Publicado en EL BALUARTE (Asociación de Amigos de Cudillero)
...Acabado el parvulario, y no sin cierta aprehensión de mi ma, me mandaron a la Escuela de la Rula, pomposamente denominada de ‘Orientación náutico pesquera’, y… aquello era la Isla del tesoro, el Capitán Trueno o el Oeste americano, todo en uno. Era el auténtico país de nunca jamás: aquellos guajes hacían honor a la leyenda de descendientes de vikingos…
Alejado ya de la puerta de casa, se abría como un mundo fabuloso, en una geografía casi inabarcable para mis siete u ocho años: en un altillo de la propia escuela -ya beneficiado aquel queso, amarillo oxidado, empaquetado en botes cilíndricos de lata- yacían, como un relicto de la ayuda yankee, unos bidones de cartón anillado, casi llenos aún de leche en polvo, ya semicristalizada...