¡VIVA LA PEPA!*

LA TATARABUELA...

En realidad, la abuela de la tatarabuela de,  la de ahora, la del 78. Como todo el mundo debería de saber.
Así, que echando cuentas, antes de ésta, tuvimos otras seis, que en 202 años, estuvieron vigentes un total de 93 años. Los otros ciento y pico, anduvimos "tiraos" al monte. O sea, de aquella manera. sin Ley de leyes. En un estado anómalo, respecto de la ordenación de la convivencia y el imperio de la Ley. Pero, por muy excesivo que parezca, no deja de describir una realidad que nos hizo masticar miseria. Mucha, porque explica -otra vez- por qué no fuimos como nuestros pares en Europa occidental: Francia e Inglaterra. Quiere decirse, que iniciamos con ellos la carrera de las naciones-estado de la Edad moderna, allá por los tiempos de la serie "Isabel", nada menos; y en una situación bastante par. Sin embargo, desde el XVII, sino antes, la gobernanza de nuestro país, ha sido mucho menos eficiente que la suya. Hasta el punto, que la retórica de aquel régimen -de cuyo nombre no consigo acordarme-, lo único que consiguió con los tópicos de la pérfida Albión y la "envidia acomplejada" de los francmasones, fue hacernos aún más conscientes de nuestra desventaja, del tiempo perdido y de la tremenda responsabilidad de una clase dirigente cretina, encanijada o corta de miras; en más ocasiones de las soportables. Tanto, que podría decirse, que necesitó jivarizar, disminuir, el país a su medida, para que no le quedará grande.
No es una visión pesimista, ni una opinión, fue y es una realidad, que no empañan ni siquiera los últimos treinta y cinco años de remontada. Nuestros vecinos están donde están y los ensueños de sorpasso de Zapatero, por bienintencionados, no dejan serlo. Y, nosotros, llegamos malamente al nivel crítico de potencia media; lo que en el tablero mundial da para muy poco. Esa es la diferencia, provocada, en la carrera de la gobernanza. Asumamos de una vez, que lo hicimos mucho peor. Lo que quiere decir, que NO PODEMOS darnos al aventurerismo o al oportunismo, dejándonos llevar por las emociones o la indignación del momento; para ir tras el último flautista de Hamelin, o el último buhonero que nos ofrezca el nuevo bálsamo de Fierabrás. Dicho lo cual:

-LA DEL 78, REPRESENTA LA ESTABILIDAD QUE NO TUVIMOS-.
(Cambiemos todo lo necesario, para que nada cambie esa estabilidad.
A ellos, siempre les quedará Venezuela)


* En recuerdo de todos los "constitucionales", que lo fueron, durante diez generaciones.

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