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03 mayo, 2015



EL TRÁGALA...y/3



...y el sectarismo recalcitrante.

Recién, decíamos aquí de tan particular sistema de acceder y, lo peor, de ejercer el poder de esa manera tan carpetovetónica. Que lo fue demasiado tiempo, y demasiado mala. Y tanto acabó diferenciándonos de nuestros pares, que hasta los gallegos acabaron diciéndolo en  inglés. Lo de ‘different’.
Finalmente, el país pareció superar aquella maldición que tan bien expresó, hace nada, Victor Manuel San José: “Cada vez que, por fin, parece que llegamos ¡Hala! A tomar…Como si fuésemos nuestro peor enemigo” Si no es literal, como si lo fuera. Y, ese, fue nuestro andar durante casi cuatro siglos. Entendimiento, que debería de hacernos ser muy comedidos. Lorca pensaba que, tanto, como si tuviésemos un lío con una gitana  malcasada. Pero no es el caso: somos los humanos  quien inventamos el aforismo del burro, la piedra y… el verbo tropezar. Y parece ser, que algunos andamos peor de memoria que el buen pollino. Lo que no quita que, a la vez, seamos notablemente recalcitrantes. Porque vamos a ver, esos países: nuestros pares y vecinos, mayormente, también tuvieron sus crisis, pero las manejaron mucho mejor –no hay derrotismo que valga- y se presentaron en el último siglo convertidos en la zona más rica, y más desarrollada del planeta. Nos costó todo ese último siglo comenzar a acercarnos, cuando llegó la famosa ‘gran recesión’ que nos dejó tan tirados. Cada vez que ellos tienen fiebre, aquí cogemos una pulmonía de cerca del 30% de paro ¿Y por qué? Porque los fundamentos de su economía nos llevan esos cuatro siglos de hacer las cosas mejor. Y porque Max Weber diría que el espíritu protestante se maneja mejor con la economía. Lo que, si no es muy cierto, lo parece: Alemania hoy, como el 5% de paro y más del 30% de diferencia de renta (per cápita).
Podíamos hacer caso a Victor Manuel y dejar de despeñarnos cada vez que estamos llegando. Pero, proverbialmente, tenemos el oído muy sensible a los cantos de sirena, o de sirenios. Y alguien tuvo que encontrar un libro, que alguien escribió hace casi medio siglo; y aunque hablaba de un continente al otro lado del océano, se empeñaron que la socialdemocracia danesa, o escandinava, no iba con nosotros, o que los indicadores de empleo o actividad centroeuropea, no era asunto de nuestro interés, que tampoco. Pensaron que con esos mimbres no hay revolución que se sostenga. Porque, mira tú, en Italia un payaso –sin ánimo de faltar, es que era su oficio-, casi pone patas arriba a una de las naciones, o culturas, habría que decir, más sabiamente antiguas del orbe. Y sin ir más allá, en Grecia, a los inventores de la Democracia, de la Isegoría o de la Isonomía, unos listos, discípulos de la dama del autor de aquel libro que hablaba de venas abiertas, y de continentes, nada menos; pues... están a punto de hacer saltar la Banca, la de Frankfurt. Nos cuentan que la dama -Chantal Mouffe-, belga, politóloga, y enseñante de los Tsipras y cia, en la Universidasd de Essex, es la que aporta la teorética que faltaba en las famosas venas. Tal dama sostiene que la estrategia de la izquierda tiene que perseguir, principalmente, alcanzar la hegemonía, ya que estamos ante un conflicto entre dos esquemas de valores: LA LIBERTAD y LA DEMOCRACIA. Para ella, en las últimas décadas, el neoliberalismo ha sido tan dominante que ha eliminado por completo la democracia, la igualdad, y la soberanía popular. Pero tenemos muy claro que, ese argumento sinecdóticamente equivocado -toma la parte por el todo- no alcanzará a fijar las fronteras que pretende establecer. La dama conoce muy bien la connotación de frontera: 'frontal', 'enfrentar'; es decir: separar a su grey, aislarla, tal que a una secta; por un lado de la socialdemocracia europea, demasiado inane, y demasiado cerca de ese neoliberalismo que la desarma con cuatro migajas; y por el otro (al menos con la boca chica) del anticapitalismo ultraizquierdista. Así, establecidas esas fronteras, y separado el pueblo de la casta, se intentará convencer a la mayoría de que el proyecto político -una especie de falsa tercera vía- es el mejor para la sociedad. El argumento continúa –y esa es la aportación de su compañero Galeano- con la legitimación ontológica del populismo: Establecido que el neoliberalismo niega la igualdad y la soberanía popular y, por tanto, la democracia, entonces, el pueblo ya estará en su lado de esa frontera para enfrentar a la casta, por tanto, quedará legitimada esa respuesta: el populismo.
Tal argumentario constituye un auténtico desvarío:
a: La LIBERTAD y la DEMOCRACIA “no son excluyentes”, todo lo contrario, falso.
b: El liberalismo “no ha eliminado el contenido, los valores, de la democracia”, quizá los habrá mermado, falso.
c: No está probado que sea “el mejor proyecto político para la sociedad”. De hecho los intentos anteriores han sido fracasos históricos, casi siempre, falso.
D: “El populismo está legitimado por la negación de la soberanía popular”. Pueden estar en ocasiones afectadas la soberanía o la igualdad, pero no negadas, falso.
En conclusión, tal uso de la lógica formal, seguramente, explicaría el fracaso reiterado, en el intento, a lo largo del último siglo. Después de todo, no alcanzan a disimular el rancio leninismo de la receta. Ni siquiera poniéndole un poco de pimienta gransciana. Ni se entiende tal fijación, mientras una profesora de 'Políticas', ignora el problema global que plantea Jeremy Rifkin, o la visión de la Sociedad líquida de Zygmunt Bauman, ni qué decir de Joseph Stiglitz o Ulrich Beck. No cuentan. No. 
De manera, que nos resulta enojoso ver algún vocero recalcitrante, como la última semana, a media noche el TVE-1, contándonos la absoluta normalidad que hoy vive Venezuela, después de -menos mal que no dijo 19 de 18- 18 elecciones ganadas limpiamente por el chavismo. No ven, no oyen, no quieren saber; lo que ocurre es un complot del capitalismo internacional y venezolano contra el heroico pueblo de Venezuela que, tras “la frontera para ganar la hegemonía” resiste el intento de despojo. Imaginamos, que el de las estanterías del ‘Super’

Desgraciadamente, esa hegemonía, lo que vehicula es una realidad de tipo sectario: abducidos los fieles por la causa, dejan de razonar y, comienzan a responder sólo a las emociones. Es lo que explica algún comentario en facebook, como el de alguien, por ejemplo, en Cudillero: que repudiada -por lo que todos sabemos- la candidatura del Círculo Podemos (ni me interesa su rótulo electoral), no puede dejar pasar la oportunidad del despido de Monedero, para renovar su identificación con la secta madre. Aunque no tocase. Porque lo que toca es la candidatura municipal. Los problemas reales, no los de los trepas, que comportándose como acabamos de describir, engañan a su gente, a su pueblo. ¿Está muy claro, no?






















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