...y el sectarismo recalcitrante.
Recién, decíamos aquí de tan particular
sistema de acceder y, lo peor, de ejercer el poder de esa manera tan
carpetovetónica. Que lo fue demasiado tiempo, y demasiado mala. Y tanto acabó
diferenciándonos de nuestros pares, que hasta los gallegos acabaron diciéndolo
en inglés. Lo de ‘different’.
Finalmente, el país pareció superar
aquella maldición que tan bien expresó, hace nada, Victor Manuel San José: “Cada vez que, por fin, parece que llegamos
¡Hala! A tomar…Como si fuésemos nuestro peor enemigo” Si no es literal,
como si lo fuera. Y, ese, fue nuestro andar durante casi cuatro siglos.
Entendimiento, que debería de hacernos ser muy comedidos. Lorca pensaba que,
tanto, como si tuviésemos un lío con una gitana
malcasada. Pero no es el caso: somos los humanos quien inventamos el aforismo del burro, la
piedra y… el verbo tropezar. Y parece ser, que algunos andamos peor de memoria
que el buen pollino. Lo que no quita que, a la vez, seamos notablemente
recalcitrantes. Porque vamos a ver, esos países: nuestros pares y vecinos,
mayormente, también tuvieron sus crisis, pero las manejaron mucho mejor –no hay
derrotismo que valga- y se presentaron en el último siglo convertidos en la
zona más rica, y más desarrollada del planeta. Nos costó todo
ese último siglo comenzar a acercarnos, cuando llegó la famosa ‘gran
recesión’ que nos dejó tan tirados. Cada vez que ellos tienen fiebre, aquí
cogemos una pulmonía de cerca del 30% de paro ¿Y por qué? Porque los fundamentos
de su economía nos llevan esos cuatro siglos de hacer las cosas mejor. Y porque
Max Weber diría que el espíritu protestante se maneja mejor con la economía. Lo
que, si no es muy cierto, lo parece: Alemania hoy, como el 5% de paro y más del
30% de diferencia de renta (per cápita).
Podíamos hacer caso a Victor Manuel y
dejar de despeñarnos cada vez que estamos llegando. Pero, proverbialmente,
tenemos el oído muy sensible a los cantos de sirena, o de sirenios. Y alguien tuvo
que encontrar un libro, que alguien escribió hace casi medio siglo; y aunque
hablaba de un continente al otro lado del océano, se empeñaron que la
socialdemocracia danesa, o escandinava, no iba con nosotros, o que los indicadores de empleo o
actividad centroeuropea, no era asunto de nuestro interés, que tampoco. Pensaron que
con esos mimbres no hay revolución que se sostenga. Porque, mira tú, en Italia
un payaso –sin ánimo de faltar, es que era su oficio-, casi pone patas arriba a
una de las naciones, o culturas, habría que decir, más sabiamente antiguas del
orbe. Y sin ir más allá, en Grecia, a los inventores de la Democracia, de la
Isegoría o de la Isonomía, unos listos, discípulos de la dama del autor de
aquel libro que hablaba de venas abiertas, y de continentes, nada menos; pues... están a punto de hacer saltar la Banca, la de Frankfurt. Nos cuentan que la
dama -Chantal Mouffe-, belga, politóloga, y enseñante de los Tsipras y cia, en
la Universidasd de Essex, es la que aporta la teorética que faltaba en las famosas venas. Tal dama sostiene que la estrategia de la izquierda tiene
que perseguir, principalmente, alcanzar la
hegemonía, ya que estamos ante un conflicto entre dos esquemas de valores:
LA LIBERTAD y LA DEMOCRACIA. Para ella, en las últimas décadas, el
neoliberalismo ha sido tan dominante que ha eliminado por completo la
democracia, la igualdad, y la soberanía popular. Pero tenemos muy claro que, ese
argumento sinecdóticamente equivocado -toma la parte por el todo- no alcanzará
a fijar las fronteras que pretende establecer. La dama conoce muy bien la
connotación de frontera: 'frontal', 'enfrentar'; es decir: separar a su grey,
aislarla, tal que a una secta; por un lado de la socialdemocracia europea,
demasiado inane, y demasiado cerca de ese neoliberalismo que la desarma con
cuatro migajas; y por el otro (al menos con la boca chica) del anticapitalismo
ultraizquierdista. Así, establecidas esas fronteras, y separado el pueblo de la casta, se intentará
convencer a la mayoría de que el proyecto político -una especie de falsa tercera vía- es el mejor para la
sociedad. El argumento continúa –y esa es la aportación de su compañero
Galeano- con la legitimación ontológica del populismo: Establecido que el
neoliberalismo niega la igualdad y la soberanía popular y, por tanto, la
democracia, entonces, el pueblo ya estará en su lado de esa frontera para enfrentar a la casta, por tanto, quedará legitimada
esa respuesta: el populismo.
Tal argumentario constituye un auténtico
desvarío:
a: La LIBERTAD y la DEMOCRACIA “no son excluyentes”, todo lo contrario, falso.
b: El liberalismo “no ha eliminado el contenido, los valores, de la democracia”, quizá los habrá mermado, falso.
c: No está probado que sea “el mejor proyecto político para la sociedad”.
De hecho los intentos anteriores han sido fracasos históricos, casi siempre, falso.
D: “El populismo está legitimado por la negación de la soberanía popular”. Pueden
estar en ocasiones afectadas la soberanía o la igualdad, pero no negadas, falso.
En conclusión, tal uso de la lógica
formal, seguramente, explicaría el fracaso reiterado, en el intento, a lo largo
del último siglo. Después de todo, no alcanzan a disimular el rancio leninismo
de la receta. Ni siquiera poniéndole un poco de pimienta gransciana. Ni se entiende tal fijación, mientras una profesora de 'Políticas', ignora el problema global que plantea Jeremy Rifkin, o la visión de la Sociedad líquida de Zygmunt Bauman, ni qué decir de Joseph Stiglitz o Ulrich Beck. No cuentan. No.
De manera, que nos resulta enojoso ver algún vocero recalcitrante, como la última semana, a media noche el TVE-1, contándonos la absoluta normalidad que hoy vive Venezuela, después de -menos mal que no dijo 19 de 18- 18 elecciones ganadas limpiamente por el chavismo. No ven, no oyen, no quieren saber; lo que ocurre es un complot del capitalismo internacional y venezolano contra el heroico pueblo de Venezuela que, tras “la frontera para ganar la hegemonía” resiste el intento de despojo. Imaginamos, que el de las estanterías del ‘Super’
De manera, que nos resulta enojoso ver algún vocero recalcitrante, como la última semana, a media noche el TVE-1, contándonos la absoluta normalidad que hoy vive Venezuela, después de -menos mal que no dijo 19 de 18- 18 elecciones ganadas limpiamente por el chavismo. No ven, no oyen, no quieren saber; lo que ocurre es un complot del capitalismo internacional y venezolano contra el heroico pueblo de Venezuela que, tras “la frontera para ganar la hegemonía” resiste el intento de despojo. Imaginamos, que el de las estanterías del ‘Super’
Desgraciadamente, esa hegemonía, lo que
vehicula es una realidad de tipo sectario: abducidos los fieles por la causa,
dejan de razonar y, comienzan a responder sólo a las emociones. Es lo que explica algún comentario en facebook, como el de alguien,
por ejemplo, en Cudillero: que repudiada -por lo que todos sabemos- la
candidatura del Círculo Podemos (ni me interesa su rótulo electoral), no puede
dejar pasar la oportunidad del despido de Monedero, para renovar su
identificación con la secta madre. Aunque no tocase. Porque lo que toca es la
candidatura municipal. Los problemas reales, no los de los trepas, que comportándose como acabamos de describir, engañan a su gente, a su pueblo. ¿Está muy claro, no?
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