De la Revista-Anuario: "El BALUARTE".
Don José Ortega y Gasset apuraba los días de julio, que en Madrid son
insufribles. Era un horno continuo e insoportable. Entre tanto, Europa insistía
en sus guerras alemanas y Ortega y Gasset, tan relacionado intelectualmente con
aquel país, se confesaba que sus muy templados nervios necesitaban, añoraban,
la suavidad húmeda del Cantábrico. Así que, tal como tenía perfectamente
planeado, lió los bártulos y emprendió la primera jornada del viaje. No fue
sino hasta la altura de Dueñas, que se sintió realmente viajando....