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01 noviembre, 2019



EL CELTISMO, LA MODA GALLEGA Y OTROS CUENTOS


ADN ¿gallego?
Los deseos
... QUE LES EMBUTEN EN LA UNIVERSIDAD -y, aun desde la escuela- ESOS PROFES GALLEGUISTAS, TAN MAJOS:
El rexurdimiento romántico, desde mediados del XIX, con Manuel Martínez Murguía, cónyuge de Rosalía de Castro, define la nacionalidad gallega vinculándola al celtismo y siguiendo el modelo de Gener para la "raza catalana"; contrapone un racismo gallego ario y suevo: "el celta es nuestro único, nuestro verdadero antepasado", frente a lo "español, semítico-africano"; aun sin llegar a la obsesión  por la pureza y la segregación raciales de Sabino Arana con los vascos. 
Más radicalmente racista y antisemita, fue Vicente Martínez Risco -de origen familiar en Almansa, Castilla la Mancha- que encabezará el galleguismo conservador en el primer tercio del siglo XX. En 1920 publica Teoría do Nacionalismo Galego, que recoge la herencia de Murguía, y biblia del galleguismo, según el periódico 'A Nosa Terra'; en la que: interpreta la historia de Europa como la lucha dialógica, entre el Mediterráneo racionalista, clasicista y decadente, y la civilización atlántica, representada por las siete naciones célticas, que encarnan el irracionalismo (Se relacionó con la teosofía, entonces en boga, de Madame Blavastky o Roso de Luna) y el dinamismo vitalista (fue discípulo de Ortega y Gasset), -con un destino que cumplir en el mundo-. Su racismo y antisemitismo se acentúan en los años 30, proponiendo como modelo la defensa del catolicismo tradicional y de la pureza racial de los vascos, y llegando a apoyar el nazismo, al que justifica  como una reacción vital de la nación alemana frente a  marxistas, capitalistas y judíos: "el judío es la fuerza desgarradora y fermento de la disolución social". Tras el alzamiento de 1936 abandona su militancia galleguista para apoyar al bando sublevado en la Guerra Civil  Española, a la que justifica como una cruzada religiosa. Por contra, Castelao, considerado la más importante figura del gallegismo cultural, murió en el exilio republicano.

La realidad 
- o la historia genética de la Península-.
La reciente investigación, basada en el cromosoma 'Y', de las Universidades Pompeu Fabra de Barcelona y de Leicester, Reino Unido: concluye que más del 20% de los gallegos, -hasta el doble que en la península-, especialmente en el tramo final del Miño (Publicado: Amarican Journal of Human Genetics. 2008), presenta características genéticas propias de la población del norte de África. En el estudio colaboró el Instituto de Medicina Legal de Santiago, dirigido por Ángel (Allí: Anxo) Carracedo. La muestra analizó 1139 individuos peninsulares -88 de Galicia-, 359 del norte de África y 174 judíos sefardíes con resultados curiosos: Granada mostraba menos cercanía genética con el norte musulmán de África que GaliciaEl mismo Grupo de Medicina Xenómica, analizó la muestra de ADN (Piublicado: “Nature”, Feb 2019) -elaborada por investigadores de la Universidad de Oxford, de 1413 donantes en todo el territorio español, que establecía la cercanía genética, en bandas verticales, coincidiendo con los reinos medievales de la Reconquista y sus áreas lingüísticas: gallego, asturiano, castellano, euskera  y catalán
Inesperadamente la mayor diferenciación genética corre de este a oeste y no de norte a sur; mostrando, en la primera mitad del dominio musulmán, un evento -datado entre mediados del sg. IX y principio del XII- de mezcla de poblaciones de tipo europeo, con otra de rasgos similares a la de Marruecos, y cuyo mayor peso se encuentra en determinadas zonas de Galicia; probablemente originado por movimientos internos  de población -norte/sur- entre Galicia y Portugal, en el siglo XVII, tras la expulsión de los moriscos, al final de la reconquista. De las cinco bandas genéticas, son las correspondientes a León y Castilla, las más frecuentes en Asturias, y que con el perfil genético ibérico denotan influencias externas procedentes de Francia, Italia e Irlanda, por ese orden, como en otras zonas de la península.
Actualmente la antropología establece una diferenciación muy clara entre restos arqueológicos -de la cultura material: arte, inscripciones, cerámica, utensilios, vivienda, etc.- de un grupo humano, y lo que revela el estudio comparativo de la genética: Hace cerca de 70 años Julio Caro Baroja ya decía que, en ocasiones, viajan oleadas de pueblos que se mezclan, o sustituyen a otros, pero puede ocurrir que un pequeño grupo con una tecnología superior: Armas de metal frente a piedra o madera, o de hierro frente a bronce, u hordas a caballo o en carro contra infantería, a pie, se adueñen de todo un territorio y de sus pobladores. Ello explicaría la opinión contraria a un masivo reemplazo de todos los linajes paternos de un territorio -habitual en los períodos anteriores al Bronce-, motivado por la prevalencia del nuevo tipo poder, que en todo caso sí favoreció la difusión de linajes paternos exitosos
Así, que confundir restos culturales de dos hordas celtas, que en los períodos de Hallstatt y la Tène (Del VIII al IV a.c.) llegaron a caballo y armados con hierro, con la  población -más o menos mayoritaria- de un noroeste de cultura y genética celtas, no deja de ser un delirio interesado más; divulgado en los siglos XIX y XX… por los citados Martínez: Murguía o Risco, y la propaganda nacionalista de hoy día. 
Lo que los datos parecen indicar, más bien, del análisis de los haplogrupos R1b… (Artículo en "Nature", Marzo 2018), Olalde, Mathieson et al.-Harvard ;  refrendado por (Artículo en “Science”, Marzo 2019) Lalueza Fox -Instituo de Biología Evolutiva de Harvard, Pompeu Fabra y CSIC-. (investigación con Oxford y Cambridge)… es que la población peninsular actual denota una hibridación general típica: Se rastrean, hace 9-8000 años, clanes de cazadores-recolectores que sobreviven al paleolítico y a la última glaciación, desde el centro-oeste y el sur europeos; restos de los primeros linajes Cromañón -llegados a Europa hace unos 46.000 años-, y señalados por B.Sykes. (Poblaciones de cultura Auriñacense y magdaleniense).  De ese modo, con el final del periodo postglacial, se inicia la repoblación de Europa central y occidental
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Flujo de entradas de población en la península.

La primera oleada de cazadores-recolectores, de origen centroeuropeo, llega hace cerca de 8.000 años. La segunda oleada, y mayor, de ganaderos agricultores, unos mil años más tarde, de población anatolia -que no turca-. 
A partir del Mesolítico, entre 7-6000 años, entra población mediterránea y norteafricana, inicialmente cazadores/recolectores; probablemente relacionada con el ancestro de los Íberos. Olalde cree incluso que -con sus paisanos- vascos...
Esas tres primeras oleadas, todavía, pesan como cerca de la mitad de la genética peninsular.
Entre 4500 y 3000 llegan las dos oleadas indoeuropeas de pueblos de la estepa norcaucásica: Yamnayas, y finalmente Celtas; difunden el  Bronce, el Hierro y la cultura del Vaso campaniforme; dominantes en toda la península, como en Europa occidental. 

Entrambas, que no los Celtas, ni el ciclo o cultura celta, llegan a pesar como la otra mitad de la genética peninsular. Así, la realidad dice que el idioma lusitano/galaico -en el centro occidental y noroeste peninsular, que aparece en las inscripciones, la toponimia y la antroponimia-, es indoeuropeo no celta.
Adrados, incluso, abre el debate sobre el carácter no celta de los idiomas de Astures, Cántabros, Pelendones, Vettones o Carpetanos, relacionados con el europeo ancestral. Entretanto, en ese período, primero el Argar y luego Gadir/Tartessos, están en relación con las culturas mediterráneas de los metales. 

En las centurias anteriores y posteriores al inicio de la era cristiana, se producen las importantes entradas históricas de fenicios, griegos, romanos y musulmanes, de carácter más o menos mediterráneo, y, que alcanzan cerca del 20% del conjunto genético peninsular. En las centurias inmediatas a la entrada de Roma, sí aparece, desde la región aquitana, el perfil vasco entre el flujo indoeuropeo, a pesar -caso aparte- de la diferencia lingüística. (En términos genéticos no se considera el aporte de la entrada, a finales del Imperio romano, de hordas de los llamados "Bárbaros": eran algunas decenas de miles, en una población en torno a los 5 millones).

Corolario LA GENÉTICA Y EL MITO DE BREOGÁN: Es sorprendente -a la vista de lo antedicho- hasta donde han llegado a prender mitos como el de Breogán -o la conquista gallega de las Islas Británicas -. Aunque Bryan Sykes haya rastreado una migración marítima de pescadores del norte de la Península, al suroeste de las Islas Británicas, hace unos 6000 años: el ADN  de ambas poblaciones es prácticamente idéntico. Lo cual no se puede afirmar que una población celta gallega migrara a Gran Bretaña, asimilando a una población menor y, menos aun, considerarla el ancestro celta de la actual. Ya en septiembre de 2014 se  contestaba -3cortasy1larga- a los celtistas gallegos y galeses (Johh Koch et al.): "Y vinieron del este". Más bien, los estudios del Trinity College de Dublín; de Alistair Moffat, catedrático de Historia y rector de la Universidad de Saint Andrews, Escocia; o los de la Universidad de Leicester, sobre la población de las Islas -de hace unos seis milenios, tras la despoblación en el último episodio glaciar- lo que muestran es una secuenciación mínima del genoma, relacionada con las tribus tuaregs o bereberes norteafricanas. (Es curiosa la consonancia “beri-beri” o berebere, y Ebro o río de los “íberos”). Ciertamente, a partir de hace 6-5000 años, hay un rastro del comercio por la ruta de la plata, desde Cádiz-Huelva hasta las Casitérides, en busca de mineral del estaño. Sykes documenta el rastro genético de esos contactos, pero la población británica, como muy bien acredita, se formó con gentes de  las repetidas (según se mire, 4 o 7) oleadas europeas, en particular o principalmente:
1 Población neolítica de agricultores -originaria de Anatolia, sobre todo-, posterior a la última glaciación: entre 7000-5000 años.
2 ... Que fue reemplazada en buena parte por Yamnayas  y celtas que son el sustrato indoeuropeo, desde  hace 4500 a 2500 años: llegaron ambos de las estepas entre el Cáucaso  y el Mar negro.
3 Población mediterránea muy escasa, romana, siglo I a.c.
4 Anglosajones, de las invasiones, aquí llamadas de los bárbaros: siglos IV y V de nuestra era, procedentes del norte de Alemania, de Dinamarca y Suecia.
5 Conquista por normandos (descendientes de vikingos escandinavos) en 1066 de nuestra era.                               
De manera que la aportación de población peninsular prehistórica, o la romana del imperio, es anecdótica.  
Todo lo cual es incompatible con oleadas de celtas primigenios, gallegos, a la conquista del occidente europeo, desde las Islas Británicas... Digan lo que digan Xurxo Salgado o Anxo Carracedo. 
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Bandas genéticas penínsulares.






La realidad, finalmente, donde nos sitúa -a los hispanos-, es en la balsa de piedra,  que siempre fue la península: una tierra a dos mares -atlántico y mediterráneo- por los que llegaban dos poblaciones con características genéticas dispares, lo que seguramente explica la persistencia o estabilidad milenaria de esas bandas verticales marcando poblaciones homogéneas.
Lo que les ocurre a los nacionalismos con sus ensueños es, que de vez en cuando, la historia real corre por entre valles y cordilleras, que en la península -mira tú- corren de oeste a este, alterando tales ensueños berzales... como unos cuantos bereberes, que roto el mundo musulmán que les integraba, quedan al albur de los tiempos cristianos, moviéndose esta vez -tras el siglo XVI- por la banda vertical, hacia el norte, a darse una vuelta por Tuy, hasta estropear el mito.
Lo cual resulta sonrojante, con la información manejada, desde hace años, en las Universidades más importantes del mundo, que los políticos nacional populistas sigan viviendo de sus cuentos...
Y colorín, colorao..

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