El 1 de Enero nos dejó...
Beck, que fue uno de los más perspicaces científicos sociales de las últimas décadas. Formuló el final
de los "tiempos modernos", abriendo paso a la postmodernidad con una lucidez de perfiles dramáticos. Y lo hizo sin retóricas, tal cual.
Ulrich Beck |
Desde mediados de los ochenta -accidente de Chernobil- formula lo que dio en llamar "Sociología del riesgo": el paso de la sociedad industrial -la lógica de la producción y el consumo- como sociedad de clases (cuyas dinámicas están referidas al ideal de la igualdad de oportunidades, incluidas las variantes de los modelos de sociedad socialistas) a la sociedad del riesgo, cuyo axioma es la inseguridad. Ya no se trata de alcanzar lo bueno, sino de evitar la peor.
La sociedad -industrial- de clases significa que todos quieren ser participes, y la sociedad de riesgo que todos han de ser protegidos.
En el siglo XIX y la primera mitad del XX el problema de la sociedad de clases era: tenemos hambre. En la sociedad postindustrial o postmoderna es un miedo impreciso a los excesos de la pericia tecnológica, química, biológica y hasta farmacológica; lo que por otra parte no deja de ser una forma de depauperación de nuestra seguridad.
De la antigua miseria material, escasez o hambre; ahora hemos pasado a enfrentarnos al riesgo de destrucción de la naturaleza, de las bases de la vida.
Estamos perdiendo, o ya hemos perdido en parte, el control sobre las consecuencias colaterales latentes del modelo productivo. Hasta el extremo que un inofensivo vaso de agua ¡O de vino! se convierta en un peligro inadvertido. Las fórmulas químicas, los nexos biológicos, los fertilizantes...el aire, esconden o pueden esconder ese peligro.
Estamos perdiendo, o ya hemos perdido en parte, el control sobre las consecuencias colaterales latentes del modelo productivo. Hasta el extremo que un inofensivo vaso de agua ¡O de vino! se convierta en un peligro inadvertido. Las fórmulas químicas, los nexos biológicos, los fertilizantes...el aire, esconden o pueden esconder ese peligro.
Esas formas de peligro adquieren contornos nuevos: si antes el peligro estaba relacionado directamente con un destino u otro de la clase social, y se nacía con esa determinación; ahora es inespecífico, inesperado, y dependerá del conocimiento ajeno, lo que impedirá poder organizarse o defenderse como grupo (clase) social.
Antes, en la sociedad de clases, la pertenencia, lo que se era, determinaba la conciencia, lo que uno se sentía; ahora, al revés, la conciencia, lo que se sabe, determina el ser, lo que uno sea. De manera que la dimensión y los síntomas de la persona amenazada son definidos, en la sociedad del riesgo, fundamentalmente por el conocimiento ajeno, lo que constituye una nueva forma de dependencia, inusual en la anterior sociedad de clases. Los afectados, en definitiva, serán incompetentes en cuestiones vitales que les afectan o que pueden afectarles. Esa relación con las "cosas dela vida", con el DDT, es la característica de la sociedad del riesgo.
El DDT y el Formaldehido están por todas partes en la cadena alimentaria, pero admitir que se ha errado en el control, en la estima de los valores límite de tolerancia, significaría una catástrofe política y económica. Ese conocimiento será interesadamente manipulado, para que no diga lo que realmente quiere decir; lo que ayudará a retrasar la percepción de la latencia de las amenazas, pero no evitará que finalmente se consumen los daños físico-químicos o biológicos en la naturaleza; ya perceptibles para la vista, el olfato o el oído: entonces, al "smog", las mareas negras, los bosques de esqueletos -tras el final de la latencia- ya no habrá comunicación comercial o industria que puedan ocultarlos a la percepción pública. Dará igual que los riesgos se hayan agudizado o lo haga nuestra visión de ellos...no habrá técnica publicitaria capaz de disimular la muerte masiva de las abejas, por ejemplo, y sus consecuencias irreversibles. Eso sí, finalmente, el creciente gasto público para protección del medio ambiente, o la defensa de "enfermedades de civilización", acabará como factor de impulso económico, del que el sistema industrial y el sector de la comunicación obtendrán provecho de las irregularidades que antes alimentaron. Y no lo harán del todo mal.
Ulrich Beck trabajó otras parcelas de la Sociología, como la formación de las clases sociales o el proceso de individualización, la globalización etc., que exceden en mucho el ámbito de este pequeño homenaje.
Junto con Baumann, Sennett y otros...ha contribuido notablemente a la actualización de las ciencias sociales que siguió a la guerra fría.
"IN MEMORIAM".
Junto con Baumann, Sennett y otros...ha contribuido notablemente a la actualización de las ciencias sociales que siguió a la guerra fría.
"IN MEMORIAM".
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