros, hoy vale la pena recoger un retazo de la Tesis de la doctora en Historia del Arte y periodista, Alicia Vallina Vallina...
La admiración que sintió Evaristo por uno de los grandes nombres del pensamiento universal fue creciendo con el paso de los años, al igual que su relación de amistad [...] D. José en 1914, realizó un viaje a Asturias que dejó anotado en sus Notas de andar y ver y recogido en el tercer tomo de El espectador (198) bajo el título De Madrid a Asturias o los dos paisajes. Ortega viajará a Asturias en varias ocasiones y al menos en una de ellas, gracias a la invitación de su amigo García Vela, Valle actuó como cicerone. Pudiera ser -Ortega relata ese viaje en el Espectador- que mostrara a Ortega la vida rural y marinera de las localidades costeras de Cudillero y Luarca, e incluso la grandeza de una parte de los Picos de Europa. Lo que sí sabemos con seguridad es que Valle regala a Ortega el lienzo Escena marinera, (199) hoy en colección particular. Además, Valle establece el primer contacto con el pensamiento orteguiano a partir de este mismo 1915, momento en que queda impactado por la lectura de las Meditaciones del Escorial, publicadas en abril de ese mismo año. En ellas, Ortega analiza esta colosal construcción como expresión colectiva de la psicología del pueblo español. Para Ortega, este monumento es fruto exclusivo del esfuerzo y sacrifico, pero carente de todo ideal; es un «tratado del esfuerzo puro», pero sin un fin concreto. Así, Ortega establece un paralelismo con la historia del pueblo español, de nuestra alma colectiva. El español quiere ser grande por el solo hecho de serlo pero sin intención de defender una idea política, religiosa o moral concreta. El ímpetu, el coraje, la voluntad, son características genuinas de nuestro pueblo pero sin vinculación alguna con el intelecto o las ideas. Valle compartirá muchas de las ideas de Ortega, convencido como estaba de la necesidad de hombres capaces para regenerar España y devolverle un pasado glorioso que comenzaba a negársele...
¿Pasado... Y dónde se fue el ímpetu y el coraje de aquella raza marinera, que Ortega creyó ver? Hoy el carácter ancilar campa a sus anchas en las sociedades consumistas, contaminadoras y aquel Cudillero se fue... como la noche buena del villancico que cantábamos en mi infancia pixuata...
¡Malas vísperas!
198 Conjunto de reflexiones sobre historia, política, filosofía, religión, etc., compuesto por ocho volúmenes escritos entre 1916 y 1934.
* Hay una confusión reiterada en señalar la visita en el año 1914 o en 1915. Aquí, habiendo investigado en detalle las circunstancias de la vida de Valle, la sitúa en el 15, e indica que en esos años, Ortega realizó varios viajes a Asturias. .
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