---------------------------------------------- 3CORTASY1LARGA

16 diciembre, 2014



EL JUEGO DELTRILE

¿Políticos o trileros?


Así llamado, porque lo practican los trileros, o viceversa, que más da. Es un juego de engaño, a veces como la vida misma. Normalmente, va asociado a la estafa, a hacer creer al personal en determinada realidad: bolita, carta -naipe-, programa o ideas políticas. Que para todo vale. Pero el asunto se resuelve en que la realidad, no está, no es, la que se ha hecho creer al personal. El tahúr, ayudado del palero, ha escurrido la bolita y nos ha engañado, que de eso se trataba.
Claro que lo sabe todo el mundo, de hecho, trilero, es una expresión popular y peyorativa. Pero -en ocasiones- sigue funcionando. Por eso, lo intentan todavía.
Veamos algunos casos de libro: el inmaduro sr. Maduro, de la Venezuela bolivariana. Lamentamos cometer la ligereza de motejarle, pero es que nunca madurará, es decir. no llegará a persona mayor o adquirirá la sindérisis que a tales corresponde. O sea, sentido común, el que se adquiere tradicionalmente con la primera comunión (Quizá, es que no la hizo), o uso de razón. Digo yo.
Este señor, con mucha compañía de paleros, beneficiados y subsidiados varios, insiste, en que la bolita la tiene el Sr, Aznar, que se dejó -en su debe-, no se donde, diez o doce Hiroshimas o Nagasakis. Por lo menos. Y aún nos inducen a otra apuesta equivocada: Rajoy da bola, nada menos que a una "imputada por el delito de conspiración para el magnicidio": o sea, liquidar al Presidente de Venezuela antes de que madure.
Pues va ser que no, que la bolita dichosa, no esta en ese barril, ni en el otro; que está en el del petróleo, en su precio bajando, casi en caída libre. Y a mitad del precio necesario para cubrir las necesidades de tantos leales y subsidiados, pronto aparecerán las luchas internas por los recursos escasos.
Lo que nos revela esa dichosa bolita, la del  barril del petróleo, por boca de María Corina Machado, es que el inMaduro, del que ella pidió en las calles su cese, no está por tan democráticos usos, que está por la liquidación de las libertades, y de lo que haga falta, con tal de mantenerse en el poder.
Esa bolita dice, que las maniobras de dispersión u ocultación del régimen -que ese sí que es un régimen- no alcanzan a tapar el verdadero problema, que entiende todo el mundo: desaparecidas en la locura chavista -y otras- las economías del país, y seriamente perjudicada la petrolera, el añadido del derrumbe actual del precio del petróleo, empieza a sonar a fin de la fiesta...
Y por qué nos ocupamos tanto de algo que dista un oceáno. Pues esa bolita, sí está donde debe de estar: porque los usos de "aquellos", son las maldades de "estos".
Cuentan, todos los venezolanos no subsidiados, que la cantinela de "estos" no puede dejar de producirles esa conocida sensación de déjá vu; que "aquellos" -de la misma escuela- empezaron por decir lo mismo que "estos". Pero. no llegados, que lo fueron a su ínsula Barataria; allí, armose el entuerto. 
Fue todo subirse al burro, y del cuento de la bolita, que era eso, un cuento que nos hicieron creer.
El cuento era otro, naturalmente: el poder. PODEMOS estar seguros de ellos, de que lo querían, en realidad.
Por eso, tanta gente siente rabia, viendo como les siguen, como si de hooligans o forofos futboleros se tratara, y no del día de mañana, o de ignorar la triste historia -tan repetida, tan equivocada- de este país. 


                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
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