LACLAU: ¿Ideología o poder?
En la Facultad de Políticas y Sociología de Somosaguas se producen individuos del fuste de Antonio Elorza o José Ignacio Torreblanca, a los que podemos relacionar con el pensamiento, o la razón*, críticos. Empero un grupo bien organizado de activistas está consiguiendo -momentáneamente-imponer la razón populista, inspirada en el politólogo argentino Ernesto Laclau. Razón capaz de logros tan democráticos como la venta, y libre consumo de ahumantes, en dependencias de la propia Universidad, o instalar 80 jenízaros, ajenos por completo a dicha facultad, en el intento de imponer el mundo de los okupas.
Dicha razón populista -raíz de la tesis doctoral del responsable, el niño Errejón, de la secretaría política de PODEMOS-, viene a decir que, cuando el sistema no atiende una accción de justa reivindicación- lo que lógicamente producirá insatisfacción, indignación- entonces se producirá una reacción de respuesta: el populismo.
Para Laclau, pues, si la democracia no es perfecta, se ha de admitir la realidad del populismo: en consecuencia, 'en un mundo de recursos finitos', habrá de aceptarse la pluralización de las demandas -lo que no deja de ser, aplicado a la economía, el principio anarquista de 'pedid lo imposible'-. Resultando que esa distancia institucional entre demandas y canales de acceso, haría la democracia viable, ya que esta ha de ser, en alguna medida, populista.
El razonamiento estaría muy, bien prescindiendo de lo que nos hemos permitido añadir: 'en un mundo de recursos finitos'. En el que ocurrirá lo de Venezuela: Ignorarlo a favor de los 'nuestros' y contra cierto 'empresariado' o 'burguesía' acaparadora, acaba provocando el desastre al modo caribeño, con una banda, fanática y subsidiada, del régimen, y el resto de venezolanos que, hacen la cola del supermercado o de carne de cañón por las calles de Caracas.
Así se entiende, que para Laclau, el populismo, lejos de ser un obstáculo, es una garantía para la democracia, al evitar que se convierta en mera administración, o excluir el pensamiento único; pues mantiene un deseable antagonismo democrático. A la vez, con ese populismo, aparecerán formas de liderazgo que no son ortodoxas, desde el punto de vista liberal, pero que lejos de ser un inconveniente, en realidad, constituyen una garantía para la democracia...lo cual -a nuestro entender- sólo representa un problema: el populismo acaba realizando un modelo democrático con apellido coreano, castrista o chavista, de pensamiento único -"quod erat vitandum"-. Lo que constituye una absoluta distopía, y se acerca al modelo de totalitarismo tan bien descrito por H. Arendt. A la mejor democracia le sobran los apellidos.
En esa visión destacan la idea de empoderamiento, y la influencia recíproca, complementaria, entre representante y representados: el representante no ha de ser pasivo, ha de dotar -a las masas- de lenguaje -discurso- y capacidad de movilización, al estilo -profundamente democrático (sic)- de Chavez en Venezuela. Pues se entiende que, en otro caso, las masas quedarían profundamente vacías. Pero esa visión de hegemonía o de intelectual orgánico, que viene de Gramci, queda falta del rigor y la coherencia original.
Bodeando ya la locura -pues, buen porteño, Laclau, echa mano del psicoanálisis- acaba afirmando el lazo entre el líder y el movimiento de masas que, ha de ser algo compartido, ya que no puede sostenerse solo en el amor por el líder. (No sabríamos que decir, al respecto, sobre Cuba, Venezuela o incluso Corea, pues no tenemos muy claro -que diría de tal amor- buena parte de su población).
Nuestros aprendices de brujos en Venezuela, en Ecuador o en Bolivia, pudieron experimentar con cierto éxito la construcción de la hegemonía; cuya idea básica es ir atrapando y consiguiendo candidatos y movimientos, no alianzas. (Lo que lamentablemente, para ellos, aún no han conseguido entender en Izquierda desUnida). Del mismo modo que las encuestas de Bescansa encuentran el mundo 'indignado', que no son capaces de detectar las de Arriola. Pero...el verdadero objetivo - en términos electorales, que es tanto como decir de poder- sería la gente de sensibilidad socialdemócrata, por eso se corren...al centro, para disputarla a cara de perro. Será una rosa, será un clavel, el mes de mayo....
*El texto en cursiva expresa los 'contraargumentos' al mundo Laclau-okupa.
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