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16 enero, 2015



LA CRISIS

La neurociencia y la pedantería...



...puede parecer que no tienen nada que ver y que determinadas citas hablarían más de su autor, que de lo que en realidad quieren decir.
A pesar de lo cual, se entiende que, en ocasiones, el mejor modo de abordar un asunto puede ser a partir de una cita culta. Y sin duda Antonio Damasio -el Severo Ochoa de los portugueses-, lo es.
Y también, el autor de las siguientes afirmaciones:
"Una parte de nuestra constitución biológica/psicológica tiene indicios no humanos". Es decir se corresponde con una naturaleza más primitiva, más del reino animal del que procedemos, en definitiva. "...pero el comportamiento ético humano posee un grado de complicación y complejidad que lo hace distintivamente humano". Ese es el parteluz de la Condición humana y de la naturaleza animal. Y ambas nos son propias -reunidas o inseparables- a partir de la creación de la cultura.
"El rasgo de la dominación -base de toda la política- tiene una cara positiva: los animales -individuos- dominantes tienden a proporcionar soluciones a los problemas de una comunidad, a llevar negociaciones o a dirigir guerras o conflictos, pero, así mismo, pueden convertirse en tiranos, déspotas o pendencieros; cuando la dominación, de la mano del carisma, lleva mal las negociaciones o conduce a los demás a un conflicto -o guerra- equivocados. (En estos individuos, la exhibición de emociones agradables está reservada al número muy reducido de ellos mismos y los que les apoyan directamente)...Y los rasgos de sumisión -útiles para alcanzar acuerdos ante los conflictos- pueden encoger a esos individuos, ante la tiranía, acelerando la caída del grupo por el mero abuso de la obediencia."
Damasio es un sabio que podría añadir bastante más, pero es suficiente para poner de perfil el asunto que ahora nos preocupa: el miedo ciegaA los individuos y a los grupos sociales.

Desde el 2007, se hace patente una crisis que ha tenido las consecuencias tan bien conocidas, pero sobre todo más sufridas, por demasiada gente. En 2003, en el Banco de España ya circulaban informes internos de la inevitable explosión -más que estallido- de la Burbuja del Pocero, Florentinos, Martinsas y tantos otros. Ya hemos hablado aquí de la visión de Bauman, de Piketty o de Beck: esa crisis es sistémica, y sus orígenes, sus causas, son sobradamente conocidos. 
De manera, que lo que ahora debe de importar es la manera de abordarla: las posibles soluciones y  las actitudes.
Se entiende que el fantasma de indignación que recorrió Europa, estaba mas que justificado y que los movimiento sociales que activó, también; pero a partir de ahí, las respuestas divergen: en el sur el daño fue evidentemente mayor, como las cifras de paro y el impacto en la economía recogen. Las sociedades menos desarrolladas y que más acusan ese daño en el tejido productivo, son a su vez más vulnerables desde el punto de vista social, y además terreno abonado para  los experimentos, aventurerismos y demagogias varias. Las consecuencias del crack del 29 son el ejemplo de libro: probablemente no faltó ninguno de esos intentos nocivos.
En esta crisis de hoy, tanto el daño, como las respuestas, son divergentes para el centro-norte, o para el sur. Por lo que los países más dañados, y más presa fácil de la "política", son, sin embargo, los que menos margen de error tienen. La situación de Grecia es el paradigma: probablemente los dictak del F.M.I., de la Merkel o de la Santísima Troika, no la saquen, tal cual, de situación; pero la revuelta o guerrilla urbana, el impago, la desorganización asamblearia, actuarán como una especie de homeopatía negativa y mucho más dañina. Llevarían a Grecia, o a quién lo intente, a una especie de escenario postbélico. bastante fuera de la  realidad, por bastante tiempo.

Lampedusa, sabiduria esencial mediterránea, afirmaba : "cambiemos todo lo necesario para que nada cambie", más o menos, y tras algún milenio de Civilización ¿o la llamamos Cultura?.
En el Sur de Europa, en especial, habremos de cuidarnos de mantener muchas cosas: instituciones, tejido productivo, respeto propio, sentido de la justicia, y todo lo bueno que hemos atesorado desde el principio de los tiempos (unos 46.000 años). Que la melodía del los flautistas de Hamelin no nos vuelva locos. Que no nos lleve tras ellos, tras su ansia de poder.

Comenzábamos citando las muy negativas consecuencias que la neurociencia prevé para los comportamientos empujados equivocada o interesadamente por emociones que pueden manejar individuos déspotas o manipuladores. Los políticos, los cómicos o los profesores universitarios, entre otros, conocen como especialistas ese manejo, y nuestro problema es que lo lleven a cabo en SYRIZA, en el MOVIMIENTO 5 ESTRELLAS  del Pepito grillo italiano, o lo que es peor, aquí, en PODEMOS.

Y pensamos que lo están haciendo. Como la vida misma.






















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