...fue una historia que, ya hace 90 años, contó un parisino un tanto diferente. Y que no deja de parecernos triste: la inmoralidad, la hipocresía de la época andaban a salto de página, representando muy certeramente el principio del crepúsculo burgués, desde luego, de un modo muy a la francesa. En aquella sociedad, hace ya un siglo, venían de vuelta de revoluciones, capitalismo especulativo, crisis bursátiles, descreimientos varios, repúblicas, y en particular: derogación de constituciones. Es decir: hace ya cien años o más que nuestros vecinos del norte están al cabo de la calle, pero aquí, hasta que finalmente no acabe el parto del programa, no descubriremos el Mediterráneo, o el nuevo modelo de sociedad. De modo, que nos produce verdadero desconcierto que este atajo de modernos hierofantes* tengan la osadía de mostrarnos a un par de viejas glorias "levantadas" a la competencia (Al estilo** trosko de toda la vida; marca de la casa), dejando de lado -como si no fuera con ellos- "un programa con el que se presentaron a unas elecciones y por el que fueron votados por más de un millón de personas". Y por último, pero no lo último, 'profesionales' de las encuestas, revelarnos -al estilo de Groucho Marx- los principios que más nos gusten, y si no nos gustan, tendrán otros. Marxismo del bueno,
Así que, nos recuerdan el mundo de Gide, que ganó un premio Nobel, fue defensor temprano de 'los diferentes', padre de una hija y 'amigo' de Óscar Wilde. Que durante un tiempo breve fue comunista, pero de los que no superaron el viaje por la Unión Soviética. Y que desde luego, tuvo el honor tardío de ingresar en el 'Índice' de la 'católica y romana'; pero sobre todo, por antecedente claro del noveau roman, que narraba una seudo-realidad, en la que faltaban la certeza y la tranquilidad moral. Lo que recoge de manera genial en "Los monederos falsos". Y esa misma falsedad, esa impostura, es la que nos lleva a invertir el título... pero esa es otra historia que contaremos mañana.
* Maestro de nociones recónditas. o conocedor de los misterios sagrados (de Eleusis).
** Estilo de los infiltrados, consistente en entrar en casa o partido ajenos, y apropiarse.
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